Los cuatro ejes del Paquete Económico 2025, enviado por la presidenta Claudia Sheinbaum a la Cámara de Diputados para su discusión y aprobación, son: bienestar social con equidad, inversión pública estratégica, disciplina fiscal con austeridad republicana y simplificación administrativa con mayor eficiencia.
Entre los elementos destacables de estos documentos tenemos un ajuste del déficit público, que la Secretaría de Hacienda estima en 3.9% del PIB para el año venidero. La cifra muestra una disminución significativa frente al déficit actual.
Con el fin de alcanzar la meta anterior, que envía una señal de certidumbre a los mercados, se proyecta una reducción del gasto de 1.5 puntos porcentuales del PIB, lo que representa 75% del ajuste necesario. El resto provendrá de un incremento en ingresos públicos y de una menor necesidad de financiamiento extra presupuestal.
La reducción del déficit supone un compromiso firme del conjunto del gobierno, para seguir con la austeridad republicana sin afectar la operación ni las metas.
El presupuesto ha sido bien recibido por los mercados financieros, lo que se reflejó en la apreciación del peso frente al dólar que, a su vez, refuerza la confianza en la estrategia económica y fiscal presentada.
Otras razones para que prevalezca la confianza son que el Paquete Económico reafirma el compromiso gubernamental con la disciplina fiscal y que los recursos provenientes de la eliminación o fusión de distintos organismos irán a la Tesorería de la Federación para ser destinados a áreas prioritarias.
El proyecto de presupuesto entregado a la Cámara de Diputados prioriza el cumplimiento de los 100 compromisos asumidos por la presidenta Sheinbaum. Así, habrá mayores recursos para programas sociales, puesto que el presupuesto en el rubro de Bienestar tendrá un incremento de 2.3%. En dicho rubro se incluyen la nueva pensión para mujeres entre los 63 y los 64 años (14 mil 700 millones de pesos destinados a 1.2 millones de primeras beneficiarias); la beca universal Rita Cetina, que en su primera fase apoyará a 5.6 millones de estudiantes de educación secundaria; igualmente, el programa bienestar casa por casa, que plantea que personal de salud visite a personas adultas mayores en sus domicilios (la suma destinada a este programa es de 2 mil millones de pesos).
En el mismo sentido, el gobierno propone un incremento sustancial (138%) al presupuesto de la Sedatu, con la finalidad de avanzar en la construcción de un millón de viviendas para personas de bajos ingresos.
La presidenta también se comprometió a dar continuidad al plan de trenes para pasajeros. Existen varios proyectos que incluyen el Tren Maya, el México-Querétaro y el Interoceánico. En conjunto, recibirán 149 mil millones de pesos.
Algunos comentarios en redes sociales y medios aseguran que las reducciones presupuestales en algunas áreas podrían afectar el desempeño del gobierno. Esas afirmaciones son incorrectas. Pongamos como ejemplo la disminución presupuestal de la Secretaría de la Defensa Nacional, que tiene una explicación simple: dicha dependencia concluyó en 2024 obras de infraestructura que tenía a su cargo, por lo que ya no se requieren los mismos niveles de inversión. El presupuesto para el Tren Maya, para ser más precisos, pasa de más de 5 mil millones a menos de una quinta parte, pues han concluido las fases principales de construcción.
En el mismo sentido, para el caso de la Seguridad y Protección Ciudadana, la reducción más notable se dio en el programa de Provisiones para Infraestructura de Seguridad, cuyo presupuesto pasó de 23 mil millones a 6 mil millones de pesos. Este ajuste se debe a la conclusión de diversas obras de construcción (como cuarteles y dormitorios), que ya no requerirán nuevos fondos de inversión en el próximo año.
Un presupuesto equilibrado y responsable se mira también en la prioridad que se da a algunas áreas. En el caso del sector salud, el IMSS-Bienestar recibirá 174 mil 623 millones de pesos, un incremento real de 30.2% respecto al año anterior. Este aumento busca fortalecer la capacidad del organismo. La disminución presupuestal en otras áreas del sector obedece a una reorganización integral en la estructura de financiamiento de salud pública, concentrando recursos y capacidades en un modelo más centralizado, con IMSS-Bienestar como eje principal en la atención a la población sin seguridad social.