El pasado 11 de enero marcó un parteaguas en la historia marítima de Yucatán y su papel en el desarrollo nacional. Con el inicio de las obras de ampliación y modernización del Puerto de Altura de Progreso, proyecto anunciado de manera conjunta por la presidenta Claudia Sheinbaum; el secretario de Marina, Almirante Raymundo Morales, y el gobernador Joaquín Díaz Mena, a finales del año pasado.
Con visión estratégica y oficio político, el gobernador Joaquín Díaz Mena ha materializado el inicio de una de las obras más trascendentales de su administración: la ampliación y modernización del Puerto de Altura de Progreso, columna vertebral del proyecto “Renacimiento Maya”. Este logro, anunciado en el marco de sus primeros 100 días de gobierno, marcará un antes y un después en la historia marítima de Yucatán, y proyectará al estado hacia un futuro de desarrollo económico, justicia social y competitividad global.
Una obra de magnitud histórica
El proyecto de ampliación y modernización del Puerto de Progreso es una intervención sin precedentes en la infraestructura marítima del sureste mexicano. Con una inversión de aproximadamente 7 mil 900 millones de pesos, esta obra permitirá triplicar la capacidad operativa del puerto, mediante la construcción de una plataforma logística de 80 hectáreas y el dragado de profundidad del canal para recibir embarcaciones de gran calado, lo que lo posicionará entre los puertos más modernos y competitivos de México.
El puerto se transformará en un nodo logístico de clase mundial, capaz de manejar mayores volúmenes de carga contenerizada, a granel y especializada, mejorando significativamente la eficiencia en el movimiento de mercancías. Este avance reducirá costos logísticos para exportadores e importadores, beneficiando a industrias clave como la agroindustria, la manufactura y el comercio exterior en general.
Beneficios estratégicos y conexión regional
El Puerto de Progreso no solo será una infraestructura más eficiente, sino también un eslabón clave en la red logística del país. Su modernización lo integrará con proyectos estratégicos como el Tren Maya y el Tren Transístmico, lo que permitirá conectar el Golfo de México con el Caribe y el Pacífico, potenciando el comercio interoceánico y fortaleciendo la conectividad entre las regiones sur y norte del país.
Además, el puerto será un punto de entrada y salida crucial para productos nacionales e internacionales, conectando a Yucatán con Europa, Asia y América Latina. Esta integración facilitará la participación del estado en las cadenas globales de valor y atraerá inversiones extranjeras directas que estimularán la economía regional y nacional.
Nearshoring y oportunidades globales
En un momento en que las empresas están reconfigurando sus cadenas de suministro debido al nearshoring, el Puerto de Progreso se encuentra en una posición ideal para aprovechar estas oportunidades. Su ubicación estratégica en el corazón del Golfo de México, con acceso directo a mercados clave en América del Norte y América Latina, lo convierte en un activo estratégico para empresas que buscan reducir costos y mitigar riesgos logísticos. Esta obra también responde a las necesidades del comercio global, fortaleciendo la capacidad de México para integrarse en un mundo cada vez más interconectado. Progreso se perfila como un punto clave para conectar a América Latina con mercados europeos y asiáticos, posicionando al país como un líder logístico en la región.
Impacto económico y social
El impacto económico de esta modernización será amplio y profundo. Según datos recientes, el comercio exterior representa el 17 por ciento del PIB de Yucatán, con un total combinado de exportaciones e importaciones de 80,160 millones de pesos en 2023. Con la ampliación del puerto, esta cifra está destinada a crecer exponencialmente, aumentando las oportunidades para las empresas locales y fortaleciendo la posición del estado como un motor económico en el sureste.
Además, la obra generará miles de empleos directos e indirectos durante su construcción y operación, beneficiando a las comunidades locales y estimulando la economía regional. La posible inclusión de un astillero en el puerto abrirá nuevas oportunidades en la industria naval, posicionando a Yucatán como un referente en construcción y mantenimiento de embarcaciones.
Progreso como símbolo del Renacimiento Maya
El gobernador Joaquín Díaz Mena ha definido esta obra como el eje central del “Renacimiento Maya”, su visión de un Yucatán más competitivo, conectado e inclusivo. Esta obra no solo transformará al puerto en una infraestructura de clase mundial, sino que también simboliza el compromiso de la administración estatal con el desarrollo económico, la integración regional y el progreso social.
La modernización del Puerto de Progreso es una apuesta estratégica por el futuro de Yucatán y México. Con esta intervención histórica, el estado se posiciona como un líder logístico en la región, capaz de competir en los mercados internacionales y de impulsar el desarrollo sostenible y equitativo para su población.
La historia marítima de Yucatán, que comenzó en las costas mayas, entra ahora en su capítulo más ambicioso: un puerto global que conectará al estado y al país con el futuro.