Después del nocaut técnico que propinó a la oposición del PRI y del PAN en los comicios del domingo, Morena “no tiene rivales ya para 2024″, celebraron ayer los morenistas en San Lázaro. “¡No hay tiro, no hay con quién, no hay gallo, nada, ni gallina!”, se mofó la vicecoordinadora de la bancada guinda, Aleida Alavez. “Yo no entiendo de dónde o cómo vamos a tener a alguien que verdaderamente le haga frente a Morena y a sus aliados en el 2024″, remató.
Genes tricolores
Tres de los seis candidatos de Morena que compitieron en las elecciones podrán tener casaca guinda, pero sus genes son tricolores. Y es que Marina Vitela, de Durango, militó en el PRI 16 años hasta 2017; el hidalguense Julio Menchaca pasó en el otrora partidazo nada menos que 35 años, hasta 2015, y Américo Villarreal dedicó 34 años al Revolucionario Institucional, hasta 2017. Buena parte del partido que dirige Mario Delgado es algo así como la nueva faceta de Jurassic World, dicen algunos… Y sí, nada más que ¡aguas!, no vayan a andar criticando ese pasado priista quienes hoy apoyan a Va por México o forman parte de esa alianza, pues sería como darse un balazo en el pie o escupir para arriba.
Triunfalismo opositor
Desde la semana pasada estaba contemplado que ayer lunes los dirigentes del PAN, PRI y PRD, Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, darían conferencia de prensa conjunta. Pese al descalabro en las urnas, los tres líderes han tenido expresiones triunfalistas de su coalición y han negado la crisis que enfrentan. Y prueba de ello es que la conferencia que estaba contemplada para ayer simplemente no se realizó. Como lo dijo el opositor al interior del propio panismo, el senador Damián Zepeda, la dirigencia de Acción Nacional está “fuera de la realidad”, y cuestionó que, ante los resultados negativos, salgan a cantar victoria. Por ello, el también suspirante presidencial insistió en la necesidad de “sacudir” al partido y hacer una reflexión profunda rumbo a 2024.
“Se desgañitan”
Ya en una ocasión, hablando de la “prensa fifí”, el Presidente citó la frase de Madero de “le muerden la mano a quien les quitó el bozal”. Y ayer López Obrador volvió a emitir un comentario… desafortunado –vamos a llamarlo así– en relación con los medios. En su queja de la prensa radiofónica, criticó a los conductores que hasta “se desgañitan”, y dijo que, así como a él le editan sus pausas para que su discurso parezca más rápido, a él le gustaría poder aplicar un ralentizador, “bajarle, retardador, para que no hablen tan rápido”.
Alito, cuestionado en San Lázaro
Diputados federales de la mayoría de Morena, PT y PVEM reclamaron que, como presidente de la Comisión de Gobernación, el diputado priista Alejandro Moreno “es, de verdad, una vergüenza”. “No asiste, no convoca, no trabaja la comisión”, acusa la diputada guinda Aleida Alavez. Criticó que Moreno –también dirigente nacional del PRI– “por dignidad, debería de renunciar, porque no puede ni ganar elecciones, no puede ni sesionar en comisión, no puede ni atender trabajos legislativos”... Sal a la herida, pues.
Entre líneas
Luego de la actuación de las instituciones electorales, en una jornada en la que 147 mil ciudadanos mexicanos fungieron como funcionarios de casilla, el consejero Ciro Murayama hizo algunas reflexiones: “Entre 2015 y 2022, el @INEMexico, junto con los OPLE, ha organizado 56 elecciones a gubernaturas. Las oposiciones han ganado 39: un índice de alternancia de 69.64%. Que en 7 de cada 10 gane la oposición muestra que en México el voto es libre. Defendamos esa libertad democrática”. Más tarde señaló: “Si algo hacemos bien las mexicanas y los mexicanos son las elecciones. Preservemos lo que funciona (…)”. Como dijera Rubén Aguilar, lo que Murayama quiso decir es “no a la reforma electoral de AMLO”.