El controvertido involucramiento de Elon Musk en la política está pasando factura, y no solo a su reputación, sino también a Tesla, la joya de su imperio. Las acciones del fabricante de automóviles eléctricos han perdido más del 50 por ciento de su valor en solo tres meses, y las consecuencias de su activismo político parecen estar lejos de terminar.
La semana pasada, Musk pidió a sus empleados que no vendieran acciones de Tesla, mientras el valor de la empresa sigue cayendo en picada. Durante una reunión en Austin, Texas, el empresario expresó su frustración: “si leen las noticias, parece el Armagedón (...). No puedo pasar por delante de un televisor sin ver un Tesla en llamas. Entiendo que no quieran comprar nuestro producto, pero no tienen por qué quemarlo”. Estas declaraciones se producen en un contexto tenso, marcado por investigaciones del FBI sobre vandalismo contra estaciones de carga y concesionarios de Tesla.
Ni siquiera el respaldo del expresidente Donald Trump, quien públicamente anunció su intención de comprar un Tesla, ni las declaraciones del secretario de Comercio, Howard Lutnick, recomendando adquirir acciones de la compañía, han logrado detener la caída del precio de los títulos. La crisis parece estar afectando no solo la percepción de Tesla como empresa, sino también la confianza de los inversionistas.
Incluso analistas como Dan Ives, de Wedbush Securities, quien anteriormente apoyaba a Musk, han comenzado a cuestionarlo.
Ives instó al multimillonario a tomar distancia de la política y concentrarse en su empresa, advirtiendo que el daño a la marca Tesla se ha convertido en un “momento de crisis”.
El caso de Elon Musk es un recordatorio de cómo las acciones y declaraciones de un líder pueden impactar directamente la percepción y el rendimiento de una empresa.
Cheaf se une a Circle K
Cheaf, la app que recupera alimentos en alianza con supermercados y restaurantes que ofertan sus excedentes bajo el concepto de “paquetes sorpresa”, por una fracción de su precio original para reducir el desperdicio, anunciará que ahora se unirá a Circle K para dar una segunda oportunidad a los alimentos que se comercializan en la cadena de tiendas de conveniencia.
Las tiendas de conveniencia enfrentan desafíos importantes relacionados con el manejo de inventarios perecederos, como ensaladas, sándwiches y snacks frescos, que suelen tener una vida útil corta, lo que genera un volumen significativo de desperdicio, incluso cuando los alimentos aún son perfectamente consumibles.
“Entendemos la importancia de optimizar la gestión de alimentos y estamos comprometidos con la reducción del desperdicio e impactar positivamente al medio ambiente. En colaboración con Cheaf, podemos dar una segunda oportunidad a estos productos, beneficiando tanto a los consumidores como al planeta. Queremos sentar un precedente en el sector, mostrando que incluso las cadenas de conveniencia podemos liderar acciones significativas hacia un futuro más sostenible”, señaló Berenice Varela, directora comercial de Circle K México.
Por su parte, Braulio Valenzuela, country manager de Cheaf para México, agregó que las tiendas de conveniencia son clave para cambiar la narrativa sobre el desperdicio de alimentos.
“Esta alianza no sólo revaloriza los excedentes de anaquel diferenciando entre la fecha preferente y la caducidad, sino que también abre la puerta a un modelo sostenible y replicable a nivel nacional”, dijo. Ambas firmas reafirman su compromiso con la sostenibilidad.
Descarbonización en vehículos pesados
En México, la industria automotriz de vehículos pesados enfrenta retos en varios frentes, y uno de los más apremiantes es la descarbonización.
No se trata solo de producir unidades con tecnologías sustentables que aminoren el impacto ambiental, sino también de contar con infraestructura energética adecuada, instrumentos financieros que faciliten la renovación de una flota obsoleta y contaminante, así como garantizar un suministro de energía consistente y adecuado.
Estos aspectos se vuelven ineludibles, especialmente frente al compromiso del país con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, que establece la meta de reducir las emisiones en un 45 por ciento para 2030 y alcanzar el cero neto para 2050.
El Foro “Descarbonización del Autotransporte de Pasajeros y Carga en México”, organizado por la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), de Rogelio Arzate, se ha convertido en uno de los eventos más esperados para toda la cadena de valor del sector. En este foro, a celebrarse el 25 de marzo, se aprovechará para presentar innovaciones presentes y futuras, discutir los desafíos en la materia y analizar el papel clave de la electromovilidad.