La Cuarta Transformación

Tras el INE, van ahora por el control del TFJA

El Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA) es la instancia encargada de resolver litigios monetarios entre la administración pública y los particulares.

VENTANILLA POR DONDE pasan las resoluciones de multimillonarios casos, que llegan a representar hasta el 6 por ciento del Producto Interno Bruto de este país, algo así como un billón de pesos, el gobierno de la 4T se apresta a tomar el control del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), con una reforma a su Ley Orgánica que lleva dedicatoria.

Mientras los reflectores de la agenda legislativa se posan en la actuación que el Senado tendrá frente al llamado “plan B” de la reforma electoral, la toda poderosa exjefa del SAT y ahora secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, en mancuerna con la consejera jurídica de la Presidencia, María Estela Ríos, buscan con los cambios que ayer votaron los diputados imponer a la magistrada Natalia Téllez.

No es cosa menor influir como gobierno en el llamado TFJA, que hasta el último día de este mes presidirá Rafael Anzures, pues hablamos de la instancia encargada de resolver litigios monetarios entre la administración pública y los particulares.

Polémicos casos como los de Elektra de Ricardo Salinas Pliego, Interjet de Miguel Alemán, Alsea de Alberto Torrado o el de la exaccionista de Televisa, Carmela Azcárraga, han terminado en esa instancia tan igual de relevante como la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que por los mismos días relevará su presidencia.

Por ello es que la apuesta de Buenrostro y Ríos González, es imponer como presidenta a un perfil manipulable, que garantice que los juicios contra los contribuyentes favorezcan en mayor medida al órgano recaudador que aquélla sigue controlando, a pesar de que el nuevo jefe sea Antonio Martínez Dagnino.

Para el ala dura del cuartoteísmo, la magistrada Téllez Torres es quien reúne esas características, pero estaba imposibilitada para asumir la presidencia del Tribunal por incumplir con los requisitos de experiencia, y por pertenecer a la tercera sala, especializada en temas anticorrupción.

En 2016, cuando se legisló sobre la estructura del Sistema Nacional Anticorrupción, se estableció que los integrantes de la Tercera Sección no podrían integrar la Junta de Gobierno y Administración del Tribunal, “en razón a la especialización de la materia y en protección a la imparcialidad de su función”.

En palabras llanas, se buscó que los tres magistrados integrantes de esta sala estuvieran exentos de situaciones que generan compromiso con los particulares y con el propio gobierno, como discusión y ejercicios de presupuesto, contratación de servicios o compra de materiales e incluso la elaboración y seguimiento de convenios.

Ésta es precisamente la restricción que quedó eliminada ayer de la ley por la enmienda que a finales del mes de octubre firmó y envió Andrés Manuel López Obrador al Congreso; además, propone dar paso a la alternancia de género y pasar por alto la comprobación de la trayectoria documental de los magistrados.

Sin duda, las reformas a la Ley Orgánica tuvieron dedicatoria, y enturbian ahora un proceso de votación que será en enero.

Pese a todo este entramado, por lo que se escucha en el Poder Judicial, el magistrado Guillermo Valls Esponda, así como las magistradas Magda Zulema Mosri Gutiérrez y Luz María Anaya Domínguez siguen con fuertes posibilidades de convertirse en cabeza de este relevante tribunal.

(Especial)

Los magistrados del TFJA votan por su nuevo presidente el próximo 3 de enero, un día después que los ministros de la Corte lo hagan por el suyo propio.

