La pandemia por covid-19 trajo consigo cambios importantes en todo. Los seres humanos nunca pensamos que en pleno siglo XXI podríamos vivir un acontecimiento que más bien visualizamos en siglos pasados o en alguna película de ciencia ficción.
Muchos casos específicos derivados de la pandemia se pueden platicar, pero nos enfocaremos en uno que es, para mí, el más importante porque es el modelo de negocios que llegó para quedarse y que, en el caso de México, es una bendición que debemos aprovechar. Así es, me refiero al nearshoring.
Sus efectos son visibles desde el primer instante en que se supo de su importancia. El nearshoring o relocalización es el hecho de reubicar centros de desarrollo, trabajo o fabricación de diversos insumos para industrias mucho más cerca del lugar en que se ocuparán.
Contrario a la globalización que vivimos durante años y que suponía el hecho de mandar fábricas, insumos o productos a países con mano de obra calificada pero de forma mucho más económica.
Como lo dijimos hace algunas entregas, si la montaña no va a ti, el nearshoring sí.
México es sumamente importante para la relocalización por su ubicación geográfica, pues nos convertimos en el primer socio comercial de Estados Unidos en los últimos años; para 2023, el intercambio comercial entre ambos países ascendió a 745 mil millones de dólares.
Nuestro país también desplazó a China como principal socio comercial de la Unión Americana, situación importantísima que también debemos aprovechar.
No sólo eso, en el mismo año, la Inversión Extranjera Directa (IED) que aterrizó en suelo azteca fue de 36 mil 58 millones de dólares.
Las nuevas inversiones en el 2022 fueron por 18 mil 147 mdd, mientras que el año pasado fueron por 4 mil 817; las reinversiones hace dos años fueron por 16 mil 202 mdd y en el 2023 fueron por 26 mil 631 mdd; y cuentas entre compañías en el 22 fue por mil 962 mdd y para el año recién terminado fue por 4 mil 610 mdd.
De acuerdo con los datos del Banco de México, 74 por ciento del total de la IED corresponde a reinversión de utilidades, 13 por ciento a nuevas inversiones y el resto a cuentas entre compañías.
Y lo que se observa en el horizonte es positivo. En su 19 edición del estudio Perspectivas de la Alta Dirección en México, KPMG México revela que 57 por ciento de las organizaciones en nuestro país prevén que la economía mantendrá el ritmo de crecimiento observado hasta el momento, destacando como principales retos el incrementar la confianza en el Estado de derecho para fomentar el nearshoring (56 por ciento).
Además, 46 por ciento de los entrevistados revela que uno de los factores para tomar decisiones sobre futuras inversiones en México es el nearshoring.
Otro factor que dejará en claro el impacto de la relocalización en el país es el referente a los parques industriales. Para 2023, los parques industriales cerraron con una vacancia de 2.2 por ciento, debajo de los niveles de 6 por ciento del periodo 2019-2020, indican datos de la Asociación Mexicana de Parques Industriales (AMPIP).
La AMPIP estima que en 2024 sus miembros invertirán tres mil 185 mdd, lo que representa un crecimiento de 14.2 por ciento respecto a la inversión de 2023, que cerró en dos mil 790 mdd.
En tanto, Intercam Banco revela que “los principales beneficiarios de la demanda de espacio por nearshoring son los estados fronterizos, por ejemplo, Ciudad Juárez concentró 27 por ciento de la demanda en 2023, seguido por Monterrey que concentró el 24 por ciento. En conjunto, los estados del norte del país recibieron el 80 por ciento de la demanda de espacio mientras que el resto de los mercados del país recibieron el 20 por ciento”.
Otros factores fundamentales que se requieren son la infraestructura, las energías limpias, el agua y un tema que tiene una importancia trascendental: la seguridad y, por qué no decirlo, el complemento que puede significar la seguridad privada en la certeza de las inversiones que están por venir.
Un fundamental reto es atender la empleabilidad y competitividad de nuestra mano de obra, cuya disponibilidad representa el problema más apremiante para el 10 por ciento de las empresas y el 18 por ciento para las del sector de manufacturas.
Las oportunidades que trae consigo el nearshoring son muchas, pero también las necesidades y áreas por satisfacer. Debemos ser, también, autocríticos y poner bien los pies sobre la tierra, no hacer falsas expectativas y sí, en cambio, poner manos a la obra para aprovechar esta etapa que nos tocó vivir.