Entre las noticias económicas relevantes de este inicio de año rescato una nota: la revista inglesa The Banker reconoce a la gobernadora del Banco de México (Banxico), Victoria Rodríguez, como la banquera central del año 2024 para América.
Esta mención es relevante por tres razones.
En primer lugar porque reconoce la labor de Banxico, no sólo de su gobernadora, en el cumplimiento de su mandato, que es preservar el poder adquisitivo del peso mexicano. El periodo poscovid ha estado caracterizado por incertidumbre y prolongadas presiones inflacionarias. El Banco ha buscado controlar con cierta eficacia el aumento desordenado de precios que afecta al bolsillo de los más de 30 millones de hogares en México, para que la inflación no les robe su poder de compra.
Lo que reconoce la revista es una política monetaria restrictiva y consistente con el contexto inflacionario, que en agosto de 2022 alcanzó tasas anuales por arriba del 8 por ciento, y que desde entonces ha ido disminuyendo muy lentamente. Lo ha hecho a pesar de una política de gasto expansiva del gobierno federal, que dificulta su labor. La política monetaria ha consistido en aumentos consecutivos de la tasa de interés de referencia desde junio 2021, con el objetivo de encarecer el dinero, y que a las personas y empresas busquen ahorrar más que gastar.
En México, además, la enorme informalidad (25 por ciento de lo que producimos proviene de la economía informal y 55 por ciento de las personas que trabajan lo hacen en un empleo informal) tiene como consecuencia que muchas personas y negocios estén fuera del sistema financiero, por lo que encarecer el crédito formal no ralentiza tan eficazmente la actividad económica ni el tren de gasto de la gente que no usa bancos. Enorme ha sido el reto de contener la inflación para Banxico.
En segundo término, el reconocimiento de la revista The Banker proviene de la comunicación que ha mantenido el Banco de México con el público, empezando con el sistema financiero. Es un contexto muy particular, pues el Banco tiene vacante la oficina de comunicación social prácticamente desde la llegada de la gobernadora Rodríguez. A pesar de ello, la gobernadora ha privilegiado la comunicación institucional por medio de informes y comunicados, y ha dejado que otros subgobernadores den entrevistas y conferencias, cubriendo ella sólo contados espacios en los medios. Esa estrategia ha servido para que el sistema financiero tenga –no sin algunos tropiezos importantes– indicios certeros de la trayectoria que seguirá la política monetaria, dotando de confianza al público.
Y es la confianza en el Banco de México la que sustenta la estabilidad macroeconómica. No en balde confiamos en que nuestros billetes de 500, 200 y 100 pesos estén respaldados y no sean sólo papelitos de colores. Nos permite confiar que el dinero representa el ingreso que tenemos. Es la confianza en el Banco la que permite comprar bienes y contratar servicios con pesos y que los acepten a cambio.
La confianza que tenemos en el Banco de México descansa en el cumplimiento de su mandato, en su capacidad de comunicar las acciones para cumplir con ese mandato, pero también en su autonomía respecto al gobierno en turno. No podría haber una política monetaria eficaz si estuviese alineada con intereses político-electorales. Sin esos cuatro elementos (confianza, mandato, capacidad de comunicar y autonomía) el Banco de México no podría contener la inflación, ni su gobernadora ser reconocida como banquera central del año.
Al final, es cierto que son las instituciones las que importan, no sólo las personas que ocupan posiciones temporales. Aunque es evidente que el liderazgo y la gestión de quien las encabeza, importan mucho. Una institución debe cumplir con la ley y su titular debe actuar de forma institucional.
Sin embargo, es muy relevante que Victoria Rodríguez sea una mujer. Según estadísticas del foro OMFIF, las banqueras centrales son menos del 10 por ciento de las personas que encabezan bancos centrales a nivel mundial. En ellos trabajan cada vez más mujeres en posiciones sustantivas, pero son sólo un tercio de quienes integran sus juntas de gobierno, y la proporción de gobernadoras es aún menor.
El mundo financiero sigue siendo predominantemente masculino. En él se reconoce el liderazgo sólo desde un estilo firme, enfático, protagónico. En ese contexto, The Banker ha nombrado a la mexicana Victoria Rodríguez como banquera central del año en América, junto a otros cuatro hombres de África, Oriente Medio, Europa y Asia.
La pregunta para las (y los) economistas en México es si realmente estamos evaluando de manera justa la gestión de Victoria Rodríguez, a quien frecuentemente se le compara con sus antecesores, todos hombres, y se le critica por su falta de protagonismo, poniendo en duda su capacidad y su liderazgo. Si The Banker la reconoce, algo ha estado haciendo bien el Banco de México durante su gestión, así tenga ella una forma distinta de hacer las cosas.
Es esa la tercera razón por la que la mención de The Banker es importante. La presencia de más mujeres en posiciones de poder no sólo es provechosa por criterios de paridad, sino porque nos permite experimentar con estilos diferentes de hacer las cosas, incluso, en entornos donde las reglas ya estaban escritas.
Sofía Ramírez Aguilar es maestra en Economía por el ITAM y directora de México, ¿cómo vamos?