Eduardo Guerrero Gutiérrez

Tres claves para entender el arresto de ‘El Mayo’

Eduardo Guerrero advierte que en el peor escenario, la captura de ‘El Mayo’ Zambada en EU podría desatar un baño de sangre en los estados dominados por el Cártel de Sinaloa.

Primera. Las elecciones de noviembre próximo, con Trump, que se ve invencible, literalmente a prueba de balas, y con los tropiezos de Biden, que se aferró a la candidatura, tal vez por demasiado tiempo. Ahora, Kamala Harris tiene que remontar a como dé lugar, y la elección se va a decidir en estados fronterizos (Arizona), y del Rust Belt (Michigan, Pensilvania, Wisconsin), donde el fentanilo ha hecho los peores estragos. Los demócratas tienen que convencer a los votantes de esos estados que no son tan blandengues como los pintan en el combate a los cárteles mexicanos. Este contexto electoral es importante. Es probable que la captura de ‘El Mayo’ Zambada implicara tomar riesgos, romper acuerdos y hacer sacrificios que no se hubieran hecho en tiempos ordinarios. Yo no descartaría que, ‘ya entrados en gastos’ en la administración Biden estén buscando dar más golpes en los meses que quedan antes de los comicios. Un blanco natural ahora sería el CJNG.

Segunda. Al Presidente y a los altos funcionarios de nuestro país se los pasaron por el arco del triunfo. Ése fue el principal sacrificio que los norteamericanos decidieron hacer. El hecho mismo del arresto de Zambada, sin la participación del gobierno mexicano, es difícil de digerir. Es una dolorosa evidencia del grado de corrupción e ineptitud de nuestro aparato de seguridad. Resultó más fácil engañar al capo para que se subiera a un avión con destino a Estados Unidos, que arrestarlo aquí, donde pasaban las décadas y seguía libre, cobijado por autoridades cómplices. Además, no se tuvo la más mínima cortesía con el gobierno de México. Todavía en la mañanera del viernes era claro que la Secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, estaban bastante desorientada sobre lo ocurrido. En la narrativa del gobierno buscarán la forma de acomodar las cosas, de ‘salvar cara’ como se dice en Estados Unidos. Sin embargo, nuevamente se dio un golpe a la relación de trabajo que tendría que haber entre México y Estados Unidos. Al parecer, la DEA y el FBI prefirieron no correr riesgos, y aunque la captura se haya realizado en territorio de Estados Unidos, armaron una operación con algunos de sus enlaces mexicanos, pero a espaldas de Palacio Nacional. En cierto sentido es comprensible. Seguro muchos altos mandos en el gobierno y en las Fuerzas Armadas estarán inquietos tras el arresto de El Mayo, con lo que sabe, por viejo y por diablo. De haberse enterado a tiempo, hubieran hecho todo lo posible por evitarlo.

Tercera. Lo más probable es que hubo traición al más alto nivel del Cártel de Sinaloa. Todavía no sabemos bien cómo estuvieron las cosas, pero la versión que mejor cuadra es que Joaquín Guzmán López engañó a El Mayo para convencerlo de que se subiera al avión que lo llevaría al norte de la frontera, para ser detenido, a sus 76 años. Hay reportes de que El Mayo había estado en negociaciones para una eventual entrega, pero no parece que las pláticas hayan llegado a ningún lado. De entrada, ya se declaró no culpable, así que no aterrizó en plan de colaborar. Otro escenario es que tanto el Mayo como a Guzmán López fueran engañados por un tercero. Yo me inclino por pensar que Joaquín Guzmán López sí llegó a un buen arreglo a cambio de entregar a El Mayo. Él es un hombre relativamente joven, de 38 años, que todavía tendría la esperanza de tener en un futuro algo semejante a la vida ‘normal’ que no le tocó.

La probable traición podría tener consecuencias muy graves en México. Joaquín Guzmán López es uno de ‘Los Chapitos’, los hijos de ‘El Chapo’ Guzmán que compartían el liderazgo del Cártel con los Zambada. Si se confirma que Joaquín traicionó a Ismael, la situación se podría poner muy delicada en Sinaloa, en Durango y en muchas otras partes del país. No hay que olvidar el baño de sangre que se desató con la última gran ruptura en el Cártel de Sinaloa, en 2008, cuando los Beltrán Leyva se sintieron traicionados. Por las dudas, ya empezó la movilización de tropas. Río Doce reportó que el viernes temprano llegaron 200 elementos de fuerzas especiales del Ejército a la base militar no. 10 en Culiacán.

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