La autora es Directora para América Latina del Foro Económico Mundial.
En un contexto marcado por crecientes complejidades geopolíticas y económicas globales, el panorama político y económico de América Latina sigue siendo heterogéneo y dinámico, con un desempeño económico variado entre los países. El Banco Mundial proyecta un crecimiento regional del 2,3% y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas estima un crecimiento regional inferior al 1,9%, mientras que la región sigue enfrentando niveles de deuda y presiones fiscales desafiantes, y aunque aún lejos de alcanzar metas satisfactorias, los economistas de la mayor parte de la región esperan menores niveles de inflación y una leve reducción del costo de vida.
Tras una serie de cambios políticos marcados por las elecciones celebradas en Argentina, Ecuador, Guatemala y Paraguay el año pasado, se espera una nueva ola de elecciones en los próximos meses, incluyendo a El Salvador, Panamá, República Dominicana, México y Uruguay, mientras que las elecciones en Venezuela dependerán de las negociaciones para crear las condiciones para un proceso electoral libre y justo.
Algunos gobiernos se enfrentan con la tarea de responder al grave deterioro de la seguridad pública, además de buscar la cohesión política para gobernar y brindar certidumbre para las inversiones y la creación de empleo, al tiempo que adoptan reformas sociales, ambientales y macroeconómicas decisivas.
Las visiones para América Latina se perfilan en Davos
Durante la Reunión Anual del Foro Económico Mundial, las discusiones entre los líderes regionales explorarán las visiones, los desafíos y las prioridades para América Latina, tanto las de carácter estructural como las emergentes, así como los paradigmas cambiantes y las políticas innovadoras impulsadas por los gobiernos recientemente electos.
Anticipándose a la persistente disminución de los volúmenes de comercio mundial, que tiene un impacto significativo en América Latina, la Alianza Global para la Facilitación del Comercio del Foro está ayudando a los esfuerzos de la región para reducir la burocracia y poner fin a las costosas demoras en las fronteras, reuniendo a gobiernos y empresas para llevar a cabo reformas comerciales específicas.
Entre otras prioridades, en alianza con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Foro está abordando la persistente brecha de género a través de una red de Aceleradores de Paridad de Género en siete países de América Latina que han avanzado en plataformas de colaboración público-privada para abordar los desafíos no resueltos que enfrentan las mujeres en la fuerza laboral.
Al mismo tiempo, la inseguridad pública, la falta de oportunidades económicas y los desastres naturales siguen impulsando flujos migratorios irregulares alarmantes, que reflejan circunstancias estructurales complejas y evidencias sobre las realidades políticas, socioeconómicas, ambientales y humanas.
En el contexto de la Alianza para Centroamérica, el programa regional de Davos expondrá modelos innovadores de cooperación entre múltiples sectores y la contribución del sector privado a la creación de prosperidad para abordar las causas estructurales de la migración.
La colaboración, clave para afrontar los retos regionales
En las esferas del clima y la naturaleza, en colaboración con socios regionales e internacionales que se esfuerzan por mejorar las capacidades de la región para hacer frente a los desafíos regionales y mundiales, el Foro Económico Mundial estableció una línea de trabajo apoyada por 1t.org y la plataforma de innovación Uplink, que reúne a líderes de gobierno, empresas, emprendedores locales y miembros de las comunidades locales de toda la cuenca del Amazonas para compartir los desafíos existentes y explorar posibles soluciones para la bioeconomía sostenible y el ecoemprendimiento de la Amazonia.
Al mismo tiempo, la Alianza por los Bosques Tropicales está apoyando las asociaciones y la acción colectiva para impulsar las cadenas de suministro libres de deforestación de la región, especialmente en el ganado y la soja. Y a través de la Alianza Mundial para la Acción sobre el Plástico, el Foro Económico Mundial proporciona una plataforma para la acción concreta de múltiples sectores sobre la contaminación por plásticos.
El Foro Económico Mundial también apoya la transición energética de América Latina a través de una iniciativa regional emergente para permitir una economía de hidrógeno limpio, y diálogos a nivel nacional sobre cero emisiones netas y movilización de inversiones para la energía limpia que no solo contribuirá a reducir las emisiones de CO2, sino que también tiene un potencial para la creación de empleo en un panorama de economía verde en crecimiento.
También es importante destacar el renovado papel internacional de la región en el contexto de plataformas multilaterales, como el G-20 y la COP30 presididas por Brasil, el Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) liderada por Perú, la COP de biodiversidad organizada por Colombia y la coordinación de los bancos multilaterales de desarrollo por el BID, así como la propuesta de reformas pertinentes del sistema multilateral.
Cómo puede América Latina reforzar su capacidad de resiliencia
Si bien América Latina continúa desempeñándose por debajo de su potencial, busca superar el impacto de la desaceleración económica mundial y fortalecer su resiliencia, pero para acelerar el progreso, la región debe solventar los riesgos políticos y de gobernanza, impulsar la integración regional y mejorar su productividad mediante la modernización de sus modelos de desarrollo, la adopción de tecnologías emergentes y el aumento de las inversiones en sus sectores más competitivos.
La región tiene una gran oportunidad para aprovechar sus ventajas, su vasta dotación natural, su posición geográfica estratégica y su capital humano para abordar las demandas regionales y a la vez, desempeñar un papel clave en la provisión de soluciones a problemas globales desafiantes, incluida la transición energética, la acción climática y la seguridad alimentaria.