Colaborador Invitado

Otra vez Ayotzinapa

Ayotzinapa es un nudo gordiano también para el Ejecutivo, en el que queda demostrado que incluso la voluntad política a veces es insuficiente para obtener justicia.

La desaparición de 43 estudiantes de Escuela Normal Rural, Raúl Isidro Burgos, en Ayotzinapa, es todavía una herida abierta a casi 10 años de distancia de uno de esos horrores que no alcanzamos a entender todavía cómo y por qué ocurrieron.

La lucha de los padres de los normalistas desaparecidos por obtener justicia sigue sin respuesta y se ha visto entrampada en un aparente callejón sin salida, en el que sabemos a detalle lo que pasó aquel 26 de septiembre de 2014, conocemos los presuntos móviles, la hipótesis de la acción concertada del crimen organizado y autoridades corruptas, pero todavía no se atina a señalar a todos los responsables por los hechos de la Noche de Iguala y mucho menos se conoce el paradero de los jóvenes desaparecidos.

Es en este escenario en el que las protestas de los padres y normalistas de Ayotzinapa de nueva cuenta atizan el fuego y nos recuerdan que no hay respuestas claras y que el Estado es responsable de investigar y aclarar este caso.

Nuevos episodios de violencia y confrontación se han registrado en las últimas semanas: el derribo de una puerta de Palacio Nacional con una camioneta en el que estuvieron involucrados normalistas de Ayotzinapa, justo mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador daba su conferencia matutina; el asesinato de un joven normalista en Tixtla; disturbios en Chilpancingo durante protestas de los estudiantes.

Todos estos actos nos recuerdan que, de acuerdo con analistas, el caso Ayotzinapa fue uno de los graves problemas que el gobierno de Enrique Peña Nieto no pudo solucionar y que terminó por explotarle en las urnas, además de las acusaciones de corrupción y la fuerza arrasadora que López Obrador tenía en las preferencias electorales durante la contienda presidencial de 2018.

Ahora estamos frente a un escenario similar. Protestas que cada vez escalan más, un periodo electoral con muestras de “guerra sucia” de todos los bandos, y la promesa incumplida de aclarar una de las heridas más profundas y dolorosas de los más recientes años en México.

Para tratar de controlar la situación, el Ejecutivo ha señalado que sí fue el Estado el que desapareció a los jóvenes, es decir, las autoridades actuaron de manera omisa e incluso se coludieron para obstaculizar las investigaciones en torno al caso.

Ante el amago de normalistas y sus padres de hacerse presentes en actos de campaña de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, el presidente ha tratado de calmar los ánimos y ha llamado a no caer en provocaciones, consciente de que ahora se aplica el refrán de “a río revuelto, ganancia de pescadores”.

Bien convendría a Morena analizar el impacto que estas manifestaciones pueden tener en las preferencias electorales rumbo a las elecciones de junio porque el descontento por la inseguridad y la violencia es latente entre la ciudadanía, que con su voto tendrá el único tiro para hacer valer su voz en esta nuestra incipiente democracia controlada por los partidos políticos.

Ayotzinapa es un nudo gordiano también para el Ejecutivo, en el que queda demostrado que incluso la voluntad política a veces es insuficiente para obtener justicia.

Ya en la recta final del sexenio del presidente López Obrador, los padres y normalistas de Ayotzinapa otra vez alzan la voz en busca de respuestas que ayuden a sanar una herida que puede cambiar el rumbo de los resultados electorales.

SOTTO VOCE

Gran acierto de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, quien destituyó a su secretario de Gobierno y al de Seguridad Pública, y notificará al Congreso el relevo de la Fiscal Sandra Luz Valdovinos —quien se aferra a su puesto— como una medida para avanzar hacia el esclarecimiento del caso del joven fallecido de Ayotzinapa…

Como es costumbre, los buenos oficios del senador Ricardo Monreal salieron a relucir ayer al entablar un diálogo con Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los normalistas desaparecidos. Monreal sin duda echa agua fría a un conflicto que está candente. Y más cuando los mismos padres se acercaron a él para restablecer el diálogo con el Ejecutivo…

Una vez más las calles de la Ciudad de México están tapizadas de propaganda electoral que terminará en la basura. ¿En serio no hay una mejor manera de llegar a la ciudadanía sin seguir tirando nuestros impuestos literalmente al vertedero?

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