Colaborador Invitado

Cambio climático: La verdadera interrogante rumbo al 2 de junio

A pesar de todos los avisos y alarmas internacionales para crear cambios urgentes que mitiguen el impacto en el país, parece que la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente han quedado en segundo plano en la agenda pública.

La autora es CEO de ILUNKA, ESG, Estrategia y Sostenibilidad.

No uses mi vida, ni mi salud como una promesa de campaña… La biodiversidad, los recursos naturales, la vida animal están en crisis y nuestro país también.

En un momento crítico para la humanidad, donde los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes y devastadores, resulta desconcertante la falta de énfasis en la acción climática durante las propuestas de las y el candidato presidencial para el periodo 2024-2030 en México. La inclusión de estas acciones de cambio climático no debería estar a discusión, ya que sin ellas no hay futuro como país, punto.

Entonces, ¿por qué este tema no se ha convertido en uno de los ejes de conversación rumbo al 2 de junio? A pesar de todos los avisos y alarmas internacionales para crear cambios urgentes que mitiguen el impacto en el país, parece que la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente han quedado en segundo plano en la agenda pública.

Aún cuando la sostenibilidad y la preocupación por el medio ambiente ha tomado un mayor peso en las estrategias empresariales y la sociedad mexicana, pareciera ser que se ha convertido en un concepto fantasma que ha brillado por su ausencia en la búsqueda por la presidencia del país. En un momento donde la crisis económica y la desigualdad son temas dominantes, es crucial entender que sin sostenibilidad no habrá sociedad que atender.

La necesidad de dirigir la agenda política a temas socioambientales no solo es un requisito, es una urgencia que requiere atención inmediata más que propuestas ambiguas y promesas a largo plazo. Temas como la transición energética, la investigación en nuevas energías, la transformación de Pemex, la reestructuración de CONAGUA, la reducción de emisiones, la desaparición de presupuestos para oficinas estatales que atendían temas ambientales, e incluso la construcción de más ciclovías, han sido mencionados como parte de la promesa de un futuro mejor, pero, ¿se trata de un compromiso real con la sostenibilidad o simplemente una estrategia política?

Sin duda, la urgencia de abordar el cambio climático no puede ser subestimada. No se trata solo de proteger el medio ambiente, sino de garantizar la supervivencia misma de nuestra sociedad. Desde seguridad alimentaria hasta estabilidad económica, todas las áreas de nuestra vida están intrínsecamente ligadas al estado de nuestro planeta.

Es hora de que los candidatos asuman un liderazgo verdadero para impulsar la sostenibilidad en el país, en lugar de continuar delegando la responsabilidad a otras instancias. Deben comprometerse con acciones concretas y alcanzables, más allá de meras palabras en campañas electorales. La transformación de nuestras políticas energéticas, la protección de nuestros recursos naturales y la promoción de una economía circular son solo el comienzo.

Como ciudadanos, debemos exigir responsabilidad a nuestros líderes políticos. La acción climática no puede ser un tema secundario en la agenda del país, sino una prioridad absoluta. Hay que tener presente que los impactos negativos ambientales afectan la estabilidad y el desarrollo social y viceversa. La devastación que vivimos a nivel forestal y la escasez de agua, por ejemplo, afectan gravemente la salud de las personas, lo que deriva en gasto público. El enfoque de desarrollo basado en sostenibilidad se refiere precisamente a la búsqueda del equilibrio entendiendo que todo está interconectado. Las posturas y proclamaciones de nuestras candidatas y candidato deben reflejar el entendimiento de esto. Nuestro país exige una gestión presidencial íntegra y bien pensada. Que tome decisiones con la consciencia de que nada es más relevante que la comunión humana con el ecosistema natural y el respeto por la vida en todas sus expresiones. Necesitamos líderes y lideresas comprometidas con el futuro de nuestro país y del planeta, dispuestos a tomar decisiones difíciles e implementar medidas audaces para enfrentar el desafío climático.

Es incómodo, sí, es retador, también, pero poner el tema de la sostenibilidad en la mesa y tomar acciones reales frente al panorama que se avecina es la única posibilidad de continuar y mejorar la sociedad como la conocemos, para crear economías más resilientes, mejores futuros y una posibilidad real para las siguientes generaciones.

Es responsabilidad de las y el candidato y la política mexicana el darnos opciones favorables y propuestas alcanzables, así como de comprometerse por los problemas que atañen a la región, pero también es responsabilidad de nosotras y nosotros como votantes el conocer cuáles son los pilares que son necesarios para seguir existiendo como país. Abordar el cambio climático no es solo una cuestión de responsabilidad moral, sino también de interés propio para todo el país.

Hay que pasar del liderazgo basado en el poder al liderazgo basado en la colaboración.

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