Andrés Maza, Chief Investment Officer en GBM
En los últimos tres años, las cuentas de inversión en México han crecido más de mil por ciento, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). En tanto, el porcentaje de personas adultas con una cuenta de ahorro formal pasó de 44 por ciento en 2015 a 49 por ciento en 2021, según cifras de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) más reciente.
Estos datos se explican por cambios que tienen que ver, por una parte, con un mayor acceso a herramientas tecnológicas que facilitan la apertura de cuentas y, por otro lado, quizás más personas han buscado proteger su patrimonio de la inflación. Sin embargo, aún existen áreas de oportunidad considerables para quienes invierten o buscan invertir hoy en día, como una mayor democratización de las inversiones, combatir las barreras de desconocimiento y, por supuesto, una necesaria educación financiera.
Para que más personas puedan beneficiarse de invertir, la oferta en el mercado ha intentado evolucionar para ser más accesible a segmentos diversos. Asimismo, el rol de algunas plataformas digitales ha facilitado y agilizado los procesos de contratación, asesoría y gestión. Actualmente no se requiere de conocimientos avanzados sobre tecnología e inversiones para que una persona pueda abrir una cuenta de inversión a través de una aplicación y comience a generar rendimientos.
Caminar hacia la democratización de las inversiones también ha sido posible gracias a la mayor penetración de telefonía móvil e Internet en el país. El INEGI reporta que a 2022, casi 80 por ciento de la población adulta era usuaria de celular e Internet, y el manejo que le dan a estas herramientas cada vez es más diverso.
Pese a lo anterior, aún queda mucho por hacer para alcanzar la democratización de las inversiones y ello implica combatir las barreras de desinformación y seguir empujando programas robustos de educación financiera en nuestro país.
La ENIF da cuenta de la evolución del acceso a herramientas financieras, una evolución que aún se percibe lenta, ya que apenas un 23.5 por ciento de la población adulta realiza acciones básicas para mantener sus finanzas sanas, como lo es llevar un presupuesto.
En este sentido, los esfuerzos encaminados a incentivar un mayor interés por instrumentos de ahorro e inversión deben seguir en la agenda de cualquier jugador del mercado. De igual forma, para quienes brindan asesoría financiera, es necesario saber que su labor debe ser personalizada y con una gran capacidad para transmitir seguridad a sus clientes, ya que unas de las principales barreras para invertir continúan siendo el temor, el poco conocimiento y la desconfianza. Muchas personas no saben dónde invertir, ni cuál es su perfil inversionista o cómo definir una estrategia de inversión acorde a sus necesidades, por ello la importancia de la labor del asesor.
Ante esta situación, una oportunidad se observa en la digitalización de la industria; una transformación que permite mayor acceso a la información que las personas necesitan para tomar decisiones. Como en muchas otras áreas, el paso de la pandemia dejó claro que las plataformas digitales son indispensables para acercar productos y servicios a más personas, sobre todo considerando la alta penetración digital entre la población.
Además, hoy es posible abrir una cuenta de inversión con montos muy bajos, lo que ayuda a derribar una de las primeras barreras para invertir: la creencia de que se necesitan grandes cantidades de capital para comenzar.
En el mercado existe una amplia variedad de instrumentos de inversión para alinearse con diversas necesidades. Hoy, los inversionistas pueden recurrir a los mercados de deuda y aprovechar las tasas altas para obtener buenos rendimientos sin incurrir en inversiones más riesgosas. Para inversiones de largo plazo que busquen generar mayores rendimientos, la clave es la diversificación que permite el mercado, para protegernos ante riesgos inesperados.
Asimismo, los inversionistas pueden comprar desde México acciones listadas en el extranjero a través del Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC), mediante alguna casa de bolsa.
Otro factor que puede considerarse como un terreno fértil para las inversiones son los hábitos que han cambiado entre la población, pues el 80 por ciento de los adultos asegura ponerse metas a largo plazo y esforzarse por cumplirlas (ENIF 2021), una cualidad en sintonía con lo que demanda invertir. Por otro lado, el 54 por ciento de la población adulta sí ahorra, solo que lo hace en métodos informales como tandas o préstamos, así que existe la oportunidad de que, con la guía adecuada, estos segmentos vean beneficios en las diversas modalidades de inversión.
En suma, quienes buscan invertir en México se enfrentan a una industria cada vez más digitalizada, con mayor acceso y una oferta diversificada que facilita derribar barreras y creencias erróneas; no obstante, prevalecen retos que nos señalan hacia dónde debemos trabajar como industria para cumplir nuestra misión de ayudar a que las personas alcancen sus metas financieras.