Economía empresarial

Las mujeres trabajan más que los hombres

Claramente, los hombres participan más en el mercado laboral remunerado y las mujeres más en el trabajo no remunerado del hogar.

Recientemente, INEGI publicó las estadísticas del trabajo no remunerado de los hogares en México correspondiente a 2022. Esta es una pieza clave para entender el trabajo en México, especialmente las diferencias entre mujeres y hombres. Un primer elemento que hay que considerar es que el trabajo no remunerado es equivalente al 24.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Esto significa que este trabajo es mayor que sectores tan importantes como la industria manufacturera o el comercio que representan el 21.5 y el 19.6 del PIB, respectivamente.

El trabajo no remunerado incluye las siguientes actividades (entre paréntesis está el porcentaje que aportan al total del trabajo no remunerado): proporcionar alimentos (22.6 por ciento), limpieza y cuidado de la ropa y calzado (8.2 por ciento), cuidados y apoyo (24.9 por ciento), limpieza y mantenimiento de la vivienda (23.7 por ciento), compras y administración del hogar (11.6 por ciento), así como ayuda a otros hogares y trabajo voluntario (8.9 por ciento).

Este tipo de trabajo lo realizan de forma mayoritaria las mujeres. Ellas aportan el 72.2 por ciento de este valor económico. Este dato puede ayudar a contextualizar las diferencias entre mujeres y hombres en el mercado laboral remunerado. Un primer indicador a considerar del mercado laboral es la tasa de participación que mide el porcentaje que representa la Población Económicamente Activa (ocupados y desocupados) de la población de 15 años y más. Al tercer trimestre de 2023 la tasa de participación de los hombres fue de 76.6 por ciento, mientras que la de las mujeres fue de 46.4 por ciento

Claramente, los hombres participan más en el mercado laboral remunerado y las mujeres más en el trabajo no remunerado del hogar. Las razones de esto serán diferentes en cada hogar. En algunos, esto es una decisión libre de mujeres y hombres; en otros, las mujeres quieren un trabajo remunerado, pero se enfrentan a diversos obstáculos. Uno de estos obstáculos puede ser, justamente, la necesidad de llevar a cabo las actividades que constituyen el trabajo no remunerado de los hogares.

Un segundo indicador del mercado laboral que muestra una importante disparidad entre mujeres y hombres es el de los disponibles para trabajar. Dentro de la Población No Económicamente Activa (quienes no buscan un trabajo ni cuentan con uno) se puede distinguir entre los no disponibles para trabajar y los disponibles para trabajar. Estos últimos no buscan trabajo, pero aceptarían uno si se les ofreciera.

En el tercer trimestre de 2023 hubo 1.6 millones de hombres disponibles para trabajar, mientras que la cifra equivalente para las mujeres fue de 3.5 millones. Es decir, hay más del doble de mujeres disponibles para trabajar. Probablemente, uno de los factores que influyen en esto también sea el trabajo no remunerado. Aceptar un empleo remunerado tiene un costo asociado a las actividades del hogar que se manifiesta en la reducción del tiempo libre o en el costo de conseguir esos servicios, a un costo mayor, en el mercado. Las parejas que dedican un número similar de horas a un empleo remunerado, deberían distribuir las labores domésticas de igual forma. Esto ayuda a distribuir los costos equitativamente, pero no hay forma de evitarlos.

Por último, hay una diferencia entre mujeres y hombres en el número total de horas dedicadas al trabajo, tanto remunerado como no remunerado. En 2022, las mujeres le dedicaron un total de 3 mil 481 millones de horas a la semana a los dos tipos de trabajo, mientras que los hombres sumaron 2 mil 983 millones de horas. Es decir, las mujeres trabajaron, en promedio, un 17 por ciento más de horas que los hombres. Las cifras del INEGI muestran que el ingreso y los bienes y servicios del hogar se consiguen, en promedio, con un mayor esfuerzo de las mujeres.

Eugenio Gómez Alatorre es profesor de Economía en la Universidad Panamericana.

COLUMNAS ANTERIORES

La recesión de 2025
Lo negativo de los programas sociales actuales

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.