ESTE MES CITI cierra la segunda etapa del proceso de venta de Banamex. Recibe ofertas definitivas. Dos son los grupos que se perfilan como finalistas: el de Germán Larrea y el de Daniel Becker.
En la última semana de agosto le reportamos que Inbursa no llegaría a esta fase, y si remotamente presenta oferta, igual de remota es la posibilidad de que se acerque a los múltiplos que busca Citi.
Carlos Slim Helú no se caracteriza por comprar caro y por lo tanto descártelo como un tirador individual. Slim va ya en el grupo de Larrea, con quien es socio en el negocio de transporte ferroviario.
Este grupo es el que se ve más robusto y su oferta andará arriba de 10 mil millones de dólares. Con Larrea van, además de Slim, Roberto Hernández, Eduardo Tricio, Antonio del Valle, Alonso de Garay, Carlos y Jorge Rojas.
El otro grupo que también exhibe un buen músculo financiero es el que integró Becker y su socio en Mifel, Martín Werner. Está liderado por el principal gestor de fondos del mundo, BlackRock, cuyo mandamás, Larry Fink, tiene una buena relación con Andrés Manuel López Obrador.
Este grupo trae otros fondos internacionales y socios estratégicos locales, como Advent, el fondo que lleva aquí Daniel Martínez-Valle; la familia de Max, Moisés y André El-Mann; los hermanos Cosme y Alberto Torrado, y la familia de Enrique Coppel Luken.
La novedad es que Banorte, que preside Carlos Hank González, como Inbursa y Slim en lo particular, se desistiría de presentar una oferta final. Dos son las razones para especular esa posibilidad: una económica y otra política.
La económica es que cada día que pasa hace menos sentido para Banorte adquirir a Banamex porque para lograr las sinergias que lo potencien para ser un real competidor de BBVA, que comanda Eduardo Osuna, tendría que despedir a prácticamente 40 por ciento de la plantilla laboral.
El factor regulatorio es otro hándicap para Banorte: a menos que López Obrador le diera el tiro de gracia a la Comisión Federal de Competencia Económica, no hay manera de que pueda tener Afore Siglo XXI y Afore Banamex.
La razón política es todavía más compleja: el gobierno de Estados Unidos no vería bien ni autorizaría a Citi, que preside Jane Fraser, que su cuarto banco más importante sea vendido a la familia Hank.
El veto es una realidad y se ha fortalecido en las últimas semanas, en la medida que las relaciones entre los gobiernos de Joe Biden y de López Obrador se deterioran más por temas comerciales y de seguridad nacional.
LA ÚLTIMA VALUACIÓN en 2017 de la marca Mexicana de Aviación, que hoy está embargada y pertenece a unos 6 mil 493 ex trabajadores entre pilotos, sobrecargos, de tierra y de administración de la empresa, arrojó un precio de 74 millones de dólares. Si Andrés Manuel López Obrador quiere ponerle ese nombre a la nueva línea aérea que controlaría la Secretaría de la Defensa Nacional, tendrían que pagar por ella. Hoy Mexicana no tiene nada: ni aviones, ni slots, ni rutas, ni mostradores, ni trabajadores. Lo único que posee es un centro de adiestramiento técnico. Si el gobierno de la 4T quisiera echar a volar una línea aérea militar tendría que desembolsar unos 200 millones de dólares y requería un año para cumplir con todos los trámites. Tan solo conseguir en el mercado diez aparatos para arrendarlos y ponerlos a punto de operación le tomaría unos 18 meses y entre 80 y cien millones de dólares. Estamos en lo dicho: la aerolínea que se allana para ser tomada por los muchachos de Luis Cresencio Sandoval es Aeromar, la de Zvi Katz, con quien llevan negociando semanas.
PUES NADA, QUE ahora Caabsa parece va en irremediable colisión con BVG World. Por incumplimiento el grupo de Luis y Mauricio Amodío está a punto de que les rescindan el contrato de la construcción del hotel Grand Island Cancún, un megaproyecto de unas tres mil habitaciones que de por sí ha enfrentado muchos cuestionamientos del Fonatur por la sobredensidad que tiene. Pertenece a Elías, Marcos y Harry Sacal. Caabsa ha enfrentado problemas para obtener financiamiento. De hecho, recién logró un crédito de 200 millones de pesos a una tasa de 13.5 por ciento por parte de Altum Capital, de Gerardo Legorreta, y que fondean Invex de Juan Guichard y Apollo Global Management de Marc Rowan.
SE ACABÓ. LLEGADO a su fin el mes de septiembre Marcos Achar y su empresa Braintivity, que dirige Carlos González, iniciaron los trámites para devolverle a la Secretaría de Turismo la plataforma Visit México. La duda está en si su titular, Miguel Torruco, aceptará así nada más de regreso el principal motor de promoción del país tras la desaparición que decretó en 2019 Andrés Manuel López Obrador del Consejo de Promoción Turística de México para trasladar todo su presupuesto al Tren Maya. Y es que mientras Sectur dice que desde 2020 Achar tenía que pagar 4 millones de pesos anuales éste reclama una deuda a la dependencia de unos 14 millones. Sin duda otro deslinde que tampoco terminará bien.
CEMEX RECIBIÓ EL reconocimiento “A la Trayectoria” de la Concamin en la 20 edición del premio Ética y Valores de la Industria en la categoría de Empresas Grandes Mexicanas. El reconocimiento destaca los esfuerzos de la cementera regiomontana que preside Rogelio Zambrano por fortalecer la cultura de responsabilidad social corporativa y desarrollo sostenible.
Un ejemplo de estos esfuerzos es su programa insignia “Futuro en Acción” para alcanzar la excelencia en sostenibilidad, a través de acciones de combate al cambio climático, como cuidar los recursos naturales, descarbonizar sus operaciones y promover la economía circular.
AYER LA PRIMERA Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que preside Margarita Ríos-Farjat, rechazó el amparo directo que promovió Diageo y sin entrar al fondo dejó en firme la sentencia del Cuarto Tribunal en Materia Civil del Primer Circuito que dio la razón a Gael García y Diego Luna que demandaron a la distribuidora de bebidas alcohólicas que dirige Iván Menezes por uso sin autorización de sus imágenes en una campaña del whisky Johnnie Walker. La sala conminó al tribunal para que Diageo pague a los actores, pero no el 40 por ciento de las ventas, sino como si hubieran sido contratados por la multinacional y con un cálculo de peritos.