Tras cinco años de convulsiones en el sistema de salud, México no tiene motivos para celebrar. Ha sido un período de oscuridad y retraso, de Malos presagios -como aquella novela del autor alemán Günter Grass-, caracterizado por una mala gestión y decisiones tomadas a la ligera.
Es cierto que este gobierno de la 4T heredó un sistema de salud con graves deficiencias en varios aspectos, pero era un modelo que había ido mejorando de manera constante desde los años 40 del siglo pasado, independientemente del partido en el poder.
Recordemos: en 2019, el gobierno acusó a algunas empresas mayoristas de concentrar la compra de medicamentos y lucrar con la salud, con lo cual reveló un profundo desconocimiento del mercado farmacéutico no solo local, sino mundial. Incluso, se dieron a conocer los nombres de estas empresas, pero no se tomó ninguna acción legal.
Monumental escasez de medicamentos
El ajuste que realizó el gobierno en ese momento, que incluyó la eliminación de la compra consolidada y la búsqueda de medicamentos en el extranjero, a través de una agencia de la Organización Naciones Unidas (ONU), a pesar de tener una industria farmacéutica sólida, seria y consolidada en el país, desencadenó una monumental escasez de medicamentos, que se sumó a la peor crisis de salud en la historia de México.
Por supuesto, el desempeño de la agencia de la ONU, conocida como UNOPS, fue un gran fracaso, pues además de que no consiguió todas las claves de medicamentos, con el consecuente retraso en este tema, sí cobró por sus servicios, que no fue nada económico. Empero, el desabasto de medicamentos no solo no se ha resuelto, sino que se ha agravado, afectando ahora también al sector privado, de lo cual todos hemos sido testigos cuando hemos ido por algún medicamento y no lo hemos encontrado en nuestra farmacia de confianza. De esta manera, los pacientes mexicanos experimentan más dolor debido a la falta de analgésicos y productos biotecnológicos.
Ya ni hablar de los pacientes más vulnerables, como los niños con cáncer, quienes al denunciar la falta de medicamentos para cubrir sus tratamientos, fueron acusados, junto con sus padres, de “golpistas”, por parte de quien ahora aspira a dirigir los rumbos de la capital mexicana, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
La parte de vacunas, en general, tampoco ha sido la excepción, pues también ha habido un gran desabasto en lo que va del sexenio, tanto así, que México ha dejado de ser el ejemplo mundial en este rubro que una vez fue. El resultado de la falta de vacunas y su respectiva aplicación a los infantes ha sido que hoy podemos ver el regreso de enfermedades que estaban erradicadas, como el sarampión, entre otras.
La misma Encuesta Nacional de Salud (Ensanut 2022) mostró que más de la mitad de los niños en México no tienen un esquema de vacunación completo, a pesar de que el país solía ser un ejemplo mundial en este aspecto. Esto plantea la pregunta de cómo estamos protegiendo a los niños, que son el futuro del país.
Desamparo y sufrimiento
En 2020, año en el que inició la pandemia en nuestro país, el gobierno eliminó el Seguro Popular en un intento de romper con el pasado (el cual se había echado a andar en el gobierno de Vicente Fox, pero se había mantenido durante los siguientes dos sexenios, con Calderón y Peña Nieto), pero esto causó un gran desamparo y sufrimiento a millones de mexicanos.
En este marco, como sabemos, la pandemia de Covid-19 se extendió por todo el país y causó una alta mortalidad en los dos años siguientes. La mala gestión de la pandemia por parte de las autoridades sanitarias, con el subsecretario López-Gatell al centro de la estrategia anti Covid, dio como resultado un exceso de mortalidad de alrededor de 800 mil fallecimientos, lo cual pone a México entre los países que más víctimas tuvo por la contingencia sanitaria de Covid-19 en todo el mundo.
Desafío significativo
Además, la Ensanut 2022 reveló que muchos pacientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) prefieren la atención médica privada de primer nivel. Casi el 40% de ellos elige consultorios adjuntos a las farmacias (CAF), debido a su conveniencia y disponibilidad. Esto plantea un desafío significativo para los institutos de seguridad social, pero también sabemos que no habría forma de que el sector salud atendiera a los millones de consultas que se atienden anualmente en los CAF.
Igualmente, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), informó que el número de mexicanos sin acceso a servicios de salud aumentó de 30 a 50 millones en el período 2020-2022.
De igual manera, las tasas de mortalidad fetal aumentaron un 8%, superando en más del 100% el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a la que México pertenece. Recordemos que la mortalidad materno-infantil es un claro indicador de la mala calidad de un sistema de salud.
Retroceso en la vacunación
En cuanto a la vacunación contra la Covid-19, México también ha retrocedido. Comenzamos con una variedad de vacunas de todo el mundo, muchas de ellas adquiridas por el controvertido ex canciller Marcelo Ebrard, cuyo futuro político está en veremos. Ahora, en el país solo tenemos la vacuna cubana Abdala y solo el 2% de la población se la ha aplicado, lo que ha llevado al desperdicio de miles de dosis caducadas en agosto pasado.
