Brenda García, socia de Política Fiscal en PwC México
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Inteligencia Artificial (IA) tiene un enorme potencial para el bien social y la promoción de la consecución de los objetivos y metas de desarrollo sostenible, si se desarrolla de una manera que beneficie a la humanidad y respete las normas y estándares mundiales.
La UNESCO además ha señalado que las tecnologías disruptivas como la IA ya están cambiando el mundo tal y como lo conocemos, pero la discusión sobre los límites y peligros de estas innovaciones se están olvidando de la parte ética y social. Destacó que es necesario establecer una hoja de ruta sobre cómo entender la IA, cómo enfocar estos desarrollos, cómo prevenir los impactos negativos, cómo definirlos y cómo avanzar regulaciones e instituciones.
Para conseguir resultados fiables, el sistema de IA debe estar protegido frente a ataques y manipulaciones externas. La adopción de normas y requisitos regulatorios en este ámbito puede aportar a los usuarios una mayor seguridad. Los marcos existentes en la actualidad no formulan claramente los requisitos específicos que deben cumplirse y no incluyen orientaciones concretas sobre cómo llevarlos a la práctica. Por ello, es muy importante que se desarrollen las directrices y normas de forma continua para conseguir una IA fiable, y que se debatan abiertamente en las distintas industrias y sectores.
Por lo que se refiere a México, ya se comenzó con el análisis del tema en el Senado de la República en la Comisión de Ciencia y Tecnología. Se busca realizar de la mano de la UNESCO un diagnóstico con recomendaciones de política pública que ayude en la construcción de una estrategia nacional para la inteligencia artificial en México.
Para lograr lo anterior, a través de mesas de trabajo se conjuntarán sector público y privado, sociedad civil, academia, expertos y diversos actores interesados. Además, es importante mencionar que, en abril pasado, el Senado presentó a la Alianza de Inteligencia Artificial (ANIA), con el propósito de sumar, reconocer y fortalecer el ecosistema de IA en México a partir de un diálogo abierto, plural, integral e interdisciplinario.
México se suma a los esfuerzos internacionales para regular a IA. Por ejemplo, en el Congreso de Estados Unidos hay varias iniciativas bipartidistas que tienen implicaciones en materias como: salud, seguridad nacional, derechos civiles, servicios financieros, tecnología, fuerza laboral, entre otros. Además de proponer establecer un recurso nacional de investigación de IA y crear estándares para proporcionar distinciones más claras entre contenido humano y generado por IA.
En este sentido, ambas cámaras están celebrando audiencias y mesas de trabajo para analizar el tema y discutir la necesidad de establecer regulaciones para la IA y explorar posibles soluciones para mitigar riesgos asociados con su desarrollo.
Como antecedente, en octubre de 2022, el presidente Biden dio a conocer The Blueprint for an AI Bill of Rights, la cual promueve principios no vinculantes para el uso de IA por parte del gobierno y la industria.
La regulación de la IA plantea desafíos significativos debido a la rápida evolución de la tecnología y la necesidad de evitar que las regulaciones se conviertan en obstáculos para la innovación, por lo que resulta relevante darle seguimiento a su avance en México, en particular en el Poder Legislativo.
PwC está convencida de que, para las empresas y las organizaciones de todo tipo, la IA presenta innumerables oportunidades para generar valor a escala, impulsar la productividad y, con el paso del tiempo, transformar funciones, modelos de negocios e industrias. Pero para llevar adelante una gestión efectiva, construir confianza y entregar resultados sostenibles hace falta una IA responsable.
Sabemos que la IA conlleva riesgos, como, por ejemplo: a nivel tecnológico (fallas de rendimiento, seguridad y control) y a nivel empresarial (uso ético, transparencia de los modelos, privacidad, propiedad intelectual y cumplimiento). Pero estos riesgos pueden mitigarse con el uso ético y responsable de la IA generativa.
Por otro lado, existen innumerables oportunidades derivadas de la IA, es por eso por lo que PwC y sus especialistas han comenzado a trabajar con IA en distintos ámbitos con el objeto de responder a la dinámica del panorama actual de los negocios resolviendo los problemas complejos de nuestros clientes con soluciones creativas, brindándoles servicios especializados que respondan a sus requerimientos de manera integral. Ejemplo de ello es el uso de la tecnología en el cumplimiento fiscal, requerimientos derivados de la fiscalización, así como apoyo en el cumplimiento legal con un enfoque innovador y pragmático.