“El quirófano es donde los cirujanos transforman el miedo en esperanza”.
Anónimo
La autora es Healthcare Industry CEO de Vitalmex.
En el último Mexico Health Summit participé en una mesa redonda relacionada con los hospitales inteligentes, un concepto que se ha venido discutiendo cada vez más en diversos foros de salud. La realidad es que en México y el mundo operan hospitales que fueron construidos hace cientos de años, como es el caso del Hospital de la Purísima Concepción y de Jesús de Nazareno (“Hospital de Jesús”) fundado en el 1524 o en Estados Unidos el Bellevue Hospital Center, que abrió sus puertas en 1736.
He tenido la oportunidad de visitar quirófanos en varias ciudades del mundo y de conocer sobre los últimos avances de equipamiento e instrumental necesarios para asegurar la precisión y éxito de los procedimientos quirúrgicos, con lo que es obvio concluir que, ya sean hospitales construidos hace cientos de años o hace diez años, las salas quirúrgicas en su espacio y diseño enfrentan retos para albergar dicha tecnología siempre cambiante y lograr ser espacios funcionales que puedan garantizar no solo la seguridad del paciente, sino de todo el personal que lo vive.
Los quirófanos como los conceptualizamos hoy en día datan de mitad del siglo XIX, cuando con la llegada de la anestesia, la asepsia y la antisepsia modificaron drásticamente las prácticas quirúrgicas.
En los últimos años, la cirugía asistida por imágenes ha potencializado la necesidad de tener salas adaptadas que den cabida a estos equipos de grandes dimensiones.
Sabemos bien que la construcción de hospitales nuevos tiene costos millonarios y, por esa razón y otras más, la opción de renovar las infraestructuras hospitalarias existentes resulta en una posibilidad eficiente.
Tanto nuevos como renovados, no visualizamos una sala quirúrgica en la que la tecnología no evolucione constantemente. El Big data, la robótica, la realidad aumentada y la telemedicina son aspectos que es necesario tomar en cuenta para conceptualizar estos espacios cada vez más sofisticados.
Repensar el quirófano moderno y lograr su correcta y fluida operatividad obliga a toda la industria a desarrollar procesos creativos y colaborativos donde grupos diversos de especialistas como arquitectos, ingenieros biomédicos, ingenieros en sistemas, desarrolladores de tecnología médica y el personal usuario, converjan con ideas innovadoras y sustentables.
En los casos en los que la opción sea ir por la renovación de los quirófanos es necesario al diseñar ganar alturas, ya que la mayoría de los antiguos quirófanos no cumplen con las hoy recomendadas. Es indispensable aprovechar espacios adyacentes en los que se logre instalar tecnologías de apoyo; aprovechar los techos de las salas al máximo para evitar cableados terrestres que ocasionen accidentes; pensar en paredes de materiales especiales que faciliten su limpieza y flexibilidad; hacer uso de brazos mecánicos que soportan también dispositivos médicos de última generación; cuidar con esmero la iluminación y el ruido. A todo lo anterior, hay que adicionar el contar con una gran capacidad de suponer el futuro de un recinto modular, flexible y polivalente, que pueda dar paso al futuro de la cirugía en la cual sea quizás el paciente el único ser humano presente y en cual no se pierda la humanización de la atención al mismo.
Ya lo decía Mary Shelley en su libro Frankenstein “Nada es tan doloroso para la mente humana como un cambio grande y repentino”.