Colaborador Invitado

México: el potencial de inversión global y los retos que enfrentamos

Aquellos líderes que se atrevan a anticiparse y adaptarse al cambio no solo contribuirán al éxito de sus propias empresas, sino también al fortalecimiento de México.

En un contexto de transformación constante, y con las recientes elecciones presidenciales en México y Estados Unidos, nos enfrentamos a un escenario económico que cambiará mucho en el próximo año. Un nuevo estudio de EY revela que México ha emergido como uno de los destinos de inversión más atractivos a nivel mundial, ocupando el cuarto lugar en la intención de atracción de capital. Claramente, esta posición no es accidental, sino el fruto de condiciones favorables y esfuerzos conscientes. Sin embargo, esta posición de privilegio no debe hacernos ignorar los retos estructurales que podrían frenar el crecimiento si no se enfrentan con decisiones estratégicas de fondo.

No cabe duda de que los CEO del país están apostando fuerte. El 100% planea realizar transacciones en los próximos 12 meses, una cifra que revela su optimismo en el mercado laboral. Esto es un claro reflejo de la resiliencia de nuestras empresas y de la capacidad de adaptación de los líderes mexicanos. Los sectores más atractivos –banca, consumo, telecomunicaciones y tecnología– muestran que las oportunidades existen, y la experiencia nos dice que, en un entorno global cada vez más interconectado, estas industrias pueden ser las puertas hacia el crecimiento sostenido de México.

Desafíos y oportunidades para 2025

A pesar de la presión inflacionaria, los CEO en nuestra región mantienen una perspectiva optimista, confiando en su capacidad para adaptarse y competir en el mercado global. Si bien los resultados electorales en Estados Unidos traerán consigo cambios en políticas comerciales y de inversión que seguramente tendrán impactos para las empresas de México y Latinoamérica, un enfoque resiliente y pragmático refleja una clara determinación de aprovechar las oportunidades en la forma en que vengan. Este panorama, junto con las tendencias globales hacia la digitalización y la sostenibilidad, ofrece un escenario dinámico y lleno de posibilidades para que las empresas latinoamericanas innoven y crezcan.

No obstante, junto con estas nuevas oportunidades, el riesgo político se convierte en un desafío inevitable. Los directivos lo reconocen como un factor crucial en sus estrategias, por lo que una correcta valoración de este factor puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso de un proyecto de inversión. Es evidente que las tensiones geopolíticas y la incertidumbre regulatoria obligan a las empresas a planificar con una visión a largo plazo, algo que no todos los líderes han terminado de integrar en sus prácticas. Si bien solo es una minoría de CEO los que rara vez consideran este riesgo, ignorarlo puede ser una decisión costosa.

Además, las nuevas tecnologías y los cambios en las necesidades del consumidor deben ser prioridades en las agendas empresariales. Las compañías ya no pueden limitarse a modelos de negocio antiguos en un momento en que los cambios ocurren a una velocidad sin precedentes. Desde una perspectiva estratégica, necesitan adoptar un enfoque audaz hacia la disrupción si desean mantenerse competitivas. Tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y la automatización están redefiniendo el juego, no solo en los productos, sino también en la forma en que las empresas interactúan con sus clientes y empleados. Aquellas que sepan capitalizarlas tendrán una ventaja significativa.

Ahora, en el contexto internacional, casi la mitad de los directivos globales están considerando alianzas estratégicas, mientras que un 44% evalúa desinversiones o salidas a bolsa, y un 37% prioriza las fusiones y adquisiciones como parte de su estrategia de crecimiento. Esto demuestra una tendencia clara hacia la consolidación de los portafolios y la búsqueda de socios clave para enfrentar desafíos actuales.

México, al igual que otros países, también debe responder a factores como la presión sobre las cadenas de suministro y los cambios en el entorno económico global, que han obligado a muchas empresas a repensar sus estrategias logísticas y operativas. La flexibilidad en estos aspectos es fundamental para sostener la competitividad y seguir beneficiando al país con la estrategia de nearshoring.

Visión a largo plazo

Finalmente, la sostenibilidad y la responsabilidad social también están ganando terreno en la agenda de los CEO. En un entorno donde los consumidores demandan cada vez más transparencia y compromiso con el medio ambiente, las empresas deben ir más allá de la rentabilidad y comprometerse con el bienestar social y ambiental. Los CEO en México están respondiendo a esta expectativa, reconociendo que la sostenibilidad es una ventaja competitiva en sí misma. La capacidad de una empresa para prosperar en el futuro dependerá no solo de su éxito financiero, sino también de su capacidad para generar un impacto positivo en las comunidades que atiende.

En conclusión, México se encuentra en un punto de inflexión. A medida que las empresas enfrentan disrupciones internas y externas, el liderazgo empresarial está llamado a anticiparse a estos cambios y a adoptar una visión estratégica que vaya más allá de superar los retos del presente. La agilidad, la visión de futuro y la adaptabilidad son esenciales para aquellos CEO que buscan hacer crecer sus organizaciones en este dinámico contexto. La oportunidad es clara: aquellos líderes que se atrevan a anticiparse y adaptarse al cambio no solo contribuirán al éxito de sus propias empresas, sino también al fortalecimiento de México como un protagonista clave en la atracción de inversiones globales.

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