Colaborador Invitado

Llegó la hora para México y la Unión Europea

La modernización del acuerdo comercial México-UE sería una herramienta muy útil para mejorar sustancialmente los lazos económicos bilaterales y consolidar a México como un destino atractivo para los inversionistas europeos.

Presidente y secretario General respectivamente, de la Cámara de Comercio México-Unión Europea.

Hace algunos meses se llevaron a cabo elecciones en la Unión Europa (UE). Estas sirvieron para renovar el Parlamento Europeo y construir una nueva dirigencia de la Comisión Europea que entrará en funciones próximamente. En México también hubo elecciones y llegó al poder la primera presidenta de México el 1 de octubre, en donde los mexicanos le dieron una amplia mayoría, otorgándole el poder para consolidar a México como un jugador clave en el contexto internacional.

Las relaciones comerciales entre México y la UE se enmarcan en el primer acuerdo comercial que la UE negoció con un país del continente americano, negociado a finales de la década de los noventa del siglo pasado, y que entró en vigor el 1 de julio del 2000. En aquella época, a diferencia de México, no era común que la UE negociara acuerdos de libre comercio y su alcance era limitado. El acceso que ganó México por conceder a Europa casi el mismo tratamiento otorgado a EU y Canadá en el TLCAN en productos industriales permitió el incremento del comercio principalmente en el sector automotor, que a la fecha representa alrededor de la mitad de las exportaciones de México al Viejo Continente.

Sin embargo, a partir de las fallidas negociaciones de la Ronda Doha en la OMC en el año 2008, la UE cambió su estrategia al convencerse que la única forma de obtener concesiones reales en acceso a mercados era negociar acuerdos comerciales más ambiciosos como otros países –incluyendo México– ya lo venían haciendo. Fue entonces que años después concretaron acuerdos de libre comercio con los países andinos y Centroamérica, por mencionar algunos. Asimismo, tuvieron procesos de negociación con EU en el famoso TTiP.

Por su lado, México estaba en las negociaciones del TPP cuando comenzaron las exploraciones para modernizar el acuerdo entre México y la UE. Después de 15 años de su puesta en vigor, y dados los avances en materia comercial tanto en México como en la UE, era necesario que ambas partes modernizaran el marco institucional que rige su relación comercial.

Una vez iniciado formalmente las negociaciones, bastaron 18 meses para llegar a un acuerdo en principio. Las partes conocían muy bien las necesidades y los límites, por lo que adoptaron un enfoque pragmático para concluir las negociaciones. Un componente que ayudó a inclinarse por este enfoque fue precisamente que el presidente Trump había decidido retirar a EU del TPP y sustituir el TLCAN por un nuevo instrumento (el ahora T-MEC) que estaba en negociación cuando México ya tenía avanzadas sus negociaciones con la UE.

Por ejemplo, temas clave para la UE como la protección a las indicaciones geográficas, fueron posibles gracias a que había un acuerdo en principio con la Comisión Europea cuando llegó el momento de sentarse con EU, quienes estaban en contra de que México diera dicha protección a nombres europeos en el mercado mexicano. Habría que pensar si la posibilidad de que llegue nuevamente Trump al gobierno de EU ameritaría nuevamente adoptar un enfoque pragmático.

La UE es el segundo inversionista extranjero en México, solo después de EU, y está conformada por un grupo de países con valores muy arraigados que se identifican ampliamente con México. La UE busca nuevos aliados y consolidar alianzas con sus socios más cercanos al lidiarse una guerra a las puertas de su territorio, así como mejores oportunidades para sus inversionistas que buscan beneficiarse de las excelentes condiciones que ofrece nuestro país.

La modernización del acuerdo comercial México-UE sería una herramienta muy útil para mejorar sustancialmente los lazos económicos bilaterales y consolidar a México como un destino atractivo para los inversionistas europeos. Con gobiernos renovados y nuevas personas al frente de las carteras de comercio, la expectativa de la firma de la modernización del acuerdo se incrementa. En el caso de México, el que un excanciller como Marcelo Ebrard haya llegado a la SE aportará una visión más internacional a la agenda comercial, particularmente con Europa.

El gobierno mexicano ha hecho una gran labor en Europa en tender puentes con la Comisión Europea, por ejemplo, en materia de cooperación, al concretar proyectos como el Plan Sonora y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec en el marco de la Iniciativa Global Gateway de la Unión Europea. Esto fomenta la certidumbre y anima a los inversionistas. La Cámara de Comercio México-Unión Europea (MexChamEU) se creó para sumar esfuerzos para concretar la modernización del TLCUEM, alentar a los inversionistas europeos a aprovechar las oportunidades que ofrece México y, por supuesto, a los mexicanos que buscan desarrollar sus negocios en la UE.

Gokhan Kantarcigil y César Guerra .

Gokhan Kantarcigil y César Guerra

Presidente y secretario General respectivamente, de la Cámara de Comercio México-Unión Europea

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