(Especial)

A OCHO DÍAS de que jueces, magistrados y ministros bajen la cortina por vacaciones de fin de año, y a 25 de que inicien las votaciones para ungir a quien será el nuevo ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para los próximos cuatro años, en los pasillos de la máxima instancia de procuración de justicia empezó a correr esta semana fuerte la versión de a dónde podría irse Arturo Zaldívar Lelo de Larrea a partir de que se consuma su relevo. Según la especie, el afamado jurista llegaría en enero a sustituir a Rosario Piedra Ibarra en la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Para nadie es un secreto que el puesto le quedó muy grande a la activista e hija de doña Rosario Ibarra de Piedra. Por el contrario, Zaldívar cuenta con una trayectoria sólida en materia de procuración de esos derechos fundamentales, la cual quedó más que demostrada con la sensibilidad y empatía mostrada con las mujeres que purgan injustamente condenas en prisión, algunas de las cuales están siendo liberadas. Dicen que de la CNDH Zaldívar podría saltar en dos años a la Fiscalía General de la República en sustitución de Alejandro Gertz Manero. Ya veremos si se cumple este adelanto.

(Especial)

MAL Y DE malas sigue navegando al frente del Tribunal Superior de Justicia de la CdMx Rafael Guerra Álvarez. Las pupilas de Claudia Sheinbaum le dieron portazo al abogado en su solicitud de 2 mil 220.6 millones de pesos que solicitó el mes pasado a la Secretaría de Finanzas del gobierno capitalino que comanda Luz Elena González. “No es posible autorizar recursos adicionales a este periodo para que puedan ser destinados conforme a lo previsto en el artículo 14 de la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios”, se lee en el oficio que le envía el director general de Planeación Presupuestaria, Control y Evaluación del Gasto, Agustín Rodríguez, al oficial mayor del tribunal, Sergio Fontes. ¿Pues en qué se gastó su partida Guerra, que ni siquiera ha pagado la última quincena y ya no digamos el aguinaldo a sus trabajadores? Éstos realizaron un paro esta semana y exigieron la renuncia del presidente magistrado, envuelto en más de un caso impresentable.

(Especial)

“MEJOR PÓNGASE A vender teléfonos, que es lo que sí sabe hacer”, espetó Rocío Nahle a Carlos Slim. La secretaria de Energía había estallado por el incumplimiento de Swecomex en la entrega de unos 300 cambiadores de calor que el magnate se había comprometido a proveer a Techint y a ICA para los paquetes 3 y 4 y 1 y 2 de la refinería de Dos Bocas, fundamentales para echar a andar la obra y que ya había retrasado seis meses los trabajos. El episodio sucedió hace medio año atrás durante una reunión de trabajo con los técnicos de Grupo Carso. “De aquí nadie sale hasta que me pongan al teléfono al ingeniero”, les advirtió. Como pudieron, le pusieron al millonario en la línea. “Usted podrá ser el hombre más rico, pero ya nos atrasó”, le reclamó. Al final Swecomex perdería el contrato por falta de capacidad. La estampa vale la pena traerla a colación como uno de tantos contratos que no pudieron cumplirse en los apretados tiempos que Nahle estableció para quedar bien con Andrés Manuel López Obrador. Y aún así la refinería no producirá antes de 2024.

PHOTO-2022-12-08-15-50-19 copia (Especial)

EN EL WAR room de Claudia Sheinbaum hay preocupación por la brecha que existe con Marcelo Ebrard en las encuestas y estudios de opinión en materia de conocimiento y reconocimiento internacional. El canciller es bien conocido en círculos políticos y empresariales de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Por ello no es casual que a la jefa de Gobierno de la CdMx la quieran subir en las agendas de cuanto personaje internacional visita el país, como sucedió con los presidentes de Colombia Gustavo Petro y de Chile Gabriel Boric, a veces de manera forzada. Incluso se conoce que en su equipo se han planteado giras al exterior, lo que se ha tenido que desechar ante las fuertes críticas que la mandataria recibe por sus frecuentes giras fuera de la metrópoli. En marzo, por ejemplo, exploró hacer una a Los Ángeles, California, y la bajaron. En una semana tendrá un encuentro virtual con mexicanos en el exterior y migrantes y sus huestes negocian con Netflix un documental de mujeres políticas líderes en el mundo.

COLUMNAS ANTERIORES

El ‘auxiliar en la recaudación’
Edomex: los confictos de Alfredo

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.