Coordenadas

No nos ilusionemos con el plan de infraestructura de EU

El Senado de Estados Unidos votó la Ley de Infraestructura propuesta por el gobierno de Biden, que implica una inversión de alrededor de 1 billón de dólares.

Ayer, el Senado de Estados Unidos votó la Ley de Infraestructura propuesta por el gobierno de Biden, que implica una inversión de alrededor de 1 billón de dólares.

La difícil y prolongada negociación condujo a que 19 senadores republicanos votaran a favor, despejando el camino para esta legislación.

Sin embargo, todavía faltan más negociaciones. Ahora la ley tiene que ir a la Cámara de Representantes, en la cual una fracción demócrata quiere que no solo se apruebe este billón de dólares sino un esquema más amplio que incluía hasta 3.5 billones.

Otros proponen separar las votaciones y comenzar con lo autorizado en el Senado para no bloquear esos recursos.

Quienes piensen que con esta propuesta Biden logrará afianzar el crecimiento de la economía de Estados Unidos se equivocan.

Va a ser un estímulo favorable, sin duda, pero por la naturaleza de las obras públicas, no se va a hacer efectivo en un plazo breve. Sus impactos se notarían más bien hacia el segundo semestre de 2022 o en 2023 y hacia delante.

Para México, el beneficio sería sobre todo para las empresas exportadoras de materias primas como el cemento, el acero o el cobre, así como para los trabajadores de la construcción en Estados Unidos y sus familias mexicanas.

A diferencia de otros sectores, la construcción de infraestructura más bien moviliza recursos domésticos, allí donde se realiza, lo que genera un estímulo tan favorable para la economía interna. Esa es precisamente una de sus virtudes.

Otro beneficio para el país sería en materia de empleo, pues seguramente en los proyectos que habrán de desarrollarse participaría un número importante de trabajadores mexicanos que radican en Estados Unidos… y otros que se irían atraídos por esos proyectos.

En el corto plazo, sin embargo, probablemente lo determinante del desempeño de la economía de Estados Unidos siga teniendo que ver con las políticas fiscales y financieras.

Un estudio de Bloomberg Economics señala que a EU le afectará relativamente poco la tercera ola de la pandemia, por lo que se estima un crecimiento de 6.5 por ciento en el tercer trimestre del año y de 6.3 por ciento en los últimos tres meses de 2021.

La demanda de exportaciones que generará este crecimiento es un soporte para el desempeño de la economía mexicana, siempre y cuando no se agraven los problemas derivados del suministro de insumos clave, como es el caso de los chips en la industria automotriz.

Los mercados financieros ya habían descontado la aprobación de este paquete, por lo que no tuvo un impacto visible.

El foco de atención más relevante en la economía de EU en el corto plazo tiene que ver con la inflación y con las decisiones que pueda tomar la Reserva Federal en materia de tasas y del cambio de tono de la política monetaria.

Las cifras de creación de empleo que se dieron a conocer el viernes pasado y que reflejan la creación de 943 mil nuevos empleos en julio, cifra muy superior a la prevista, renovaron los temores de una decisión anticipada de la autoridad monetaria, aunque los funcionarios del Tesoro y de la Reserva Federal insisten en que no anticiparán el alza de las tasas.

El próximo viernes se dará a conocer la inflación de julio y los ojos estarán puestos en el resultado, luego de un aumento de 0.9 por ciento en junio que confirmó las preocupaciones, pues llevó la inflación anual a 5.3 por ciento.

En suma, es buena noticia para México la aprobación del paquete de infraestructura por parte del gobierno de Biden, pero, cuidado, porque difícilmente tendrá efectos en el corto plazo en el desempeño global de la economía y sus repercusiones quizá se vean limitadas a unos cuantos sectores exportadores.

Lo que necesitaríamos es un plan como ese… pero para realizarse en México, porque los proyectos presentados desde hace ya más de un año siguen sin generar la tracción que la economía mexicana requiere y que simplemente no llega.

COLUMNAS ANTERIORES

Un día, hace 30 años
Una desaceleración muy desigual

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.