Como sabemos, las vacunas anti Covid, con información actualizada de las más recientes cepas del virus, las famosas bivalentes, como las de Pfizer y ModeRNA, están fuera de nuestro alcance como país. A lo más, si nos va bien, en octubre llegará la vacuna rusa Sputnik, pero si no la conseguimos, nos tocará el biológico cubano.
El estado de la atención médica
La atención médica de primer nivel en México está en un estado lamentable y tiende a empeorar con el tiempo. El presidente López Obrador promociona el IMSS-Bienestar como la solución a todos los problemas, y aunque nos provoque hilaridad a muchos, promete un modelo similar al de Dinamarca al final de su mandato.
Sin embargo, el llamado IMSS-Bienestar -cuyo solo nombre provoca una gran confusión- no es un sistema de salud en sí mismo, sino una amalgama de sistemas estatales con recursos centralizados. No ofrece más servicios que los que ya proporcionaban sus componentes individuales y carece de infraestructura adicional.
Por otro lado, los profesionales de la salud están cada vez más insatisfechos, ya que sus contratos no les garantizan antigüedad, estabilidad ni beneficios, especialmente desde la implementación de IMSS-Bienestar. Sí, el gobierno trató mal al personal de salud de sus institutos médicos durante la pandemia de Covid-19 -tema del que hablamos en este mismo espacio-, ya que no lo cuidó en absoluto -y para prueba están las miles de muertes de médicos, enfermeras y paramédicos en ese periodo-, ahora les está dando la estocada final. Sobre las rodillas, el IMSS-Bienestar es una improvisación mal concebida.
Además, la contratación de médicos cubanos, que no son necesarios en el sistema de salud mexicano, puesto que aquí hay muchos galenos sin trabajo, ha absorbido importantes recursos económicos que podrían haberse invertido en beneficiar al personal de salud en lugar de beneficiar al gobierno cubano.
El antiguo IMSS, prendido de alfileres
El IMSS, por su parte, ha enfrentado una serie de problemas en este sexenio, incluyendo la escasez de medicamentos, maltrato a pacientes, condiciones precarias y tragedias, como el caso de la niña atrapada en un elevador de un hospital en Playa del Carmen, Quintana Roo.
Además, se han revelado contratos opacos y un sinfín de adjudicaciones directas que sugieren una corrupción generalizada dentro de la institución, incluyendo a su director general, Zoé Robledo, quien hace poco renunció a sus aspiraciones para gobernar el estado de Chiapas.
A pesar de la evidente negligencia y corrupción, el primer mandatario López Obrador no ha ordenado investigaciones formales que permitan identificar responsabilidades en el IMSS, especialmente entre los funcionarios de alto nivel. Esto demuestra su falta de responsabilidad ante los problemas reales en el sistema de salud.
Falta de responsabilidad
Por otro lado, el primer mandatario anunció problemas de corrupción en el ISSSTE, que ya habían sido documentados por la prensa durante más de un año. En este contexto, López Obrador prometió, en una de sus ocurrencias, “nacionalizar” el ISSSTE, sin definir claramente lo que eso implica.
No podemos dejar de mencionar que la persecución de médicos privados y la imposición de reglas ineficientes han alcanzado niveles sin precedentes, perjudicando a los pacientes que son castigados si no cumplen con las reglas impuestas por las instituciones.
Otra mala idea
Para rematar, el presidente propuso construir una “farmacia gigante” en la Ciudad de México que contenga “todos los medicamentos del mundo”, una idea ilógica e impráctica, por no decir imposible.
En resumen, después de estos cinco años de retroceso en el sector salud, México no tiene motivo alguno para celebrar. Sin duda, ha sido un período de atraso y mala gestión que ha llevado al país a una situación límite en términos de salud pública. Por tanto, es hora de tomar medidas serias y responsables para corregir el rumbo y garantizar un sistema de salud de calidad para todos los mexicanos, no solo en el discurso, sino en los hechos.
Sala de Urgencias
● López-Gatell anunció su intención de competir por Morena para ser candidato a jefe de Gobierno en la Ciudad de México, sin embargo, sabemos que no tiene la mínima posibilidad de ser elegido para dicha posición. Pero el todavía subsecretario de Salud está a la búsqueda de tener fuero en el siguiente sexenio, sobre todo por las demandas penales y civiles que tiene pendientes por su pésima gestión de la pandemia en nuestro país.
● A mitad del mes de septiembre, la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos de México (Anafam) se unió oficialmente a la International Generic and Biosimilar Medicines Association (IGBA, por sus siglas en inglés), que representa a los fabricantes globales de medicamentos genéricos y biosimilares.
● Una buena noticia, de la que hablaremos más ampliamente en la siguiente columna, es que se está abriendo la posibilidad de que el gobierno mexicano permita la comercialización de vacunas anti Covid a diferentes farmacéuticas. Se abrió la convocatoria por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y ahora está el proceso de registro, después vendrá la revisión de los dossiers, las varias evaluaciones correspondientes y el dictamen final. Sin duda, esta es una buena nueva, para quien pueda hacerlo, poder comprar la vacuna anti Covid de su preferencia y administrársela.