LA VENTA DE Banamex podría terminar entre forcejeos de los gobiernos de México y Estados Unidos. Serán sus reguladores los que tengan la última palabra en la decisión del ganador.
Aquí Andrés Manuel López Obrador, vía la Secretaría de Hacienda y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), podrá inducir a un favorito, que parecería ser Banorte. Pero no va a ser suficiente.
El comprador de la institución que dirige Manuel Romo va a requerir del necesario aval de los departamentos del Tesoro y de Justicia de Estados Unidos, de la Comisión de Valores y hasta de la DEA.
Para consentir los gustos del Presidente a favor del grupo de Carlos Hank González, a quien pidió invitar a la población a que salga al rescate de la mexicanización de Banamex, tendrá que poner a trabajar a su equipo.
El secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O, el canciller Marcelo Ebrard y el embajador de México en Washington Esteban Moctezuma deberán hacer gala de su mejores dotes de lobbistas.
Es una realidad que el inquilino de Palacio Nacional quiere que Citi, presidido por Jane Fraser, venda a un mexicano. Ni siquiera Ana Botín, su amiga personal y presidenta de Santander, tuvo entrada.
López Obrador no quiere que el sistema de pagos sea controlado por la banca española, lo que sucedería si el banco que dirige aquí Héctor Grisi adquiera Banamex. Junto con el BBVA se irían por arriba de 50 por ciento.
Pero Banorte y los Hank no son la única vía del tabasqueño. También le contamos hace ya varias semanas que pidió a Antonio del Valle Ruiz conformar otro grupo de mexicanos para ir tras Banamex.
Esta otra alternativa no tiene nada que ver con solicitar a los mexicanos aportaciones, emulando al general Lázaro Cárdenas del Río, cuando llamó al rescate de Pemex con la expropiación petrolera.
En 2015 Del Valle Ruiz, fundador de Bancrecer antes de la nacionalización bancaria, comprador de Banco Internacional en la privatización y creador, después, de Bital, y más reciente dueño de Bx+, logró aglutinar a un grupo que intentó adquirir al Banco Popular de España.
En él estaban María Asunción Aramburuzabala, Roberto Hernández, Alfredo Harp, Eduardo Tricio, Fernando Chico, Valentín Diez Morodo, Alonso de Garay, Jorge Rojas, Juan Gallardo Thurlow y Juan Arturo Torres Landa, entre otros.
Hasta que Citi no inicie formalmente el mes próximo el proceso de venta, con la apertura del data-room, no habrá más claridad sobre qué empresarios mexicanos de peso acudan al llamado presidencial.
CARLOS SLIM HELÚ es otro mexicano que encaja perfectamente en el perfil que busca López Obrador para Banamex. La gran incógnita es cómo jugará. El magnate mexicano podría sumarse a ese mismo grupo que Del Valle conformaría. Pero también tiene los suficientes recursos para ir solo. Dos interrogantes surgen inmediatamente: ¿el Presidente se atreverá a darle dos grandes regalos al final de su gobierno: la televisión abierta y el cuarto banco del sistema? Otro tirador es Ricardo Salinas Pliego, que en las recientes semanas ha bajado la guardia, quizás por el constante y sistemático señalamiento de López Obrador de los requisitos que los aspirantes a Banamex deben cumplir. Se conoce que si el dueño de TV Azteca se anima, no fusionaría Banco Azteca, que seguiría operando como una entidad totalmente aparte. En ese escenario Salinas Pliego también podría buscar integrar otro grupo de inversionistas mexicanos que aportaran valor. Uno de ellos podría ser Olegario Vázquez Aldir, quien busca expandir el negocio y cobertura de Multiva y también ve la venta de Banamex como una oportunidad única. Daniel Becker es otro que quiere levantar inversionistas. Aquí le informamos desde principios de febrero que el dueño de Banca Mifel empezó a hacer cabildeo entre la comunidad judía. Su objetivo inicial fue levantar 500 millones de dólares entre 25 inversionistas. Moisés El-Mann de Fibra UNO y Joaquín Brockman de Quálitas no quisieron subirse. Hay un grupo más que levantó la mano desde el principio por Banamex. Hablamos de Javier Garza Calderón, el ‘Manitas’, empresario de Monterrey. Pero de su avance no se sabe nada.
ESTE MES SE le acaba el plazo a la Financiera Progresemos. Está en concurso mercantil desde enero de 2021 y todavía no logra llegar a un acuerdo con sus acreedores. Esta sociedad financiera de objeto múltiple fundada por el desaparecido Rafael Moreno Valle, arrastra un pasivo por más de 930 millones de pesos. Entre sus acreedores figuran Banco del Bienestar que dirige Víctor Lamoyi, la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario a cargo de Baldemar Hernández, ABC Capital de Mario Laborín, Scotiabank que lleva Adrián Otero, la Corporación Financiera Internacional que encabeza Juan Gonzalo Flores y el WorldBusiness Capital que preside Brett N. Silvers. Si no hay arreglo la próxima semana el conciliador Gerardo Badín tendría que decretar su quiebra.
POR CIERTO QUE en otro expediente, ayer el Juzgado Segundo especializado en Concursos Mercantiles decretó el concurso mercantil de Landsteiner Scientific, de Miguel Granados. La compañía que en lo operativo dirige Arturo Morales se terminó allanando a la demanda que le promoviera a finales de 2021 Zamberk, un proveedor de empaques, y no permitió la entrada del visitador. Toca ahora al Instituto Federal de Especialistas en Concursos Mercantiles, que dirige Edgar Bonilla, designar al conciliador. El laboratorio farmaceútico adeuda cerca de 90 millones de dólares. Bancomext que lleva Luis Antonio Ramírez, el BBVA de Eduardo Osuna, Banorte que maneja Marcos Ramírez e Invex de Juan Guichard son sus principales acreedores.
¿SABRÁ EL PRESIDENTE Andrés Manuel López Obrador que el nuevo director de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación, Manuel Marcué Díaz, está extorsionando empresas españolas que tienen inversiones desde hace años en este sector? El funcionario está clausurando casinos para presionar. Uno de ellos es, ni más ni menos, el del Hipódromo de Las Américas?
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