Telón de Fondo

5, 4, 3, 2, 1… ¡a votar!

El momento de la votación es aquel en el cual todos los mexicanos se igualan. Un voto vale lo mismo que otro, independientemente de la condición social o económica.

No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla, dice la sabiduría popular. Estamos a seis días de la celebración de la jornada electoral más grande y compleja de la historia de México, que tiene planeándose, por unos y por otros, meses, si no es que años, y que el próximo 2 de junio llega a su culminación.

Después de décadas de simulación democrática en las que el resultado electoral se conocía antes de las elecciones, en los últimos treinta años se instaló la democracia en nuestro país y con ello la certidumbre sobre el resultado. El voto se revaloró y respetó, y con ello la alternancia de los partidos políticos en los puestos de gobierno y representación.

La transición democrática hizo del día de las elecciones un día de fiesta, ya que se trata de la posibilidad de que con nuestro voto podamos elegir a quienes van a gobernar y a representarnos y además calificar a los gobiernos en turno. De eso se trata la democracia.

A pocos años de poder votar en libertad (obviamente a lo largo de esas décadas hubo muchos incidentes no democráticos, pero en lo general logramos sortearlos institucionalmente), ahora esa libertad está siendo amenazada y del resultado del próximo domingo dependerá su derrotero, ya que el actual presidente de la República y las candidaturas derivadas de esa opción política, pusieron sobre la mesa una propuesta de reforma que atenta contra la autonomía de las autoridades electorales y contra los derechos políticos de la ciudadanía.

Además, hay quienes quieren inhibir la participación haciéndonos creer que todo está decidido y para ello exhiben resultados de encuestas. La verdadera ‘encuesta’ es el día de la jornada. Hay mucha evidencia de que hay ‘voto oculto’ y que la ciudadanía que es encuestada realmente no está manifestando el sentido de su decisión.

La otra inhibición es aquella que emana del uso de recursos públicos y de la difusión de que los programas sociales puedan desaparecer o bien que el crimen organizado pueda ‘tomar nota’ del sentir ciudadano.

Pongamos lo anterior en perspectiva. El momento de la votación es aquel en el cual todos nos igualamos. Mi voto vale lo mismo que el tuyo independientemente de mi condición social o económica.

Quisiera que fuera en un ambiente festivo, de tolerancia y respeto. Lamentablemente, todo indica que no será necesariamente así, ya que habrá quien acuda en plena libertad, quien lo haga condicionado o quien simplemente actúe indolentemente, porque piensa que todo está resuelto o que todo da exactamente lo mismo.

Perdemos de vista que no votar es una forma de votar, de la misma manera que no votar en libertad es una manera de negarnos a nosotros mismos para depositar nuestra voluntad en otro. Cada quien con su conciencia y las consecuencias de la decisión tomada porque ahí se juega nuestro futuro. Mientras tanto veamos lo que nos espera de aquí al 1 de octubre.

Primera frontera: 2 de junio. En seis días nos encontraremos ante las urnas, el INE tendrá que instalar más de 170 mil casillas y debió haber capacitado a más de un millón y medio de ciudadanas y ciudadanos para recibir los votos de sus vecinos. Estoy seguro que, a pesar de todo, los profesionales del INE harán su tarea con el apoyo de la ciudadanía. Sin embargo, para que nuestro voto sea respetado, tenemos que defenderlo, de manera tal que, si nos eligieron como funcionarios de mesa de casilla, cumplamos con esta tarea y contemos con transparencia y objetividad los votos.

Sin duda, habrá quien quiera intimidarnos propalando rumores sobre condiciones inadecuadas para acudir a votar. Frente a lo anterior, el Estado, léase en particular las Fuerzas Armadas federales, la Guardia Nacional, al igual que los policías estatales y municipales, deben garantizarnos el libre tránsito y el cuidado de la voluntad ciudadana. Lamentablemente, nuestro país vive condiciones de inseguridad alarmantes que han impactado la vida política. Como muestra está el lamentable asesinato de candidatas y candidatos, lo que se suma a las tasas más altas de homicidio que ha vivido nuestro país en los últimos cincuenta años.

El próximo miércoles concluyen las campañas y a partir del jueves y hasta las 18 hrs. del domingo está prohibido hacer campaña a favor o en contra de una candidatura. Esto quiere decir que los políticos se silencian, es el momento en que la ciudadanía se apodera del espacio público para deliberar y terminar de definir el sentido de su voto.

Ese lapso de tiempo no quiere decir que esté prohibido opinar, incluso los medios de comunicación pueden propiciar discusiones y entrevistar a expertos en materia electoral. Lo que está prohibido es hacer campaña a favor o en contra de alguien.

Por lo que se puede prever tendremos elecciones muy competidas tanto a nivel federal como local, por lo que no basta ir a votar —lo que es condición sine qua non— sino que es importante vigilar el buen desempeño de las autoridades electorales.

Seguramente a partir de las 18 hrs. del próximo domingo todos se proclamarán, irresponsablemente, ganadores. El conteo rápido del INE, levantamiento estadístico muy confiable, deberá estar dando resultados alrededor de las 22.30 hrs. por lo que hace a la presidencia de la República. Y en ese lapso los OPLES en ocho estados y en la CDMX estarán dando a conocer los resultados de los conteos rápidos de las gubernaturas.

También habrá que estar atentos al PREP, plataforma que a partir de las 20 hrs. irá dando a conocer los resultados electorales de las casillas. Alrededor de las 2 a. m. del 3 de junio, el PREP deberá dar cuenta del 80 por ciento de los resultados de las casillas instaladas. De manera tal que el conteo rápido y el PREP proporcionarán una aproximación muy certera sobre el resultado de las elecciones.

Sin embargo, el cómputo oficial en todo el país, excepto en la CDMX, inicia el miércoles siguiente a la jornada. Momento en el cual, si hay dudas, se pueden abrir los paquetes electorales para verificar si lo que se asentó en las actas es correcto o no. A más tardar el domingo nueve de junio, el INE y los OPLES deben estar dando a conocer los resultados oficiales de las elecciones.

¡Nos vemos el 2 de junio!

Posdata

Ante la omisión dolosa de la mayoría del Senado de nombrar magistrados electorales, espero que quienes integran la Sala Superior del TEPJF subsanen esa irregularidad nombrando a la brevedad las magistraturas que cubran las dos vacantes que hoy existen. De esa manera no solo cumplirán con un requisito legal sino blindarán con legalidad y legitimidad la decisión ciudadana.

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