Colaborador Invitado

El debate presidencial y las imprecisiones en el tema de salud

La ciudadanía merece propuestas de salud basadas en evidencias claras y robustas, más allá de la retórica y de las ambigüedades.

El reciente debate presidencial encendió discusiones sobre varios temas de la salud pública, por lo que es necesario esclarecer algunos puntos que, en el fragor del debate, pudieron haber quedado poco precisos.

Más allá de los errores naturales y del nerviosismo de un debate en vivo, como las frases dichas por la candidata Xóchitl Gálvez: “Creo que sería muy importante preguntarles a las personas que murieron”, o “el 36 por ciento de las actas de nacimiento tienen una clasificación donde no se identifica la muerte”, es necesario clarificar las imprecisiones de esta candidata en el tema de salud, y que fueron expresadas durante el debate.

Un tema fue el uso de ivermectina durante la pandemia, criticado por Gálvez como carente de base científica: “Le diste (Claudia Sheinbaum) un medicamento para piojos a los pacientes de COVID cuando no había ni sustento científico ni médico”. En momentos críticos de la pandemia, con un virus desconocido y altamente contagioso, la adopción de medidas emergentes basadas en la evidencia científica disponible en ese momento es comprensible. La ivermectina, un antiparasitario seguro, se consideró una opción potencial ante la falta de tratamientos efectivos, de acuerdo con estudios como el de Heidary en el Journal of Antibiotics del 2020.

Es crucial reconocer que la evaluación de tratamientos durante emergencias sanitarias se basa en el balance riesgo-beneficio. Hoy existe mucha evidencia científica acerca de que la ivermectina no tiene efecto alguno como tratamiento para el COVID-19, pero eso se sabe hasta ahora. Con la llegada de las vacunas y el avance del conocimiento científico, la práctica médica se ajustó, dejando atrás el uso de la ivermectina sin reportes de complicaciones graves por su uso temporal.

Otra aseveración de Gálvez, respaldada por un estudio en la revista The Lancet, señalaba a la Ciudad de México como un ejemplo negativo en la gestión de la pandemia: “La revista Lancet, que es una de las revistas científicas más importantes del mundo acaba de publicar que la Ciudad de México fue un fracaso en el manejo de la pandemia… La Ciudad de México perdió nueve años de esperanza de vida, eso es tremendo, fue la ciudad del país que peor manejó la pandemia; fue uno de los países con mayor exceso de mortalidad”, dijo la candidata del PRIAN.

La publicación a la que hace referencia fue realizada para conocer el impacto de la pandemia a nivel global en 204 países y 811 ubicaciones subnacionales. La conclusión del estudio fue que en el 84 por ciento de los países hubo un exceso de mortalidad y una disminución de la esperanza de vida de diferentes magnitudes, algo que no fue exclusivo de México. En ninguna parte del documento se hace mención de que los resultados en algún país o ubicación subnacional (Ciudad de México) hayan sido por “un fracaso” en el manejo de la pandemia.

Los datos deben contextualizarse correctamente, evitando extrapolar conclusiones que puedan inducir a error. Es crucial entender que la pandemia afectó globalmente, con variaciones en su impacto debido a múltiples factores, incluyendo las condiciones de salud preexistentes en cada población, como quedó demostrado en otra publicación de la revista The Lancet realizada por investigadores del Instituto de Salud Pública y el Imperial College of London, en donde se expresa que las condiciones preexistentes como el sobrepeso y la obesidad exacerbaron las tasas de mortalidad, siendo las causantes de cuatro de cada diez muertes por COVID-19. (Johnson, Lancet 2024).

El debate ofreció dos visiones distintas en materia de salud: una fundamentada en datos y ciencia, representada por la Dra. Claudia Sheinbaum y otra marcada por la imprecisión. Al final, la ciudadanía merece propuestas de salud basadas en evidencias claras y robustas. Las dos visiones de la salud que necesita el pueblo de México deben darse de manera informada y con una comprensión profunda de los hechos, más allá de la retórica y de las ambigüedades, la salud de todos los mexicanos lo merece.

El autor es médico especialista y extitular de la Unidad de Atención Médica del IMSS.

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