En la obra ‘The Fighting Temeraire’ de J.M.W. Turner, vemos un majestuoso buque de guerra que alguna vez dominó los mares, ahora reducido a ser remolcado hacia su destino final: el desguace. La imagen es un poema visual sobre la transitoriedad, una meditación sobre el inevitable declive de aquello que alguna vez fue grandioso. El ‘Temeraire’, que había sido un pilar de la victoria británica en la Batalla de Trafalgar, ahora es llevado hacia su fin, marcando el cierre de una era gloriosa y la llegada de una nueva, impulsada por el progreso industrial.
Al igual que el ‘Temeraire’, los líderes que han gobernado naciones poderosas como México y los Estados Unidos se enfrentan al ocaso de sus carreras políticas, un momento que siempre parece lejano hasta que de pronto se convierte en una realidad ineludible. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Joe Biden, ambos hombres de larga trayectoria, se encuentran en la encrucijada de la despedida. Este proceso de retiro del poder no es simplemente un evento administrativo; es un viaje emocional y filosófico profundamente arraigado en la psique humana.
El Vacío del Adiós
¿Qué siente un líder al dejar atrás el poder? Hay una soledad inminente en el acto de retirarse, una sensación de vacío que crece a medida que el día final se acerca. Este sentimiento es análogo al del ‘Temeraire’ en su último viaje: un gigante desprovisto de su grandeza, despojado de sus mástiles y velas, y arrastrado por una nueva fuerza que lo llevará a un lugar donde ya no será necesario. Es un adiós a la relevancia, a la batalla, y a la identidad que, por tanto tiempo, fue inseparable del cargo.
Para AMLO, cuyo mandato ha sido tanto una cruzada personal como una política, el retiro significa dejar atrás un proyecto de vida. Su presidencia no ha sido simplemente una administración; ha sido la culminación de décadas de lucha política, de ser la voz del pueblo, de construir lo que él percibe como una transformación histórica. Sin embargo, ahora, como el ‘Temeraire’, debe enfrentarse al hecho de que todo líder es reemplazable. A medida que Claudia Sheinbaum asume el timón, AMLO se encuentra en la paradoja del exlíder: saber que su era está terminada, y que una nueva generación tomará su lugar, pero sin él al mando.
En Estados Unidos, Joe Biden también enfrenta este ocaso. Después de una vida dedicada al servicio público, su retirada es tanto un alivio como un desafío existencial. Biden, como el ‘Temeraire’, ha navegado por los mares tumultuosos de la política durante décadas. Sin embargo, la sucesión de Kamala Harris no solo marca el fin de su presidencia, sino el fin de una era política que él representa: la era de los líderes tradicionales, blancos, de mayor edad, y con un enfoque moderado. El mundo que él deja atrás será moldeado por fuerzas que ya no controla, al igual que el remolcador de vapor que arrastra al ‘Temeraire’ hacia su destino.
El Ocaso
¿Qué dudas y sentimientos invaden a un líder en estos momentos? La duda más grande es quizás sobre la relevancia: ¿Fue suficiente? ¿Logré lo que me propuse? ¿Cómo me recordará la historia? Estas preguntas son el eco de un ‘Temeraire’ que ya no lleva la bandera británica, sino un simple estandarte comercial, un recordatorio de que, una vez despojado del poder, la grandeza se reduce a una sombra del pasado.
El miedo también juega un papel crucial. El miedo a la irrelevancia, a ser olvidado, a que las nuevas generaciones vean sus logros como simples eslabones en una cadena que inevitablemente se romperá o transformará. La imagen del ‘Temeraire’ siendo remolcado por una pequeña y oscura máquina de vapor es poderosa precisamente por lo que sugiere: el gran buque es ahora impotente, y su destino está en manos de una fuerza más pequeña pero más adaptada a los nuevos tiempos. Para AMLO y Biden, esta imagen resuena en el corazón de su despedida del poder.
¿Cómo Seguir?
Después de gobernar naciones como México y Estados Unidos, ¿cómo se sigue adelante? Para los líderes que han sido la cara visible de sus gobiernos, el retiro no es simplemente un paso al costado; es una reinvención personal. AMLO tendrá que redefinir su papel, posiblemente como una figura moral o un comentarista político, pero siempre con la sombra de haber sido un presidente. Biden enfrentará un desafío similar, aunque quizás con un enfoque más introspectivo, dado su historial de pérdidas personales y su edad avanzada.
El ‘Temeraire’ no tiene elección en su destino, pero los líderes humanos sí. Aun así, la pregunta persiste: ¿Cómo vive un líder después del ocaso? La respuesta está en cómo manejan el vacío que queda tras el poder. Como el ocaso en el cuadro de Turner, que ilumina al ‘Temeraire’ con un resplandor final antes de desaparecer en la noche, estos líderes tendrán un último momento de luz antes de que su presencia se disuelva en la historia. Pero mientras el ‘Temeraire’ fue desmantelado, los líderes tienen la oportunidad de seguir influyendo, aunque sea desde la sombra.
Goodbye my friends
‘The Fighting Temeraire’ de Turner no solo captura el fin de una era; es una advertencia sobre la fugacidad de la grandeza. AMLO y Biden, al igual que el gran barco de guerra, han llegado al final de sus viajes, y deben enfrentarse a las preguntas fundamentales sobre el significado de su legado. El adiós al poder es doloroso, lleno de dudas y temores, pero también es un proceso inevitable. La historia siempre avanza, arrastrando consigo a aquellos que alguna vez fueron sus arquitectos, dejándolos en la orilla mientras nuevas fuerzas toman el relevo.