La cancillería de México ha entendido bien la paradoja aislacionista y, en su mejor tradición, está impulsando acciones colectivas para enfrentar las mayores crisis de nuestros tiempos.
La dura y compleja negociación logró un primer cometido. Toca ahora aprovechar las oportunidades que se mantienen y las que se abren, señala Daniel Millán.