Juan Carlos Herrera, Chief of Advisory and Investment Solutions en GBM
El número de cuentas de inversión en México ha mantenido un crecimiento constante desde el 2019, año en el que se registraron aproximadamente 947 mil. Para el primer trimestre de 2023 se tenía registro de 5.4 millones de cuentas, según la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB).
No es coincidencia que este incremento haya pasado durante la pandemia de Covid-19, ya que la sociedad se vio obligada a digitalizar sus finanzas y, por supuesto, esto también coincidió con los esfuerzos del gremio por acercar instrumentos de inversión más sencillos de utilizar y con mucho mayor alcance.
Hoy es posible abrir una cuenta de inversión a través de una plataforma digital en tan solo unos minutos con la posibilidad de comenzar a invertir con montos mínimos, lo que ha contribuido a combatir la idea generalizada en México de que invertir es una actividad que solo puede efectuar un segmento privilegiado, personas con vastos conocimientos financieros, empresas o individuos con fortunas que les permiten, incluso, arriesgar su patrimonio. Hoy en día esa imagen del inversionista experto y de un sólo sector de la población, ha comenzado a desdibujarse, pero aún queda mucho por hacer.
En el mercado se ofrece un mayor acceso a instrumentos que funcionan como una puerta de entrada para las inversiones, sobre todo, en canales y plataformas digitales, debido a la accesibilidad y gran auge que éstas tienen, principalmente, por el sector más joven de la población, de hecho, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021, la más reciente, la tenencia de productos financieros entre el segmento de personas de 18 a 29 años creció 3 puntos porcentuales de 2018 a 2021.
Por otro lado, la encuesta reporta que 6 de cada 10 adultos en México cuentan con algún tipo de ahorro; sin embargo, la mayoría de este segmento aún opta por hacerlo de manera informal, lo que no genera ningún tipo de rendimiento en su capital e, incluso, promueve que éste pierda valor a causa de la inflación. Apenas un 2.0 por ciento asegura haber contratado una cuenta de captación con la intención de invertir o generar intereses.
Lo anterior nos devela un gran campo de oportunidad para seguir incentivando el ahorro formal y la inversión entre una población que sí tiene la intención por ahorrar, pero que seguramente aún conserva una percepción errónea de lo que implica invertir.
Una encuesta de Blackrock, hecha en varios países incluido México, destaca que el 53 por ciento de quienes no invierten considera que no tiene los recursos suficientes para comenzar; a pesar de ello, el 86 por ciento reconoce que su futuro pintaría mejor si comenzara a invertir desde ahora.
Que un porcentaje tan elevado esté consciente de que invertir en la actualidad significa atender las necesidades que tendrá en el futuro es una señal alentadora. Además, la ENIF 2021 demuestra que alrededor del 76 por ciento de la población parece entender el concepto de riesgo-retorno, y un 69 por ciento entiende las ventajas de la diversificación, dos conceptos clave a la hora de invertir.
Por lo anterior, es imprescindible robustecer los esfuerzos de educación financiera que lleva a cabo el gremio y el sector público para combatir la mentalidad centrada en metas a corto plazo, sobre todo, cuando son millones de mexicanos quienes enfrentarán el retiro con tan solo los recursos que hayan acumulado a través de su Afore, un instrumento que posee el 39 por ciento de la población adulta, según la ENIF.
Al contar con una cuenta de ahorro para el retiro (el segundo producto financiero más común entre la población después de las cuentas de captación), se puede decir que una persona está dando el primer paso para invertir. No obstante, es importante crear conciencia sobre el establecimiento de metas y cómo gestionar el ahorro con un objetivo claro puede guiar a invertir con propósito para transformar el panorama económico de cualquier persona.
El temor de perder su capital es una de las principales limitantes para quienes desean comenzar a invertir; sin embargo, el apoyo y guía de un asesor financiero representa la solución para que cualquier persona pueda comprender la mejor manera de hacerlo. La importancia de este acompañamiento y guía es tan fundamental que, incluso, de acuerdo con un estudio realizado por Vanguard, es posible multiplicar el monto del rendimiento en un 3.0 por ciento anual gracias al efecto del interés compuesto a lo largo del tiempo.
El desconocimiento sobre inversiones es un elemento que el gremio debe seguir combatiendo, ya que aún existen percepciones equívocas sobre invertir, tales como que es riesgoso o que sólo es bueno si se pueden generar ganancias rápidas.
Sin duda, innovaciones como la digitalización financiera han impactado significativamente para que las personas tengan mayor acceso a múltiples productos y recursos informativos que les permiten familiarizarse con las inversiones, pero el camino por recorrer para que más mexicanos se sumen a esta tendencia aún es largo y es necesario invertirle tiempo y esfuerzo.