La Cuarta Transformación

Fracasó la política de salud

La 4T ha comprado menos piezas de medicamentos con un valor similar al que les dejó la administración de Peña Nieto, lo que subraya el fracaso del esquema UNOPS-Insabi.

El secretario de salud, Jorge Alcocer, señaló hace unos días que desde el inicio de compras de medicamentos a cargo de la dupla UNOPS-Insabi, del 25 de agosto de 2020 a la fecha, se habían adjudicado 730 claves por 43 mil 278 millones de pesos, equivalentes a 724 millones piezas compradas, proceso que generó un ahorro de 11 mil 880 millones.

Jorge Alcocer. (Ilustración de Nelly Vega)

Afirmó que ya se encuentran en el país y se hacen entregas en tránsito o con orden de entrega más de 60 millones de piezas para todo el sector.

Si la versión oficial dice eso, entonces el proceso, en nueve meses, sólo ha logrado materializar 8.6 por ciento del total de lo que dice el gobierno federal se adjudicó a 144 empresas de siete países.

Es escandalosa la preocupante inconsistencia de esta versión oficial de Varela y la carencia de sensibilidad social que le acompaña. Por ello conviene revisar algunos datos que le dan contexto al problema que los usuarios de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) público habrán de afrontar en las próximas semanas.

Según datos analizados por la consultora Inefam, con cifras de la UNOPS, se ha identificado que el orden de magnitud total de piezas de medicamentos que se convocó para el ejercicio 2021 es de mil 606 millones de piezas.

De ellas solo se ha adquirido realmente 60 millones de piezas, es decir, el equivalente a 3.8 por ciento del total de lo que se busca adquirir, de modo que todavía está en proceso más de 96 por ciento de las piezas que requiere el SNS público.

¿Cuál es el estado que guarda la compra bajo el esquema UNOPS-Insabi, a la que le hace falta todavía adquirir más de mil 550 millones de piezas, de acuerdo con la convocatoria original?

Hasta el momento la UNOPS, que representa en la región Guiseppe Mancinelli, ha enviado correos electrónicos notificando a algunos laboratorios adjudicación, lo que no significa firma de contrato alguno y menos entrega de piezas de medicamentos.

Pero todavía esta nefasta oficina que dirige aquí Fernando Cotrim se avienta la puntada de advertirle a los laboratorios que “no (se) inicie ninguna producción ni empiece ningún proceso hasta que UNOPS y su representada (Insabi) hayan firmado un contrato que regule la transacción”.

Bajo esta circunstancia se puede apreciar que, en contraste con lo afirmado en la mañanera del jueves 27 de mayo por el secretario de Salud, las instituciones del SNS deberán descansar en la compra que realicen cada una por su lado.

Esto también fue advertido por el igualmente nefasto Insabi, que dirige Juan Antonio Ferrer, desde el 26 de febrero pasado, cuando Adalberto Santaella, su coordinador de abasto, emitió la circular INSABI-UCNAMEM-CA-91-2021 por la que mandó el mensaje de ¡compren medicinas como puedan y donde las encuentren!

Lo anterior ya enfiló no solo el riesgo de que se carezca del abasto mínimo para atender las necesidades de los usuarios de servicios del SNS público, sino con un mayor costo para las finanzas públicas.

Si comparamos los medicamentos adquiridos para su consumo en el primer trimestre de 2019 en el SNS público, con los efectuados en los primeros dos años del gobierno de la 4T, encontramos que en 2020 la magnitud de piezas consumidas decreció en un 6.1 por ciento.

En 2021 disminuyó, comparado con 2020, en 42.2 por ciento, al pasar de 332 millones 652 mil piezas en 2019 a 312 millones 516 mil en 2020, y a 180 millones 533 mil en el primer trimestre de 2021¸considerando en este último periodo todos los medicamentos adquiridos por su lado, por parte de las instituciones del SNS público, en paralelo a los 60 millones piezas que se supone fueron ya adquiridos bajo el esquema UNOPS-Insabi.

El monto de lo adquirido en 2019 fue 12 mil 506 millones de pesos, en tanto que para el primer trimestre de 2020 solo tuvo una caída de 1.3 por ciento en valores, al erogarse 12 mil 339 millones de pesos y para 2021 registró un decremento de solo 0.3 por ciento, consistente 12 mil 303 millones de pesos.

De modo que se compran menos piezas de medicamentos con un valor similar al que les dejó la administración de Enrique Peña Nieto, lo que subraya el fracaso del esquema UNOPS-Insabi y el ensayado en 2019 con la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda.

LE DECÍAMOS EN nuestra entrega del sábado que se avizoran cambios en algunas secretarías una vez que pasen los comicios de este domingo. Dos muy claros son Gobernación, donde Olga Sánchez Cordero está ya en la antesala de irse a su casa, máxime por los conflictos cada vez más enconados con el consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, que llevó a la renuncia, ayer, del vocero de la ministra en retiro, Omar Cervantes. Se maneja que entraría al relevo Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de esa dependencia. El otro es la Secretaría de Comunicaciones y Transportes donde Jorge Arganis está totalmente rebasado y a disgusto por el acorralamiento de que es objeto por la milicia, léase la Defensa que capitanea Luis Crescencio Sandoval, y la Marina, que capitanea José Rafael Ojeda. La reciente degradación a Categoría 2 a la seguridad aérea fue otro tema más que desatendió su subsecretario de Transporte, Carlos Morán, que muchos no entienden cómo pudo seguir en el puesto si tenía que irse junto con Javier Jiménez Espriú. El nombre que suena para sustituir a Arganis es Jorge Nuño, que recién asumió la subsecretaría de Infraestructura.

César Yáñez. (Ilustración de Nelly Vega)

EL QUE PODRÍA revivir en esta batería de movimientos que también alcanzarían enroques en la Secretaría de Hacienda que lleva Arturo Herrera, el Banco de México que gobierna Alejandro Díaz de León, Energía que encabeza Rocío Nahle y Pemex que dirige Octavio Romero, es, ni más ni menos, que César Yáñez. Al vocero de toda la vida de Andrés Manuel López Obrador y en el arranque de su administración coordinador general de política y gobierno lo están perfilando para la dirección general del Infonavit, posición que hoy ocupa Carlos Martínez Velázquez.

Gastón Azcárraga. (Ilustración de Nelly Vega)

LOS ÚNICOS ACTIVOS que hoy Mexicana posee son su centro de adiestramiento, la marca y el MRO o taller de mantenimiento. El primero funciona, la segunda está embargada y el tercero a punto de quebrar porque este mismo gobierno dejó ir ofertas atractivas en más de dos años y medio. La aerolínea que ordeñó Gastón Azcárraga no tiene slots, rutas ni aviones. Salvo que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenara que Nafinsa y Bancomext, que lleva Juan Pablo Botton, le metieran decenas de millones de dólares, se ve difícil que algún privado la rescate.

Alfonso González Migoya. (Ilustración de Nelly Vega)

ALGO ESTÁ PASANDO en la Bolsa Mexicana de Valores. Más allá de los deslistes de emisoras, las renuncias y los recortes de personal que promueve la administración de José Oriol Bosch, hay denuncias de acoso sexual que llegaron a la dirección de recursos humanos que encabeza Rosa Laura Crespo, al comité de auditoría que preside Alfonso González Migoya y a la dirección de la subsidiaria SIF ICAP que maneja Gabriel Rodríguez (donde se dio el hecho). La afectada, lejos de ser atendida, fue forzada a renunciar. Total impunidad.

COLUMNAS ANTERIORES

El ‘auxiliar en la recaudación’
Edomex: los confictos de Alfredo

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.