Seguramente muchos de ustedes conocerán el cuento de “Pedrito y el lobo”, en el que un pastorcito aburrido de ver pastar a sus ovejas decidió jugar una broma a sus vecinos gritando: “!Ahí viene el lobo!”. Todos sus vecinos alarmados acudían en su ayuda y se retiraban enojados cuando descubrían la broma. Pedrito hizo esto una y otra vez, hasta que los vecinos dejaron de ir y cuando finalmente llegó el lobo nadie fue a socorrerlo.
Esto es precisamente lo que está pasando con los Organismos Constitucionalmente Autónomos (OCAs), como el INAI, el Coneval, el Ifetel, la Cofece, la CRE, la CNH y la Mejoredu (que si bien no es autónomo, sí está creado en la Constitución). La primera vez que se escuchó el grito de ¡Ahí viene el lobo! fue en diciembre de 2018, cuando el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador envió a la Cámara de Diputados una propuesta de reforma constitucional al artículo tercero, que en efecto desaparecía a uno de los OCAs, al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). En ese momento fui testigo de cómo los consejeros de la Junta de Gobierno buscaron generar un diálogo con el resto de los autónomos para unirse y hacer ver su utilidad como reguladores, evaluadores, proveedores de información, y un largo etcétera. En ese momento, también pusieron sobre la mesa la necesidad de tener contrapesos en las decisiones de los tres poderes de gobierno.
Contrario a lo que sucedió en el cuento de Pedrito, no todos acudieron al llamado. La desaparición no parecía una amenaza real para muchos de estos organismos que veían sus funciones como necesarias para que la institucionalidad, e incluso la democracia, siguiera funcionando. En ese momento el INEE, cuya principal función era la coordinación del Sistema Nacional para la Evaluación de la Educación, terminó desapareciendo y eso generó pérdidas reales en el Sistema Educativo Mexicano. Nos quedamos sin evaluaciones de logro de los alumnos de nuestro país, se perdieron importantes investigaciones sobre políticas educativas, la evaluación de las maestras y los maestros cambió de rumbo. Sí vino el lobo, pero no por todos.
A lo largo del sexenio 2018-2024, en varias ocasiones se mandaron iniciativas de simplificación administrativa a la Cámara de Diputados en las que se proponía la desaparición de algunos OCAs y otros organismos, o la fusión de estos con secretarías de Estado. Esto también significaba ir perdiendo independencia, transparencia, datos y capacidades técnicas en áreas fundamentales como la medición de la pobreza, la defensa de los derechos de las niñas y los niños, la regulación económica, el acceso a la información y de nuevo, una lista interminable. Algunos gritamos otra vez, ¡Ahí viene el lobo!, pero por suerte, no llegó.
El lobo finalmente llegó el 5 de febrero de este año con el paquete de 18 iniciativas de reforma constitucional que el presidente en turno mandó a la Cámara de Diputados. Además de la ya, tristemente célebre reforma al Poder Judicial, se viene la desaparición de los organismos que mencioné al inicio. El lobo se estará comiendo a estas instituciones que actuaron como garantes de derechos fundamentales, que velaron por la transparencia, por la rendición de cuentas y por la libre competencia económica y en materia de telecomunicaciones. En Mexicanos Primero echaremos de menos la información en materia educativa generada en la Mejoredu, extrañaremos la gran precisión en las mediciones de la pobreza y las carencias del Coneval, también la garantía de transparencia que brindaba el INAI, pero sobre todo, extrañaremos a estos organismos técnicos, la independencia en la toma de decisiones y los contrapesos que significaban en el sistema político mexicano. ¡Ahí viene el lobo!, los vecinos ya no acudieron alarmados, y en ambas cámaras prometen que será rápido, quizás esta misma semana o la próxima, estos OCAs dejarán de existir.