Coordenadas

No hemos librado la amenaza del Covid

La pandemia no ha dejado de ser una amenaza. Por eso más vale que nos cuidemos nosotros, pues las autoridades no lo harán.

No sé si a usted le ha pasado, pero mucha gente, cansada ya, con toda razón, de tantos meses de pandemia, se comporta cada vez más como si esto ya fuera un asunto del pasado y estuviéramos sin riesgo.

Un ejemplo de ello es que, de acuerdo con los reportes de tráfico vehicular de la Ciudad de México, hacia finales de mayo, en algunos días ya se rebasaron los niveles que existían previos al comienzo del confinamiento del año pasado.

Ese hecho podría tomarse como un indicador optimista, de retorno a la normalidad, si tuviéramos la certeza de que ya no existe el riesgo de mayores contagios.

Sin embargo, no es así.

Hasta el 1 de junio, se habían aplicado en México 31.8 millones de dosis de vacunas. Sin embargo, solo 12.6 millones de personas ya tienen el esquema completo de vacunación.

Si el objetivo fuera inmunizar a 75 por ciento de la población para alcanzar la llamada inmunidad colectiva o de ‘rebaño’, sería necesario que 94 millones de personas estuvieran vacunadas.

Es decir, el porcentaje actual equivale a 13.4 por ciento de esa población objetivo. Aun si sumamos otros 9.5 millones con, al menos la primera dosis, el porcentaje sería de 23.5 por ciento.

Algunos apuestan a que haya otro porcentaje elevado de personas que hayan desarrollado inmunidad natural por haberse contagiado y recuperado. Las encuestas serológicas realizadas indican la presencia de anticuerpos en un 25 por ciento de la población explorada.

El problema con este tipo de inmunidad es la incertidumbre de su duración y las dudas de su fortaleza, por eso no se ha excluido de los esquemas de vacunación a quienes ya tuvieron Covid.

Pero, aun siendo optimistas y considerando ese 25 por ciento más el 23.5 por ciento con al menos una vacuna, estaríamos aún por abajo de 50 por ciento de inmunidad.

Es decir, aún estarían expuestos a contagio alrededor de 23 millones de personas, una cantidad todavía muy grande.

Y, si somos más conservadores en las estimaciones, el riesgo sería para varias decenas de millones más.

Se han observado suficientes experiencias de rebrotes en el mundo, en países que parecían ir bastante bien en el control del virus, como para tomarse en serio el riesgo.

Veamos algunos ejemplos.

En noviembre del año pasado, Brasil había llegado a poco más de 13 mil casos nuevos por día, una cantidad similar a la de mayo de 2020, pero hubo un rebote que llevó la cifra hasta 77 mil a finales del pasado marzo, cuando alcanzó el pico.

Colombia había logrado bajar a poco menos de 3 mil 500 nuevos casos diarios en marzo pasado, comparables a los de junio de 2020, pero se presentó el rebote y hoy están en el peor momento, con más de 22 mil nuevos casos por día.

Argentina había logrado abatir los contagios a 5 mil 500 nuevos casos diarios en febrero pasado y hoy están con casi 33 mil, en el peor punto de la pandemia.

Solo son tres países de la región cuyo ejemplo debiera servir para no confiarnos. Hay otros más en diversas regiones del mundo.

En México, los promedios semanales recientes indican alrededor de 2 mil 400 nuevos casos diarios, una cifra semejante a la de la segunda quincena de mayo del año pasado.

Pero hay indicios de que en algunos lugares del país se han presentado claros rebrotes, y por lo mismo, existe el riesgo de que los contagios puedan extenderse ante un previsible incremento de la movilidad por el regreso a clases presenciales la próxima semana.

Para variar, no vemos que el gobierno ponga ningún énfasis en la necesidad de mantener las medidas sanitarias indispensables para evitar el crecimiento de los contagios.

El énfasis parece puesto solo en el tema de la vacunación, que obviamente tiene más rédito electoral.

Así que, como le he dicho en otras ocasiones, contra lo que parezca, la pandemia no ha dejado de ser una amenaza.

Por eso más vale que nos cuidemos nosotros, pues las autoridades no lo harán.

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