Universidad Iberoamericana de Puebla y Universidad de Guadalajara.
Las remesas que envían los paisanos a México alcanzaron otro récord el mes de mayo pasado, para situarse en 5 mil 693 millones de dólares en un solo mes, el más alto desde que se tienen registros que datan del siglo pasado. Andrés Manuel López Obrador se congratuló del envío de remesas de los paisanos a México, una vez más, como un logro de su gobierno.
No hay duda que lo es, y que ello está apuntalando el peso en sus niveles actuales y con una apreciación que hasta hace poco se antojaba difícil de prever. Las remesas llegan a México esencialmente por los envíos que hacen los mexicanos en el extranjero (especialmente en los Estados Unidos) a sus familias en México. Ello obedece a la precariedad de los ingresos de las familias por trabajo en México, a los gastos adicionales de las familias por la falta de servicios médicos y abasto de medicinas en los servicios de salud públicos (tras la eliminación del Seguro Popular y su fallida sustitución por el ahora desaparecido Insabi), y al aumento de los precios de la canasta básica de consumo. Las necesidades de la gente en México han seguido aumentando a pesar de las entregas de dinero de este gobierno vía apoyos sociales indiscriminados, con excepción de la pensión para adultos mayores que ciertamente está más controlada.
Un dato positivo es que el porcentaje de familias con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria se redujo ligeramente de 41 por ciento en 2018 a 37.7 por ciento en el primer trimestre de 2023, en parte por el aumento de los salarios mínimos. Sin embargo, el gasto de bolsillo aumentó 43 por ciento según los datos del INEGI de su última Encuesta Ingreso Gasto y la tendencia parece haber continuado, al tiempo que el índice de precios de alimentos y bebidas no alcohólicas ha aumentado 40 por ciento en este sexenio. Por su parte, la apreciación del tipo de cambio de los últimos meses también ha reducido el poder de compra en pesos de las remesas, lo que pudo haber provocado un envío adicional, y algunos especialistas señalan que, en mayo, por el día de las madres, típicamente aumentan las remesas. Es decir, la precariedad y mala situación de los indicadores de las familias, que han orillado a un repunte de la migración a los Estados Unidos que no se veía en años, han provocado el aumento de las remesas. Es, sin duda, un logro de este gobierno.
Y hay otro más que no se discute abiertamente, quizás por temor a posibles represalias y consecuencias. Como ya fue documentado ampliamente por Signos Vitales (ver el reporte “Euforia de las remesas” https://signosvitalesmexico.org.mx/rb/wp-content/uploads/2023/03/Alerta-Remesas.pdf y una carta de réplica a una crítica al reporte: https://signosvitalesmexico.org.mx/economia/hay-lavado-de-dinero-en-mexico-por-via-de-remesas-replica-de-signos-vitales/), las microcifras de las remesas, con la información que todavía se consultó del Banco de México, muestra muchas inconsistencias que exigen una explicación de la autoridad, que sigue con un silencio que huele a complicidad. Del lado de origen de las remesas, hay estados de la Unión Americana que súbitamente, en los últimos tres años, se han convertido en líderes en los envíos de remesas. Se documentó en ese reporte el caso de Minnesota, que se convirtió en el tercer estado desde donde se envían más remesas (supuestamente porque se volvió un hub), pero no es el único. También se documentó que en 2022 se desconoce el origen de casi mil millones de dólares, sin que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, entidad que debe supervisar a las empresas remesadoras, las sancione de acuerdo con los ordenamientos legales.
Del lado mexicano, quienes reciben remesas, tampoco cuadran los datos micro. Existen 227 municipios en los que el 100 por ciento de los hogares reciben una remesa mensual y su monto promedio es mayor que el promedio nacional. De ellos, hay 80 municipios que casi no tienen emigrantes y el 100 por ciento de sus hogares recibe más de una remesa mensual. Los municipios pobres o en pobreza extrema y cuyos hogares reciben estos apoyos siguen en esa condición, a pesar de que el 100 por ciento de sus hogares reciben remesas promedio por más de 10 mil pesos mensuales. ¿Cómo puede ser eso posible?
Una hipótesis: primer dato, el crimen organizado tiene presencia significativa en 28 estados de la República; la actividad criminal también se ha vuelto una actividad minorista en donde la extorsión, el cobro de piso y el control hasta de los negocios más pequeños lo ejercen grupos criminales. Segundo dato, casi el 99 por ciento de las remesas se envían vía electrónica y la CNBV sólo llegó a supervisar al 4.0 por ciento de las empresas remesadoras en 2021, sin sancionar a prácticamente nadie (cobró multas por menos de un millón de dólares en cuatro años de supervisión). Tercer dato, no resulta difícil imaginar un mecanismo mediante el cual un individuo de un grupo criminal (digamos, Juan) le ofrece a cualquier persona del pueblo X (Pedro) el 10 por ciento de la remesa que reciba de una cuenta que no le pertenece a ninguna persona conocida. Simplemente recibe el dinero y le entrega a Juan el 90 por ciento del efectivo cobrado y él se queda con el 10 por ciento restante. Luego, Juan le pregunta a Pedro que si tiene hermanos, tíos, primos, amigos que quieran ser parte del negocio, que lo pueden encontrar en tal lugar para tener su número de cuenta y demás datos. Y así crece el negocio exponencialmente. ¿Resulta factible?
Último dato: La oficina del director de la Oficina de Inteligencia Nacional del gobierno de los Estados Unidos recientemente destacó que las remesas se han vuelto un medio de lavado de dinero del crimen organizado.
Sí, el aumento récord de las remesas a México es un logro del gobierno de la 4T. Han aumentado por la precariedad de los ingresos, por los gastos excedentes en salud, por el aumento del costo de la canasta básica, y por el lavado de dinero. Felicidades.
Aviso: A partir de este jueves mi columna aparecerá quincenalmente.