Colaborador Invitado

Reflexionando sobre la seguridad vial en México: Más allá de una estadística

La seguridad vial, con un enfoque estratégico y una voluntad colectiva, es un tema crucial que requiere un cambio en la mentalidad de los conductores y usuarios de las vías públicas.

Itzel Contreras, responsable de Fundación Mapfre México

La seguridad vial en México ha sido un desafío persistente, planteando una problemática multifacética que requiere acciones estratégicas sostenidas. A pesar de los esfuerzos en curso, las estadísticas alarmantes continúan generando preocupación entre la sociedad mexicana; por ello, es imperativo que se aborden no solo los síntomas, sino también las raíces profundas de este problema.

Ante este preocupante panorama, en Mapfre realizamos una encuesta en alianza con ESRA para conocer los principales factores de riesgo entre conductores y usuarios de las vías públicas; y a pesar de que la gran mayoría de los automovilistas (un abrumador 95 por ciento) considera inaceptable la conducción bajo la influencia del alcohol, las estadísticas nos dicen una historia diferente. Muestra de ello, es que un 30 por ciento de los conductores admite haber manejado después de beber, y de ellos, el 24 por ciento superó los límites legales.

Este contraste entre las opiniones y las acciones es un reflejo de un problema más profundo en nuestra sociedad: la falta de responsabilidad y educación vial. Lo cual, desde mi perspectiva, solo puede lograrse mediante la implementación de programas educativos en las escuelas y campañas de concientización pública que destaquen los riesgos asociados con la conducción imprudente.

Otro factor de riesgo que hemos identificado es la velocidad. Aproximadamente la mitad de los conductores admite haber sobrepasado los límites de velocidad tanto en autopistas como en ciudades, a pesar de que el 94 por ciento de los encuestados, censura esta actitud. Aquí vemos –una vez más– la brecha entre la percepción y la realidad en las carreteras y calles de nuestro país.

La tentación de permanecer conectados en todo momento ha invadido también los hábitos de conducción. El uso imprudente de dispositivos móviles mientras se conduce se ha convertido en una epidemia silenciosa que amenaza no solo la seguridad vial, sino también la integridad misma de nuestra sociedad. De acuerdo con los resultados de la encuesta, un 44 por ciento de los mexicanos ha atendido llamadas sin sistema de manos libres, a pesar de que el 93 por ciento considera que esto nunca debe hacerse.  Sin duda alguna, cada segundo dedicado a mirar una pantalla en lugar del camino puede marcar la diferencia entre la seguridad y la tragedia.

Asimismo, el uso del cinturón de seguridad es una medida sencilla, pero fundamental para la seguridad. Sin embargo, el 40 por ciento de los conductores han manejado sin usarlo, y el 48 por ciento de los ocupantes delanteros admiten no haberlo utilizado en algún momento. Además, el 75 por ciento de los pasajeros en los asientos traseros no lo han utilizado en los últimos 30 días, una cifra alarmante en comparación con la media de otros países en América.

El utilizar el cinturón, el estar alerta y manejar con responsabilidad hace la diferencia. Tan solo en México, cada año hay miles de accidentes de tránsito debido a la falta de preocupación. Y no solo es responsabilidad de los conductores, sino también de los peatones, ya que más del 70 por ciento cruza fuera de los pasos de peatones, y muchos caminan por la calle mirando sus celulares, lo que los hace vulnerables a los accidentes.

Si bien la tarea por delante puede parecer abrumadora, no es insuperable. La seguridad vial, con un enfoque estratégico y una voluntad colectiva, es un tema crucial que requiere un cambio en la mentalidad de los conductores y usuarios de las vías públicas. La brecha entre la percepción y la realidad en cuanto a comportamiento vial es alarmante, y es necesario tomar medidas concretas para mejorar la seguridad en las carreteras y en las calles de nuestro país.

La conciencia, la responsabilidad y el respeto de las normas son fundamentales para prevenir accidentes y salvar vidas. La seguridad vial no es solo responsabilidad de las autoridades, sino de todos aquellos que comparten las vías públicas.

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