Eduardo Guerrero Gutiérrez

Texcaltitlán podría ser el inicio del fin para LNFM

Hay tres factores que apuntan a que el valiente acto colectivo de defensa de los comuneros tenga repercusiones importantes en la seguridad de la región, al menos en el corto plazo.

El pasado 8 de diciembre algo extraordinario sucedió en la pequeña comunidad de Texcapilla, ubicada en el municipio de Texcaltitlán (de alrededor de 20 mil habitantes), al sur del Estado de México. Un centenar de comuneros (titulares de derechos en comunidades agrarias) y pequeños agricultores (casi todos hombres, pero también algunas mujeres), dedicados en su mayoría a los cultivos de haba, chícharo y avena, decidieron confrontar con rifles, hoces y palos, a una célula de extorsionadores. Alrededor del mediodía de ese viernes se reunieron comuneros y criminales en una cancha de futbol. Ahí los criminales, comandados por Juan Carlos Garduño Martínez (a) el Payaso, los habían citado a negociar un aumento de la cuota por derecho de piso. A los comuneros, por su parte, los encabezaba Noé Olivares Alpízar, delegado comunal y líder social con aspiraciones políticas, un personaje que contaba con la confianza de los comuneros.

Ante la actitud desafiante de los comuneros, dos o tres sicarios abrieron fuego. Lejos de huir, los comuneros se abalanzaron sobre los cabecillas del grupo criminal, a 10 u 11 de los cuales asesinaron. En el video que se circuló en redes, se ve al Payaso cuando intenta huir pero lo tumban y linchan después de correr algunos metros. Además, tres o cuatro comuneros murieron, incluido Olivares Alpízar. Más tarde, los comuneros prendieron fuego a los cadáveres y vehículos pertenecientes al bando criminal. Al parecer, unas pocas horas después del enfrentamiento, un vehículo que trasladaba a varios miembros de una familia (incluido un bebé) con uno de los comuneros herido fue interceptado en un retén criminal, y aún no se sabe nada de ellos.

La célula criminal que agredió a los comuneros pertenence a la La Nueva Familia Michoacana (LNFM), una mafia regional cuya presencia territorial ha registrado un rápido crecimiento en el centro del país durante el último lustro. LNFM tiene presencia en Colima, Michoacán, Guerrero, Guanajuato, Estado de México y Morelos. Su principal brazo armado, La Nueva Empresa (también conocida como LNFM Edomex-Guerrero), ha logrado expandir su presencia a más estados, como Puebla, Tlaxcala, CDMX, Oaxaca y Quintana Roo. Los principales giros delictivos de LNFM son extorsión, narcotráfico, robo de combustible y trata de personas. El 18 de marzo de 2021 esta organización alcanzó cierta notoriedad pública después de que emboscó y asesinó a 13 elementos estatales (ocho policías y cinco agentes de las fiscalía) en Coatepec de Harinas. El asesinato sistemático de policías estatales y municipales, por parte de la LNFM en la región, ha propiciado que los elementos ahí asignados sean omisos en su persecución y combate, lo que ha contribuido a su expansión.

Ahora bien, ¿qué sucederá en 2024 con la seguridad pública en Texcaltitlán y en la región de la que forma parte? Hay tres factores que apuntan a que el valiente acto colectivo de defensa de los comuneros tenga repercusiones importantes en la seguridad de la región, al menos en el corto plazo. En primer lugar, la rebelión de los comuneros ha fijado la mirada de las autoridades federales y estatales en la región sur del Estado de México. El envío de mil elementos de seguridad federales y estatales a la zona tendrá un impacto inmediato en los niveles de extorsión y hostigamiento criminal. Incluso es probable que se susciten enfrentamientos entre elementos militares y células de LNFM en el próximo semestre como consecuencia de las investigaciones que estarán en marcha contra varios alcaldes y policías municipales de la zona. Estas investigaciones podrían culminar en varias detenciones de alto perfil y el cese masivo de los integrantes de algunas cuerpos policiales.

En segundo lugar, este esfuerzo impulsado desde el gobierno estatal seguramente estará acompañado celosamente por las autoridades federales, dada la importancia política que tiene para el gobierno federal el que la nueva gobernadora, Delfina Gómez, inicie con pie derecho su gestión en materia de seguridad. Además, LNFM no sólo es ahora un blanco prioritario para el gobierno estatal y federal, sino que desde julio pasado también figura en la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, cuyas autoridades anunciaron sanciones contra uno de sus presuntos líderes por su involucramiento en la distribución de varias drogas, entre ellas fentanilo, en territorio estadounidense. Por último, y en tercer lugar, con la acción de defensa colectiva que protagonizaron los comuneros de Texcaltitlán, y la consecuente presencia de numerosas autoridades federales en la región, es probable que un alto número de víctimas, e incluso líderes sociales y pequeños empresarios, decidan acercase finalmente a las autoridades federales para entregarles información detallada sobre la identidad de los principales líderes y colaboradores de LNFM en la región, de las autoridades y elementos policiales que los protejen, así como de la ubicación de sus principales “casas de seguridad” donde esconden armas, dinero y drogas. Lo anterior será clave para que se instrumenten pronto operativos quirúrgicos que permitan desarticular velozmente a la organización, tal como sucedió hace 10 años en Michoacán cuando los grupos de autodefensa se rebelaron contra el yugo criminal de Los Caballeros Templarios.

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