Colaborador Invitado

Más que nombres: ¿qué significan los equipos de las precandidatas?

¿Cuáles son los retos que vienen para las precandidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez? Sobre esto reflexiona Gustavo Almaraz.

En días pasados Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez presentaron a los equipos que las acompañarán en la construcción de su proyecto político rumbo a 2024. Más allá de enfocarnos en perfiles individuales, resulta relevante analizar los mensajes que las precandidatas buscan transmitir a la población a través de dichos anuncios y las implicaciones que los diferentes personajes pueden tener en el siguiente gobierno.

Partiendo de lo que tienen en común, en ambos casos se observa la incorporación de perfiles conocidos, con ambas privilegiando mantener la misma élite política que hemos conocido durante los últimos años. Si bien existen algunas excepciones, predominan perfiles poco novedosos. Al mismo tiempo, es importante resaltar que los personajes detrás de sus equipos no representan únicamente nombres, cada uno trae un bagaje importante detrás, así como agendas particulares que buscarán impulsar.

El anuncio de Claudia Sheinbaum busca principalmente enviar un mensaje de continuidad. Sin embargo, destaca que no se trata de una continuidad calca, ya que existen perfiles que reflejan un sello particular en temas como el energético, medioambiental, tecnología y apertura al sector privado.

La lista incluye una mezcla entre personajes con perfiles más científicos y profesionales que los que hemos visto durante el actual sexenio, junto con algunos que han sido una constante. En ese sentido, el principal reto para Sheinbaum será la capacidad de operar con un equipo que incluya las distintas visiones que existen al interior del partido. De igual manera, hay escepticismo sobre la durabilidad de los perfiles más novedosos en el proyecto, dado el historial del presidente López Obrador. Cabe recordar que, en su momento, los anuncios iniciales del presidente incluían personajes muy calificados en algunos rubros, que sin embargo fueron saliendo del gabinete conforme contradijeron o estuvieron en desacuerdo con el mandatario.

Por su parte, Xóchitl Gálvez presentó un equipo que, si bien en discurso manifestó su objetivo de promover la idea de cambio, los perfiles reflejan que la primera exigencia que tiene es que la alianza se mantenga unida, seguida de un “cumplimiento” con los partidos que respaldan su postulación. Resaltan en su anuncio conocidos perfiles, principalmente del PRI y del PAN, lo que ha puesto en tela de juicio el perfil “ciudadano” que Gálvez prometía al inicio de este proceso.

Sin dudar de la capacidad que algunos perfiles tienen para las áreas que les competen, la pregunta indiscutible es si esta propuesta era lo que Xóchitl necesitaba para recuperar la competitividad en la contienda. En un muy simplificado recuento de los últimos años, sabemos que López Obrador llegó al poder, entre otras cosas, por el hartazgo de la ciudadanía alrededor la política de los últimos años. A su vez, sabemos que parte importante de quienes lo apoyaron, hoy se encuentran decepcionados. Sin embargo, ese votante indeciso muy seguramente no coincidará con varios de los perfiles presentados, pues representan aquello de lo que se buscó transitar en 2018.

El voto que está en juego es el de aquellos en contra de los partidos tradicionales, de los indecisos y de los jóvenes. En el caso de los primeros, éstos pueden encontrar algo de consuelo en algunas propuestas. Por nombrar un par, perfiles como Jorge Marcial Islas del Instituto de Energías Renovables de la UNAM en el caso de Sheinbaum, o Consuelo Sáizar en el caso de Gálvez, pueden entusiasmar sobre la posibilidad de algo distinto.

En lo que se refiere a los indecisos, para la precandidata de Morena prevalece el reto de convencer sobre diferencias desu proyecto con el obradorismo, al mismo tiempo que pueda garantizar continuidad para evitar cualquier tipo de tensión al exterior y al interior del partido. En el caso de la precandidata de Fuerza y Corazón por México, se observa más difícil. En su momento, su atractivo era la integración de la sociedad civil, por lo que su oportunidad para convencer podría ser finalmente consolidar dicha apuesta. Por último, los jóvenes. Alrededor de 15 millones podrán votar por primera vez en una elección presidencial. En este caso, el primer reto es que encuentren a alguien que les entusiasme lo suficiente para salir a hacerlo. El segundo, que la candidata de su preferencia represente capacidad de cumplir lo que promete, pero, sobre todo, de reivindicar la imagen que para muchos implica la política hoy en día. Sobre este punto cabe recalcar que, al final, los resultados de la elección son algo que nos compete y nos debe de interesar a todos.

*Presidente Ejecutivo de Grupo Estrategia Política

COLUMNAS ANTERIORES

México: el potencial de inversión global y los retos que enfrentamos
¡Ahí viene el lobo!

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.