En 2014, como director de Pemex, Emilio Lozoya Austin le abrió el lucrativo negocio del petróleo al acaudalado empresario noruego John Fredriksen, dueño de Seadrill.
Lozoya, como siempre, antepuso sus intereses personales a los del Estado mexicano en una operación multimillonaria que implicó la asignación directa de cinco plataformas marinas.
Seadrill se convirtió en el principal contratista para la extracción en aguas ultraprofundas del nuevo gobierno que encabezaba Enrique Peña Nieto, desplazando a otros empresarios mexicanos.
CICSA de Carlos Slim, Grupo R de Ramiro Garza, Protexa de Rodrigo Lobo, Perforadora México de Germán Larrea y Oro Negro de Gonzalo Gil, se quedaron con las ganas de ese megacontrato.
Lozoya no solo determinó que fuera Fredriksen, sino que incluso le puso socio mexicano. Éste resultó ser el avezado financiero regiomontano David Martínez, dueño de Fintech Advisory.
Ambos crearon SeaMex, un joint venture 50-50, que firmaría con Pemex un contrato de dos mil millones de dólares para arrendar cinco plataformas autoelevables y extraer crudo en la cuenca de El Perdido.
A la vuelta de siete años la alianza estratégica aguantó la salida de Lozoya y los ajustes a la baja en las rentas diarias que le aplicaron José Antonio González Anaya y Carlos Treviño, cuando llegaron a Pemex.
Podría decirse que Fredriksen y Martínez se defendieron mucho mejor que sus competidores y colegas, a quienes o les cancelaron anticipadamente sus contratos, o en casos extremos se los rescindieron.
Pero la historia cambió con la llegada de la 4T. La empresa que dirige Octavio Romero no le ha pagado a SeaMex desde hace 18 meses, lo que está llevando a la compañía a defaultear ante sus acreedores.
Pemex Exploración y Producción le debe a SeaMex alrededor de 354 millones de dólares, y SeaMex a su vez le adeuda a Seadrill 188 millones. Fredriksen, un tiburón en el mundo petrolero, está que trina de coraje.
Y es que con el arrendamiento que Pemex pagaba por la operación de las cinco jack-ups, el magnate noruego servía a sus principales acreedores: Hemen, Seabras y Archer Danields, los dueños de los activos.
Estamos hablando de las plataformas West Defender, West Intrepid, West Valiente, West Oberon y Prospector 3, de las que también es acreedor el propio David Martínez, vía Fintech Advisor.
Este default orilló a Fredriksen a renegociar con sus acreedores, léase el propio Martínez, su supuesto socio, extendiendo un año más el plazo de pago y elevando la tasa de interés de entre un 3-6 por ciento a un 9-10 por ciento.
Esta sociedad está terminando muy mal.
SI BIEN AEROMÉXICO ya presentó a la Corte de Bancarrotas del Distrito Sur de Nueva York su plan de reorganización financiera, hay un tema no resuelto que puede retrasar la aprobación de la jueza Shelley C. Chapman. El próximo 21 de octubre es la audiencia en la que debería dar luz verde al esquema financiero. El escollo se llama Apollo Global Managment, que es el actual prestamista. El fondo de Marc Rowan fue el primero en financiar a la aerolínea que dirige Andrés Conesa. Primero con 200 millones de dólares en efectivo y ahora con 800 millones convertibles a acciones. Apollo no se acogió al plazo de la empresa para ejercer su opción. No estuvo de acuerdo con las valuaciones que le presentó Aeroméxico porque le implicarían un menoscabo de su préstamo. Ese periodo ya venció y la aerolínea que preside Javier Arrigunaga dio entrada a la oferta de capital y deuda de bonistas, acreedores comunes, tenedores de claims y Delta, a la cual también se subirán Eduardo Tricio, Valentín Diez Morodo, Antonio Cosío y Jorge Esteve.
LA EMPRESA MÁS expuesta por la contrarreforma eléctrica de Andrés Manuel López Obrador es la villana española favorita del presidente: Iberdrola. La iniciativa del tabasqueño asoma intenciones expropiatorias que ya prendieron focos amarillos entre sus dos principales accionistas: el Qatar Investment Authority, el fondo soberano del estado de Qatar que encabeza el emir Tamin ben Hamad Al Zani, y el poderoso gestor de fondos BlackRock, que capitanea Larry Fink. Iberdrola, que preside todavía José Ignacio Sánchez Galán, es el principal productor independiente privado de electricidad en el país, después de la CFE. Posee una capacidad instalada de 9.3 gigawatts a través de 16 centrales de ciclo combinado y cogeneraciones, 693 megawatts en siete parques eólicos y 470 megawatts en tres parques fotovoltaicos. La compañía que comanda aquí Enrique Alba tiene presencia en 15 estados del país.
EFECTIVAMENTE, LE PUEDO confirmar que Altos Hornos de México inició no solo trámites para buscar un concurso mercantil en nuestro país. Lo que haga aquí es lo de menos y francamente va estar cuesta arriba por la presión que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador va a ejercer sobre el Poder Judicial a fin de cerrarle el paso, más allá del discurso de autonomía y separación de poderes del presidente de la Judicatura Federal, el ministro Arturo Zaldívar. La jugada de Alonso Ancira Elizondo es todavía más temeraria, ya que quiere colocar a AHMSA en Chapter 11. Le comenté hace varias semanas que el empresario, desde Estados Unidos y aprovechando su ciudadanía de ese país, va a dar la batalla a la 4T. Su principal asesor legal es el bufete Quinn Emanuel.
COMO SE ESPERABA, Miguel Alemán Magnani no se presentó ayer al citatorio que le giró la Fiscalía de Investigación Estratégica de Asuntos Especiales de la Fiscalía General de Justicia de la CdMx. Como le informamos, la instancia que capitanea Ernestina Godoy lo emplazó para que compareciera en la denuncia de fraude que le promovió la Cadena SER por el caso de Radiópolis. Ante el desacato la empresa del Grupo Prisa, que preside Joseph Oughourlian, podría solicitar ahora una orden de presentación, que se sumaría a la orden de aprehensión que ya tiene girada por defraudación fiscal en el caso de Interjet.
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