A TRES AÑOS y medio de vida, el TMEC tiene como talón de Aquiles el proteccionismo de Estados Unidos y de México para crear una economía más competitiva en Norteamérica.
Pero sobre todo, la novatez del equipo de Tatiana Clouthier en la Secretaría de Economía y desconfianza del presidente Andrés Manuel López Obrador para negociar con la Casa Blanca y su Congreso.
La cerrazón económica y la falta de acuerdos políticos mantienen en tensión permanente a las empresas de los sectores energético, automotriz, agropecuario y laboral.
Existe una amenaza permanente sobre el futuro de la inversión extranjera, el cierre a las exportaciones mexicanas y la generación de empleo.
El proteccionismo a ultranza del inquilino de Palacio Nacional y su 4T en sectores de petróleo y electricidad para avanzar en inversión extranjera en energías limpias, aunado a la debilidad del gobierno de Joe Biden frente al Congreso de su país, provocan que el futuro del TMEC esté judicializado y acosado por demandas y paneles binacionales.
A la fecha, México y Estados Unidos tienen tres disputas activas, según la Secretaría de Acuerdos Comerciales de aquel país.
Una por reglas de origen en el sector automotor y otras dos por derechos de antidumping por barra de acero para el refuerzo de hormigón, y por alambrón de acero al carbono con ciertas aleaciones.
En este año, Mexico y Canadá pidieron abrir dos paneles más contra Estados Unidos.
Uno por diferencias en la aplicación de las reglas del origen dentro de la industria automotriz.
Y otro por los créditos fiscales (hasta 12 mil 500 dólares en vehículos eléctricos y de 4 mil 500 si es ensamblado en la Unión Americana), aprobados por el Congreso, ya que 77 por ciento de las unidades producidas en el país se envían a Estados Unidos y 7 por ciento a Canadá.
Hay voces en la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz y en la Industria Nacional de Autopartes que dicen que ante las restricciones de las reglas de origen (70 por ciento de contenido nacional), sumado a la obligación de igualar salarios en Mexico y Estados Unidos, muchas marcas preferirán exportar una parte de sus modelos sin los beneficios del TMEC y pagar un arancel adicional de 5 por ciento.
Un dirigente empresarial definía muy bien el momento que vive el TMEC: la parálisis burocrática del gobierno mexicano para dar certidumbre a la inversión que genere empleos, puede provocar una cascada de denuncias que maten el acuerdo comercial.
NI VINO A negociar contratos eléctricos de autoabastecimiento ni mucho menos a convencer a Andrés Manuel López Obrador de que acuda a la Cumbre de Las Américas el mes próximo en Estados Unidos. El mandamás de Black Rock, Larry Fink, cumplió una visita de cortesía a su amigo, el presidente de México, con quien tiene una excelente relación. El influyente financiero dedicó la reunión del miércoles en Palacio Nacional a compartir algo que de hecho le pidió el tabasqueño en su último encuentro con él: ideas sobre cómo aprovechar el momento político y económico para canalizar inversiones reshoring a México. Fink planteó un diagnóstico general de hacia dónde ve él que va la economía global y recomendó áreas de rápida inversión, como es el caso de la electromovilidad, la fabricación de baterías eléctricas y la industria automotriz. Se abordó la nueva realidad creada por la invasión de Rusia a Ucrania y cómo puede beneficiar a México. Ese fue el tema central de la plática. López Obrador y Fink quedaron en darle seguimiento a esas ideas a través del canciller Marcelo Ebrard, quien junto con el jerarca de BlackRock, el mayor gestor de fondos del planeta, tienen la encomienda de organizar en septiembre un encuentro en Estados Unidos con los 20 CEO de empresas más importantes del mundo, a fin de presentarles una cartera de áreas de oportunidad para detonar nuevas inversiones entre 2022 y 2024. Fink puede y quiere ser aliado de López Obrador y su gobierno para traer capitales relevantes al país.
LA COMISIÓN EJECUTIVA del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) desayuna esta mañana con el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, en el Club de Industriales. El funcionario les hará una presentación del estado que guarda la situación financiera de México y una visión de hacia dónde se moverán las cosas en los próximos dos años. Un voto de confianza en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es lo que pedirá el economista de Cambridge. A su vez, el gremio que preside Francisco Cervantes solicitará más apertura y comunicación con el titular de las finanzas del país, que a poco más de un año de haber tomado el cargo, se ha mostrado reacio en cuanto a la interlocución con sus pares del sector privado, como quedó evidenciado hace unos días con el armado de este Paquete Contra la Inflación y la Carestía, donde todos los organismos y asociaciones del CCE quedaron excluidos de las negociaciones.
LA FISCALÍA GENERAL de Quintana Roo, que comanda Óscar Montes de Oca, podría iniciar acciones legales contra Gustavo Boletig, el CEO de la empresa de origen brasileño eNómina. El expediente documenta cómo la plataforma digital de descuentos de nómina accede, copia y lucra con las bases de datos de miles de ciudadanos de esa entidad que gobierna Carlos Joaquín González, hecho que encendió las alertas de varias instancias locales y federales. El tráfico de información sensible de la población pone en riesgo el patrimonio de nacionales y extranjeros en esa entidad, donde pululan las bandas que se dedican a extorsionar o robar dinero de las cuentas bancarias. En los próximos meses podríamos ver rodar algunas cabezas, pues eNómina tuvo acceso a los datos financieros de la gente, gracias a que en el estado se firmaron convenios de colaboración para supuestamente “gestionar con tecnología de punta” los descuentos de créditos de nómina.