Una de las mayores preocupaciones económicas globales en este momento es el repunte de la inflación, que encarece la vida cotidiana de la personas. Para contenerla, los bancos centrales aumentan las tasas de interés y, con ello, el costo del dinero, los créditos hipotecarios y la deuda de los países, por mencionar algunos.
2025 es un año de grandes interrogantes económicas, entre otras razones, por la incertidumbre sobre el alcance y la duración de las políticas proteccionistas y nacionalistas que ha estado anunciando la entrante administración de Donald Trump. La más evidente es la imposición de aranceles, con efectos inflacionarios inmediatos en EU, puesto que ese país depende de la provisión de mercancías y servicios del resto del mundo, y no puede sustituir su producción de manera doméstica en el corto plazo. Al mismo tiempo, habría mayores presiones inflacionarias alrededor del mundo por la implementación de aranceles retaliatorios.
Al proteccionismo comercial se suma la reiterada amenaza de deportar –repatriar– a “millones de personas” a México. Considerando que hay cerca de 5 millones de mexicanos que podrían ser repatriados, hacerlo le costaría tiempo, dinero y esfuerzo al gobierno de EU, quien además no ha presupuestado el gasto adicional, con un déficit fiscal ya de por sí preocupante. Incluso si no son millones sino cientos de miles de personas, el Estado mexicano debiera enfocarse en contar con las condiciones necesarias para recibir a los connacionales arrancados de sus comunidades en EU, pero también a nacionales de otros países que serán arrojados en México.
Más allá de la crisis humanitaria, la repatriación masiva tendría impactos económicos casi inmediatos, puesto que una menor cantidad de personas trabajadoras encarece la mano de obra y eleva los costos de producción. Como consecuencia, las presiones inflacionarias aumentarían rápidamente.
La pregunta más importante es si EU necesita de los trabajadores inmigrantes o si pueden arreglárselas sin personas de fuera. Hay tres grandes razones por las cuales la economía estadounidense estaría peor como consecuencia de las deportaciones anunciadas:
1. Las personas que buscan deportar trabajan en sectores de gran crecimiento (El Futuro del Empleo 2025, Foro Económico Mundial). Por ejemplo, con datos del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (2024), 20 por ciento de los trabajadores agrícolas en EU son mexicanos, hondureños, salvadoreños y guatemaltecos. Es además un sector que recurrentemente tiene dificultades para cubrir sus vacantes por las extenuantes jornadas, que demandan de personas resilientes y frecuentemente de jóvenes. No es casualidad que la edad mediana en México sea 9 años menor que la de EU, y la de Honduras, Salvador y Guatemala sea entre 11 y 16 años menor que la de EU.
Otros sectores con gran crecimiento en EU, como la construcción, la salud y los cuidados de adultos mayores y niños, y profesionistas en industrias específicas, emplean a millones de inmigrantes. En la construcción, una quinta parte de los trabajadores son mexicanos, hondureños, salvadoreños y guatemaltecos. En los cuidados, una cuarta parte son de estas nacionalidades, y respecto a los profesionistas, las visas TN, previstas en el TLCAN/TMEC, han crecido 800 por ciento entre 2010 y 2023, según el Baker Institute Center for the U.S. and Mexico.
2. La población en EU tendrá más defunciones que nacimientos en pocos años. Según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso de ese país señalan que para el 2033 esa será su realidad demográfica. Las proyecciones de este año indican que la población de EU en 2050 será más cercana a 370 millones que a los 380 millones calculados previamente en 2024, lo cual indica 10 millones de personas menos. Parecen pocas, pero es como si de un año a otro cambiáramos de multiverso y las posibilidades de innovación y producción se contrajeran de un plumazo.
3. EU tiene una población más vieja relativamente, y en 2050 lo será mucho más. La mitad de la población mexicana tiene hoy menos de 30 años, y en 2050 tendrá menos de 40 años. En comparación, la mitad de la población estadounidense tiene hoy más de 39 años, pero en 2050 tendrá más de 42 (Our World in Data). Como ya vimos, EU va a necesitar personas jóvenes.
La experiencia de la pospandemia evidenció que el dinamismo de la economía estadounidense demanda consistentemente personas altamente dispuestas a trabajar en los sitios donde se ofrecen las vacantes. La falta de trabajadores fue muy real en 2022, cuando por cada trabajador desempleado había dos vacantes; en 2023 había 1.5 vacantes por persona desempleada y para el cierre de 2024 seguía habiendo 1.3 vacantes por trabajador desempleado (Baker Institute y México, ¿cómo vamos?). Es decir, no basta con tener una economía dinámica para mantenerla trabajando; también se necesitan trabajadores dispuestos a hacer la chamba.
Y sí, de concretarse las deportaciones masivas la tragedia humana ocurrirá frente a miradas atónitas en México y en Estados Unidos. Millones de las familias más pobres en México y Centroamérica se quedarán sin el ingreso de las remesas, y la migración indocumentada no se detendrá –porque la economía del gigante del norte seguirá creciendo, así sea más lentamente y con mayores costos de producción–, pero sí la hará mucho más peligrosa para quienes emigren.
La autora es Directora de @MexicoComoVamos.