Colaborador Invitado

El despertar de los estudiantes de derecho, signo alentador para la República

La reforma judicial ha movilizado la conciencia de los integrantes del Poder Judicial, inclusive la de sus ministras y ministros y otros sectores de la población.

El México invisible, la falta de participación y el abstencionismo lesionan el clima democrático nacional. Millones de personas no participan en los asuntos que competen a las y los mexicanos. Una de las razones, sin duda, es el desprestigio de las y los políticos, que se han convertido en símbolos de corrupción, negligencia y abuso del poder. En el pasado proceso electoral, más de 30 millones de personas no acudieron a emitir su voto. Muchos jóvenes ausentes de las urnas electorales.

El 68 marcó un parteaguas en la vida nacional. Los jóvenes estudiantes tomaron las calles, plazas y el Zócalo exigiendo diálogo y democracia. Su sacrificio no fue en vano, a partir de entonces se ampliaron los cauces de la democracia.

Desde entonces, los estudiantes no han participado en movimientos de repercusión política nacional. Sin embargo, en estas semanas, los estudiantes de derecho de diversas universidades, públicas y privadas, han sorprendido a la opinión pública con su participación expresando su sentir sobre la llamada reforma judicial del presidente López Obrador.

En efecto, la reforma judicial ha movilizado la conciencia de los integrantes del Poder Judicial, inclusive la de sus ministras y ministros y otros sectores de la población. La novedad ha sido la presencia de los estudiantes de derecho buscando diálogo con las cámaras de Diputados y Senadores.

«La Universidad, es la conciencia crítica de la sociedad. Ortega y Gasset». Bienvenidos al debate. Su presencia refresca la política y es importante que asuman su responsabilidad en defensa de las instituciones del país que les tocará gobernar. Enhorabuena, su participación es legítima y de gran aceptación; hasta las y los entrevistadores manifestaron su agrado de ver en plena acción a jóvenes de convicción y preparación manifiestas.

Las y los líderes del movimiento de estudiantes demostraron inteligencia en todas sus intervenciones. Su reclamo, convincente y de gran fuerza. De entrada, no rechazaron la reforma, buscaban aclarar dudas y hacer propuestas.

Es evidente la necesidad de una reforma judicial moderna e independiente que garantice la división de poderes, sustento básico de la República, pero sujeta al análisis y las correcciones necesarias. Es una reforma de gran calado, que requería tiempo de maduración y análisis. Se pudieron buscar consensos y abrirse al diálogo verdadero, auténtico y sin ninguna simulación.

La prisa a la que se sometió la aprobación de la iniciativa de reforma judicial se debió a que se acotaron los tiempos del presidente; le urgía aprovechar la nueva legislatura, con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados durante el último mes de su gobierno. Es su legado.

«La forma es fondo en política» decía don Jesús Reyes Heroles. La aprobación fast track y el modo en que se realizó el proceso en la Cámara de Diputados despiertan dudas ante la opinión pública sobre la legitimidad del evento. Es un triunfo pírrico porque estará sometida a fuertes confrontaciones internas y externas.

En mi opinión, el presidente y la presidenta electa no han medido a plenitud las posibles consecuencias políticas y económicas, ya que corren el riesgo de incurrir en una crisis financiera que puede tener repercusiones negativas en la revisión del Tratado de Libre Comercio y en una permanente confrontación política entre los mexicanos.

La mayoría ha expresado estar de acuerdo en la necesidad de reformar al Poder Judicial. Es momento de tomarles la palabra y sentarse a redactar la nueva reforma judicial. Es tiempo de convertir el conflicto en consenso y unidad. El Senado de la República, y menos el presidente y la presidenta electa, no merece la condición ignominiosa de estar a la caza de traidores de la oposición para lograr la mayoría calificada y aprobar la reforma por un solo voto espurio ¡Cuidado! la historia los juzgará.

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