Mientras que ahora el Cártel de Sinaloa libra de modo simultáneo guerras contra 10 grupos criminales a lo largo del país, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) sostiene batallas cotidianas contra 53 organizaciones en territorio nacional. Este notable contraste, entre las dos principales organizaciones criminales, revela el rasgo característico que ha marcado la estrategia del CJNG como agente empresarial criminal desde que irrumpió en el escenario nacional hace una década: su afán inquebrantable por expandir su presencia geográfica. El CJNG es la única organización criminal que tiene presencia en todas las entidades federativas de México.
Quizá valga la pena acercar la lente y observar de cerca cómo logra el CJNG expandirse en nuevas zonas de manera veloz y efectiva. Para delinear algunos trazos de su estrategia tomaré como muestra un puñado de incidentes que han ocurrido recientemente en Chiapas, entidad en la que, por lo menos desde hace un par de años, hemos observado una rápida expansión de esta coalición criminal.
El primer rasgo que habría que destacar es la decisión del CJNG de enfrentar (no eludir) a las fuerzas militares, incluida la Guardia Nacional. El pasado martes 31 de octubre, por ejemplo, hubo un choque entre un grupo armado y fuerzas federales cerca de Villa Corzo. Tras el enfrentamiento, las autoridades reportaron el hallazgo de un arsenal de armas largas (incluidas lanzagranadas), chalecos y vehículos, pertenecientes a Grupo Delta, un comando de élite del CJNG. El mensaje que este incidente envió a los jefes militares de la zona es claro: no les tenemos miedo y tenemos armamento suficiente para confrontarlos.
Un segundo rasgo de la estrategia del CJNG, para consolidar su dominio en las zonas donde incursiona, es el asesinato sistemático de líderes o activistas sociales que organicen marchas o protestas contra su presencia en determinados territorios. Tal fue el caso, el pasado 21 de octubre, del maestro José Artemio López Aguilar, uno de los organizadores de la Marcha por la Paz, celebrada el 12 de octubre en el municipio de Chicomuselo. Durante esa marcha, 5 mil personas exigieron el cese de la violencia suscitada por el CJNG en semanas recientes. Tal violencia obligó a suspender las actividades educativas, lo que tiene a 250 mil alumnos sin poder asistir a clases en una región cercana a Frontera Comalapa. López Aguilar formaba parte de la Sección 40 del SNTE y era militante de Morena.
Un tercer elemento de la estrategia de expansión del CJNG ha sido su hostigamiento violento y permanente a los policías municipales. El pasado 31 de octubre se registró un ataque de parte de unos sujetos armados, presumiblemente del CJNG, en el que agredieron al exdirector de la Policía Municipal de Ocozocoautla, de nombre Franklin ‘N’. Se trata de la segunda ocasión en que este policía es atacado durante este año, pues en febrero pasado sufrió un atentado similar. En ambos casos, el exdirector logró sobrevivir. Con este tipo de acciones, el CJNG propicia que los cuerpos policiales locales teman actuar contra ellos, lo que propicia que su creciente presencia en nuevas localidades permanezca impune.
En cuarto lugar, cabe destacar que la gran expansión territorial del CJNG en Chiapas, a lo largo de este año, ha sido un factor determinante para el surgimiento, en varios puntos del territorio estatal, de grupos de autodefensa y otro tipo de colectivos que buscan proteger a las comunidades de la violencia y despojo del CJNG. Sin embargo, es probable que el CJNG esté detrás de varias campañas de desprestigio contra algunos grupos de autodefensa en ciertas regiones. Tal es el caso, por ejemplo, del grupo de autodefensa El Machete, al cual se le ha acusado recientemente de estar implicado en agresiones, intimidaciones, detenciones y desapariciones en Pantelhó. Ahí también han surgido otros grupos de autodefensa, como Los Herrera, y la población está confundida sobre cuáles son en verdad los grupos que están detrás de la violencia y si están patrocinados o no por el CJNG.
Finalmente, un quinto elemento de la estrategia de expansión y control territorial del CJNG parece ser la toma de control de cruces carreteros clave, lo que les permite monitorear el tránsito de fuerzas policiales o militares, o de los convoyes de otros grupos delictivos. Tal fue el caso, en septiembre pasado, con la toma de control del crucero San Javier en la carretera Palenque-Trinitaria, por parte del CJNG. Justo en esta localidad, por cierto, está la desviación a la zona arqueológica de Bonampak, cerca de la cual hay una nueva pista de aterrizaje clandestino (presuntamente establecida por el CJNG), tal y como lo dio a conocer el presidente López Obrador en marzo pasado. Por cierto, las Fuerzas Armadas no han realizado, hasta ahora, operativos para tomar el control de esta pista.