Expresidente del Comité Técnico Nacional de Administración Integral de Riesgos del IMEF.
La premura de lograr los objetivos de los acuerdos de París y de Kioto en materia de sostenibilidad, ha generado la necesidad de definir con mayor velocidad, las acciones para lograr una transición hacia un desarrollo sostenible, generando como consecuencia los riesgos de transición.
Como riesgos de transición podemos entender a aquellos enfrentados por la entidad en su proceso de transformación hacia un desarrollo sostenible atendiendo los criterios ASG, y que surgen en su proceso de transformación interna, su oportunidad, su alcance, sus efectos financieros, el posible incumplimiento con nuevas regulaciones e incluyendo los impactos financieros de ese proceso. Como riesgos de transición podemos destacar los siguientes:
· Riesgos tecnológicos: representados por la transición hacia modelos productivos, comerciales o de distribución más eficientes con un enfoque de energía limpia y de menor afectación al medio ambiente, implicando inversiones significativas en procesos, equipos y tecnologías de información, incluyendo aquellos necesarios para la medición y monitoreo continuo de contaminantes (gases, agua u otros) o de cualquier otro requerido (sociales y de comunidad) para cumplir con los requerimientos a ser incluidos en los reportes de sostenibilidad.
· Riesgo de indicadores: no definir adecuadamente el marco de referencia de revelación más adecuados a la entidad y/o de los indicadores específicos aplicables en función a sus marcos de reporte financiero y usuarios de la información de sostenibilidad a ser revelada.
· Riesgos de deterioro: el costo de bajas o modificaciones de modelos de negocio anteriores (incluyendo infraestructura física e intangibles) y su deterioro financiero inmediato, así como las posibles pérdidas en el proceso de su disposición y el posible reconocimiento de pasivos contingentes.
· Riesgos de tasas o financiamiento: no lograr obtener financiamientos verdes o con tasas preferenciales como resultado de un pobre planteamiento del enfoque del proyecto de transición; ambiental o social, o derivado de la falta de evidencia de una adecuada estructura de gobierno corporativo.
· Riesgos normativos o legales: aquellos que derivan de las transformaciones necesarias para la transición como pueden ser cargas tributarias respecto al nuevo modelo bajo enfoque de sostenibilidad, así como impactos en el entorno que impliquen la afectación a terceros interesados, por ejemplo, comunidad o nuevas políticas gubernamentales.
· Riesgo reputacional: posible percepción desfavorable o errónea de las partes interesadas, principalmente clientes o consumidores respecto a los esfuerzos de transición de la entidad.
· Riesgo de producto: no lograr la sustitución de los nuevos productos y/o servicios con un enfoque de sostenibilidad con un buen nivel de calidad y accesibilidad y a precios competitivos. Se incluye también la dificultad para la obtención de nuevas materias primas o sustitutos de éstas para la fabricación de nuevos productos.
Un enfoque de transición hacia un negocio sostenible atendiendo los criterios ASG debe ser incluido en la agenda de las estructuras de Gobierno Corporativo, atendiendo a los conceptos de economía circular y cadenas de valor extendidas con el propósito de evitar al máximo impactos negativos en la rentabilidad de la empresa derivados del proceso de transición. Lo anterior, con base en un plan de transición adecuadamente elaborado considerando todos los elementos y participantes del ecosistema empresarial de la entidad y considerando los criterios ASG y sus grupos de interés.
El pasado 19 y 20 de agosto, el Instituto Mexicano Ejecutivo de Finanzas (IMEF) sostuvo su segundo Foro ASG con temas de actualidad relacionados con la sostenibilidad. Por su parte, su Comité Técnico Nacional de Administración Integral de Riesgos contempla el análisis continuo de todos los riesgos y oportunidades relacionados con sostenibilidad, lo cual debe formar parte de la agenda de Administración de Riesgos de la entidad.