La cultura e identidad de México han sido siempre parte del atractivo del territorio, sobre todo, en cuanto al turismo extranjero. De manera cotidiana, este tipo de artesanía logra el interés de muchas personas, tanto a nivel nacional como internacional, que procuran destinos turísticos donde puedan adquirir y ver cómo se fabrican estos productos.
Así, tan solo de inicio, desde esa vertiente, podemos hablar de que la alfarería deja una buena derrama económica en el país.
Claro, es innegable que la alfarería es una actividad que dinamiza la economía mexicana, sobre todo en lugares como el Estado de México, Puebla, Oaxaca y muchos otros, donde la tradición perdura de generación en generación y es fuente de empleo para muchas familias.
Simplemente, según la Cuenta Satélite de la Cultura de México, en 2021, la actividad económica generada por las artesanías ascendió a 153 mil 437 millones de pesos, lo que representó 0.6 % del Producto Interno Bruto (PIB) Nacional.
En ese mismo año, las artesanías generaron, de acuerdo al INEGI, 479 mil 655 puestos de trabajo ocupados remunerado. A través de estos datos, se puede tener una idea clara de la relevancia de la alfarería mexicana, no solamente como patrimonio cultural y representación social de nuestras costumbres, sino también como parte fundamental de la estabilidad económica de miles de familias que viven y se desarrollan alrededor de dicha dinámica.
Por ello, es crucial apoyar las nuevas formas de realizar esta loable labor, y que evitan, en todo momento, que los alfareros y quienes adquieren sus productos se vean expuestos al plomo.
Hay que recordar que la toxicidad de este metal tiene consecuencias fatales para todas las personas, pero especialmente en los niños, que tienen unas ocho veces más probabilidades de llevar niveles de plomo en sangre superiores a 5.0 μg/dl.
Por supuesto, la alfarería es una tradición de la que todos nos sentimos orgullosos como mexicanos; pero, en el caso de quienes diariamente trabajamos de la mano con los artesanos desde Pure Earth Mèxico, resulta una verdadera satisfacción colaborar de cerca con ellos e incentivarlos a transformar la manera de hacer las cosas - las mismas que han venido haciendo durante siglos - para que no afecte la salud ni de ellos ni de nadie.
La alfarería libre de plomo es una realidad y es también una manera de activar la economía en el país y, a la vez, cuidar la salud de muchos. Sobre todo, es una forma de reducir el porcentaje de muertes por exposición al metal.
Diariamente, cada quien desde nuestra trinchera, debemos exigir utensilios, loza. alfarería libre de plomo, ya sea en restaurantes, comercios y, claro, en nuestro propio hogar. Para acabar con el plomo y su daño irreversible se requiere, de veras. una cadena humana de concientización y, con el apoyo y disposición de los alfareros, estoy seguro que se va a lograr.