En el panorama económico actual, los indicios apuntan cada vez más hacia una recesión global inminente, una posibilidad que ya no es solo una preocupación marginal, sino una expectativa creciente entre expertos y analistas. Las señales son claras y diversas, abarcando desde las acciones de la Reserva Federal de Estados Unidos hasta las fluctuaciones en los mercados laborales y de consumo.
Una recesión, a menudo vista como un monstruo en la sombra, se está materializando ante nuestros ojos, impulsada por una mezcla de factores económicos y políticos. Entre ellos, destacan seis razones principales: la dificultad de los economistas para anticipar recesiones debido a su naturaleza no lineal; el impacto retardado de las subidas de tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos; indicadores clave que ya sugieren una desaceleración; choques externos como huelgas y aumentos en los precios del petróleo; la influencia de la economía global, y un apretón de crédito que se avecina.
En octubre de 2023, Anna Wong, Tom Orlik y Bloomberg analizaron en profundidad estos factores, destacando la complejidad y la interconexión de las fuerzas económicas actuales. Su análisis sugiere que, contrariamente a las esperanzas de un “aterrizaje suave”, el escenario más probable es uno de recesión, la primera crisis pospandemia tendrá consecuencias significativas para las empresas, los consumidores y los gobiernos a nivel mundial. Si a esto le sumamos que el 2024 en México será un año electoral, en los que es sabido que los primeros 6 meses se inhiben las inversiones, se complica aún más el escenario.
Es el momento en el que las empresas buscan maneras de blindarse contra la incertidumbre económica. Las lecciones del pasado y las tendencias actuales sugieren una dirección clara: la adopción de tecnologías avanzadas. Las tendencias de inteligencia artificial (IA), el desarrollo de software y sistemas modernos ofrecen información clave sobre los clientes actuales y futuros, permitiendo a las empresas responder de manera más efectiva a sus demandas.
En tiempos de recesión, la competencia se intensifica. Las inversiones estratégicas en tecnologías como aplicaciones de productividad y desarrollo basado en la nube pueden ser críticas. Si una empresa aún no opera principalmente en la nube, este es el momento perfecto para invertir en estrategias de migración de datos en ese entorno.
Ejemplos como la transformación digital de grandes marcas en la industria de la comida rápida y los fabricantes de tecnología demuestran cómo la adopción de soluciones de IA y análisis puede conducir a un aumento significativo en la eficiencia operativa y una reducción de costos. Estos casos resaltan la importancia de adaptarse y ser proactivo en la adopción de nuevas tecnologías.
Usando el ejemplo de DoorDash, la plataforma de entrega de alimentos, que ha enfrentado una inflación que afecta el poder adquisitivo de los consumidores en Estados Unidos, ha visto un aumento en sus ingresos. La empresa se mantiene optimista sobre su crecimiento, esperando ganancias significativas este año, en parte gracias a la fuerte demanda de los consumidores.
Por otro lado, el CEO de Salesforce, Marc Benioff, destaca cómo las empresas tecnológicas, a pesar de su rápido crecimiento en 2021, tuvieron que adaptarse a un mercado cambiante en 2022. Esta adaptación implica no sólo reducir costos, sino también reconsiderar estrategias de crecimiento y expansión. Los despidos masivos en el sector tecnológico, aunque disruptivos, no necesariamente señalan una recesión inminente, pero indican un cambio en el enfoque y una necesidad de reevaluación estratégica.
La economía actual exige una nueva forma de pensar y operar. Las empresas deben estar preparadas no solo para sobrevivir en tiempos de incertidumbre, sino para prosperar. La inversión en tecnologías avanzadas y la transformación digital no son solo herramientas para la eficiencia; son esenciales para asegurar la resiliencia y la sostenibilidad a largo plazo de cualquier negocio en un mundo cada vez más impredecible.