BIRMEX, LA EMPRESA gubernamental sobre la que descansa aún la estrategia de distribución de medicamentos y producción de vacunas esenciales para la población infantil, está zozobrando.
La compañía, que se constituyó como un organismo con autonomía jurídica, financiera y administrativa el 11 de marzo de 1999, enfrenta hoy una minusvalía que llega casi a los mil millones de pesos.
Su mal manejo no solo refleja un quebranto de alrededor de 2 mil millones de pesos por la fallida compra de anticoagulantes y sedantes entre diciembre de 2020 y marzo de 2021, insumos que no se pudieron colocar.
Le decíamos ayer que son cerca de tres millones de unidades que se fueron a comprar a Lituania en el peor momento de la crisis de la pandemia del COVID-19: se adquirieron a precios altos y se quedaron almacenados.
El error del equipo de Pedro Zenteno, entonces director de Birmex y hoy premiado con la dirección del ISSSTE, fue que tardó tres meses en mover de España a México las partidas compradas a sobreprecio.
Cuando por fin llegaron a nuestro país el IMSS, el Insabi y el ISSSTE, o ya habían comprado a terceros los medicamentos, o ya tenían compromisos de abasto a precios más económicos.
Esa minusvalía financiera le está restando capital de trabajo en momentos en que el laboratorio ahora dirigido por el general Jens Pedro Lohmann enfrenta otro problema de corto plazo.
Birmex, como razón social Laboratorios de Biológicos y Reactivos S.A. de C.V., ya no tiene liquidez para operar con esa denominación por una serie de deudas y costos históricos.
La compañía, que tiene su origen en 1981 tras la integración del Instituto Nacional de Higiene y el Instituto Nacional de Virología, arrastra también pasivos laborales que se agudizaron en los dos últimos años.
Posee una plantilla de unas 500 personas que, por ejemplo, no fabricaron prácticamente ninguna vacuna u otro producto de diagnóstico clínico durante la etapa más álgida de la pandemia.
Pero por el oneroso contrato colectivo que posee, el gobierno siguió pagando a razón de 600 millones de pesos anuales, lo que traído al presente se convierte en un grave problema financiero.
Con todo, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador está empeñado en reflotar a Birmex para que se convierta en la columna de un nuevo sistema nacional de distribución de medicamentos.
La ruta ya está trazada y están involucradas las secretarías de Hacienda, de la Defensa Nacional y de la Función Pública, que en los próximos 30 días deberán empezar a dar los primeros resultados.
SI MÉXICO NO baja los precios del espectro radioeléctrico, los 150 millones de dólares que Nafinsa-Bancomext, que comanda Luis Antonio Ramírez, y Banobras, que capitanea Jorge Mendoza, están inyectando a Altán Redes, se irán directito a la basura. El capital de inversión está tocado y el futuro del operador comprometido, porque nuestro país posee el espectro más caro de América Latina y figura entre los tres más onerosos del planeta. Para cerrar la brecha digital y llevar internet a toda la población como se propuso Andrés Manuel López Obrador, se necesita conectar a 30 millones de personas. Para lograrlo se tendría que bajar el precio del espectro a promedios latinoamericanos y conectar a razón de 5 millones de personas anuales. Ahí el desafío para la nueva administración de Altán, liderada ahora por Anthony McCarthy y Carlos Lerma.
AINDA, LA ADMINISTRADORA de fondos de capital privado, acaba de fichar como socio y copresidente ejecutivo a Juan Carlos Echeverry Garzón. Se trata del ex-CEO de Ecopetrol, quien lideró la transformación de esa empresa hasta llevarla a un valor de 15 mil a 42 mil millones de dólares. También fue ministro de Hacienda de Colombia, reconocido conferencista y consejero independiente de Credicorp y Seguros Sura. Echeverry compartirá la presidencia con Oscar de Buen y debajo de ellos se mantendrá como director general Manuel Rodríguez. Ainda ha analizado más de 90 proyectos en los sectores de infraestructura de transporte, hidráulica, generación eléctrica renovable y termoeléctrica, midstream y upstream.
EN TRES AÑOS Nafin, Bancomext y la Secretaría de Desarrollo Económico de la CdMx, que encabeza Fadlala Akabani, han colocado 626 mil 151 millones de pesos con miras a financiar proyectos de pequeñas y medianas empresas que forman parte de la cadena automotriz y de naves industriales. Con los recursos de este par de bancos de desarrollo que lleva Luis Antonio Ramírez se han creado 132 mil 261 nuevos empleos y se han logrado conservar otras 46 mil 156 fuentes de empleo en la ciudad. Entre 2019 y 2021 las alcaldías donde más créditos se colocaron fueron Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Iztapalapa, Álvaro Obregón y Coyoacán. Banorte de Carlos Hank González, Mifel de Daniel Becker y BBVA de Eduardo Osuna lideraron la dispersión.
TIC, TAC, TIC, tac. Cada vez se acerca más el 2 de julio, la fecha fatal que el inquilino de Palacio Nacional se autoimpuso para darle el banderazo al inicio de operaciones de la nueva refinería Olmeca, mejor conocida como Dos Bocas. Como se escribió aquí el 11 de mayo pasado, la obra insignia de la 4T está aún muy lejos de producir el primer litro de gasolina. Para que dimensione el grado de su avance: no hay drenaje en las instalaciones y el dilema de la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, a menos de un mes de que la inaugure Andrés Manuel López Obrador, es si conviene hacer zanjas para que en un tiempo récord la constructora Idinsa, de Víctor Ortiz, haga la instalación, o de plano aguardar a que pase el magno evento.
QUIEN SE HA mantenido con un nivel de eficiencia notable, en cuanto a operación política se refiere, es el asesor de la Presidencia, César Yáñez, quien en cada encomienda que recibe busca resolver al menor costo posible lo que se le pide, dándole los mejores réditos a su jefe, Andrés Manuel López Obrador. No lo pierda de vista.