Enrique Cardenas

Bájense de su pedestal

Los líderes del PAN, PRI, PRD y MC también, se deben bajar de su altar y entender que si no trabajan juntos y buscan el apoyo de la gente, tienen poca oportunidad de triunfo.

Universidad Iberoamericana de Puebla y Universidad de Guadalajara.

Las elecciones del pasado domingo en el Estado de México y en Coahuila son muy interesantes y útiles para definir caminos hacia delante. Los resultados arrojan que triunfó la máquina del gobierno en el Edomex pero no así en Coahuila, un bastión del PRI pero que además supieron escoger un buen candidato y el morenista era impresentable. No obstante, se han levantado muchas voces que han pedido la cabeza de Alito Moreno y de Marko Cortés por su ineficacia y su desdén hacia la ciudadanía. Se ha criticado que el PAN dejó semiabandonada a la candidata de la coalición, lo cual seguramente es cierto a pesar de los bastiones panistas en algunos municipios mexiquenses, y que al no ser la candidata de Alito, la maquinaria del PRI simplemente no estuvo aceitada para hacer su trabajo.

No voy tan lejos como para pedir la renuncia de esos líderes partidistas, pero sí exijo que se bajen de su pedestal. Que dejen de ver a los ciudadanos como sus canicas para conseguir los votos que les dan poder personal a cada uno de ellos; que por una vez en su vida política dejen sus intereses personales a un lado y vean primero por el país. Esa es mi única demanda. El horno no está para bollos y se requieren decisiones encaminadas a poner al país por delante. Quizás sea mucho pedir, demasiado para estos personajes, pero es lo MÍNIMO que pueden hacer por México.

Los resultados electorales indican que la abstención fue elevada, que faltó entusiasmo para respaldar a los candidatos, que no hubo suficiente trabajo político para convencer a los electores y acudir a las urnas. Pero aun así, como mencionó Enrique Quintana en su columna del martes, la diferencia en el número absoluto de votos en las dos elecciones fue muy pequeña entre Morena y la coalición Va por México. Ya sumados los votos de los partidos coaligados, la diferencia es casi cero si se suman los resultados de ambos estados. Es decir, las cosas están más parejas de lo que parece, por lo que la moneda está en el aire. Coincido con María Amparo Casar en esta apreciación que publicó ayer en Excelsior (https://www.excelsior.com.mx/opinion/maria-amparo-casar/las-dos-alianzas/1590963), pero para aspirar a ganar, según la doctora Casar, se requiere unidad, vencer el abstencionismo y tomar decisiones ya. Estoy totalmente de acuerdo. Los líderes del PAN, del PRI y del PRD (y de MC también) se deben bajar de su altar y entender que sin trabajar juntos y sin el apoyo y entusiasmo de la gente por una candidatura llamativa, se tiene poca oportunidad de triunfo. Se debe vencer el abstencionismo no sólo porque se apele a un deber cívico o debido a una amenaza terrible frente a nosotros que solo puede ser exorcizada con el voto, sino porque la gente debe entusiasmarse con candidaturas atractivas y prometedoras.

Así sucedió en Puebla en 2019 en la elección extraordinaria por la gubernatura. Morena ganó por la alianza con el Verde y el PT. Por su parte, ni el PAN ni el PRD ni MC tenían un candidato prominente que se lanzara en ese momento. Los que figuraban preferían quedarse al margen, dejar pasar la oportunidad en esa ocasión, y que alguien más fuera al “matadero” como lo señalaban las encuestas. Seguramente por ello la dirigencia del PAN aceptó a alguien de fuera, un ciudadano con cierto apoyo de la gente. No fue una coalición formal, sino que cada partido lo adoptó como candidato. Pero lamentablemente no hubo unidad entre los partidos y se rompieron los acuerdos iniciales entre ellos que perjudicaron la campaña. Por ejemplo, se rompió el acuerdo de que hubiera un solo spot que fuera auspiciado por los tres partidos.

El respaldo fue total en unos casos y parcial en otros. Por ejemplo, al final de la campaña no había una sola barda pintada con el nombre del candidato en la mitad del estado. Ni se cuidaron todas las casillas. MC respaldó totalmente en comunicación, al igual que el PRD que en sus posibilidades brindó apoyo entusiasta, pero MC a nivel estatal apenas tuvo presencia, y el día de la elección sólo tuvo representantes en 4.0 por ciento de las casillas. El apoyo del PAN fue desigual, a veces bien y a veces no. La participación de la gente fue muy baja y se perdió la elección.

En otras palabras, la coalición Va por México debe actuar como tal, en unidad de propósito, tras una candidatura propositiva que despierte entusiasmo. Esto sólo se logra con un proceso de elecciones primarias que permita que la gente conozca diversas opciones, y se debe realizar cuanto antes. Sí, esto representa un rompimiento en la forma como los partidos deciden y se contentan con su pedacito de poder que no quieren soltar. Pero ya es hora. Los ciudadanos debemos exigirles que lo hagan, que abran el proceso y que la ciudadanía tenga manera de decidir quiénes deben ser sus candidatas y candidatos. El tiempo se acaba. Lo deben hacer YA.

COLUMNAS ANTERIORES

Los responsables de lo que estamos viviendo
El legado de López Obrador

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.