La temporada navideña se acerca, y con ella, los hábitos de consumo toman protagonismo en las decisiones de los mexicanos. Este es un periodo clave tanto para la economía nacional como para las finanzas familiares, que, paradójicamente, suelen estirarse al límite en un entorno económico desafiante. A pesar de las presiones inflacionarias y el creciente costo de vida, el consumidor mexicano aún muestra una baja predisposición hacia la cautela en sus compras navideñas. Esta tendencia puede ser riesgosa a largo plazo, no solo para las finanzas individuales, sino también para la estabilidad económica general.
En comparación con otros países como Estados Unidos y algunas regiones de Europa, donde los consumidores han comenzado a ajustar sus gastos navideños con una planificación más prudente, en México, el 83 por ciento aún planea reducir sus gastos en áreas esenciales, como alimentos, ropa y salidas a restaurantes. Sin embargo, esta cautela se limita, especialmente cuando se analizan áreas de gasto que suelen recibir desembolsos importantes en esta temporada sin una reflexión profunda sobre el impacto financiero en los primeros meses del próximo año.
La falta de ahorro y el uso elevado del crédito son dos factores críticos en las finanzas del consumidor mexicano. La necesidad de mantener el consumo de ciertos productos y el deseo de cumplir con las expectativas festivas llevan a muchos a incurrir en deudas, a menudo con tasas de interés altas. Esto puede generar un efecto prolongado en sus finanzas: la temporada navideña, que debería ser de celebración, se convierte en el preludio de meses de tensión financiera, especialmente para aquellos con ingresos más bajos y menos capacidad para enfrentar imprevistos.
Por otro lado, un dato revelador es la creciente preocupación del mexicano por su salud y bienestar físico. En los últimos meses, el interés por la salud propia y la de los familiares aumentó un 20 por ciento. Este enfoque cobra especial relevancia en un contexto donde el gasto ha estado tradicionalmente centrado en regalos, cenas y viajes, y no necesariamente en inversiones que mejoren la calidad de vida. Esta evolución en las prioridades del consumidor refleja un cambio en su comportamiento, mostrando un interés mayor en gastos que promuevan su bienestar integral.
El contraste de comportamiento entre los diferentes niveles de ingreso también es significativo: mientras que los consumidores de ingresos altos cuentan con mayor capacidad de elección y control sobre sus gastos, aquellos con ingresos bajos enfrentan un mayor reto para mantener su estabilidad financiera. El 55 por ciento de los mexicanos de menores ingresos no planea realizar gastos en vacaciones, en comparación con solo el 12 por ciento de los de mayores ingresos. Además, los consumidores con mayores ingresos reportan estar más satisfechos con sus condiciones laborales y disfrutan de mayor flexibilidad, como el trabajo remoto, lo cual contribuye a su estabilidad económica y bienestar financiero.
Este contraste en el consumo revela una oportunidad para que los consumidores en México comiencen a adoptar una visión más estratégica y consciente de sus finanzas durante esta temporada navideña. Ante un contexto económico incierto, el ahorro y la planificación anticipada pueden ser herramientas clave para aliviar la carga financiera en el largo plazo.
En Bain & Company hemos observado que los consumidores que integran prácticas de gasto más racionales y se enfocan en gastos que contribuyan a su bienestar personal son más resilientes ante las fluctuaciones económicas. La falta de educación financiera y de una cultura de planeación son desafíos persistentes en el mercado mexicano. Invitar al consumidor a reflexionar sobre su bienestar financiero, más allá del impulso festivo, podría ser el primer paso hacia decisiones de consumo más equilibradas y sostenibles.
En definitiva, las festividades son un momento de celebración, pero también pueden ser una oportunidad para replantear nuestra relación con el consumo. Ser cautelosos no significa renunciar al disfrute; significa tomar decisiones informadas y alineadas con nuestras prioridades. Con una mejor planificación, los consumidores mexicanos podrán celebrar sin comprometer su estabilidad financiera para el año que comienza.
Socio y Office Head de Bain & Company en México