Enrique Cardenas

El pasquín

Si hay algo que no soporta López Obrador es que se exhiba su fracaso. El informe sobre el manejo de la pandemia y el libro de María Amparo Casar lo hacen.

El diccionario de la Real Academia Española señala varias acepciones de la palabra ‘pasquín’. Una de ellas la describe como “escrito anónimo, de carácter satírico y contenido político, que se fija en lugar público”, y otra más, como “diario, semanario o revista con artículos e ilustraciones de mala calidad y de carácter sensacionalista y calumnioso”. En una de sus recientes sesiones matutinas, el presidente López Obrador se refirió al informe de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia Covid-19 en México como un pasquín, restándole importancia, descalificando a sus miembros y desechando los resultados. Como en otras ocasiones, López Obrador usó ese mecanismo para desacreditar una descripción detallada, objetiva y realista de lo ocurrido en México por motivo de la pandemia, que muestra una tragedia de enormes proporciones y desnuda la forma de actuar del gobierno en una situación de emergencia nacional, incluso planetaria. Como los ejercicios de la Escuela de Negocios de Harvard, el método de ‘caso’ para el aprendizaje, este documento bien podría servir de base para eso, un caso de estudio para evitar repetir los errores que se cometieron.

Y no se trata de un pasquín. Se trata de un informe de 400 páginas, con una metodología de investigación rigurosa, que arroja datos escalofriantes, algunos de los cuales han sido difundidos por la prensa y el análisis de especialistas ajenos a la Comisión (puede bajar el informe de https://www.comisioncovid.mx/index). Ante el arribo de la pandemia, México fue uno de los países en el mundo que peor la afrontó en términos sanitarios, humanos, sociales y económicos, dejando una estela de muerte, destrucción y futuro incierto y precario para millones de personas. Por citar solo unos resultados: México fue el cuarto país con más muertes en exceso, más de 800 mil, de las cuales directamente relacionadas con el COVID fueron más de 500 mil. México encabezó los países que perdieron más personal sanitario en el mundo (casi 5 mil) y dejó el mayor porcentaje de su población infantil en la orfandad (más de 215 mil niñas y niños). Y podemos seguir con la caída de la economía que afectó el empleo, los ingresos de las familias y que obligó a millones a endeudarse o vender activos con los que contaba. La población se empobreció (sobre todo los más pobres), las clases medias se desplomaron e incluso los grupos de ingresos altos los vieron mermados. Pero la estela continuará en el futuro por la pérdida de aprendizaje de los niños y jóvenes, el truncamiento de sus estudios, la salud mental y la destrucción institucional.

Este reporte no trata solo de lo sanitario (y lo económico y social), que es el foco del análisis, sino también de sus implicaciones jurídicas e institucionales, cuya falta de observancia y seguimiento de los protocolos también repercutió en los resultados. En términos de política pública y responsabilidad criminal, el reporte estima con robustez metodológica que el 37 por ciento de las muertes en exceso en el periodo de la pandemia, alrededor de 300 mil personas, murieron por fallas en la toma de decisiones, por la mala comunicación y por todo tipo de decisiones sanitarias que estaban hiperconcentradas en una sola persona en la Secretaría de Salud, Hugo López-Gatell, y en el propio presidente de la República. Y encima, el análisis por entidad federativa muestra que en la Ciudad de México se tuvo el mayor número de muertes en exceso, en donde el incumplimiento de normas y el engaño al público por la autoridad, jugó un papel preponderante.

Si hay algo que no soporta el presidente López Obrador es que se exhiba su fracaso. El informe lo hace y de ahí su reacción. Lo mismo ocurrió apenas con el libro de María Amparo Casar, Los puntos sobre las íes (Debate), que hace un recuento de lo ocurrido en este sexenio y donde demuestra con evidencia que el presidente ha traicionado, ha mentido y ha robado. El libro desató la furia en contra de María Amparo, quien goza de una trayectoria de honestidad, consistencia, profesionalismo y calidad académica intachables, con los agravantes de publicar información personal de ella y de sus hijos, de manera ilegal, ruin, vil y perversa, relacionada con la muerte de su esposo hace 20 años. Ante este ataque a su persona, la comunidad académica, de la sociedad civil y ciudadanos en general le hemos dado el apoyo inmediato.

Qué bueno que este informe de la Comisión y este libro de María Amparo Casar, como los de Anabel Hernández, Pablo Hiriart, Macario Schettino y otros salgan a la luz en este momento, antes de las elecciones. Son piezas de información indispensables para los ciudadanos que iremos a las urnas el 2 de junio. La ciudadanía merece conocer los hechos y la realidad para emitir un voto bien informado, razonado, sobre temas esenciales que han afectado la vida de millones de mexicanos. O, ¿debemos mantener desinformada a la gente y quedarnos solo con la versión del libro del presidente? Estos reportes y libros no son un escándalo mediático. Son un escándalo por lo que se presenta, por la información que nos develan. Eso sí es estremecedor.

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