En Palacio Nacional deben estar de plácemes.
Tras observar que hasta el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, se apunta para ser candidato presidencial o que al alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, lo candidatean para lo mismo, en la casa presidencial deben sentirse tranquilos de que por lo pronto no haya ningún rival serio a la vista.
Tan flaca está la caballada, como decían antes, que si usted no tiene otra cosa mejor que hacer para 2024, puede apuntarse. En una de esas, le toca la candidatura.
Como se ven las cosas, o los partidos opositores no han entendido que la única vía para competir con Morena en 2024 es a través de una alianza amplia o de plano ya se resignaron a perder también la próxima elección presidencial y aspiran exclusivamente a mantener su registro y algunos lugares en las cámaras del Congreso.
Veamos.
En el caso del PAN, el único personaje que está haciendo abiertamente campaña es Ricardo Anaya.
Sin embargo las probabilidades de qué vuelva a contender encabezando una alianza o incluso como candidato Acción Nacional, son muy limitadas.
No solamente tiene la amenaza de un proceso judicial que lo mantiene fuera del país, sino que además en su trayectoria política, ha dejado diversos raspones que le restan respaldos potenciales.
Algunos gobernadores o exgobernadores del PAN también han sugerido que podrían participar, sin embargo el panorama es difuso y nadie quiere levantar abiertamente la mano porque saben que se pondrán en el blanco de ataques del aparato de Estado.
En el caso del PRI, Alejandro Moreno, su dirigente nacional, se apuntó a la candidatura la semana pasada. Sin embargo también se sabe que otros personajes como Alejandro Murat o Alfredo del Mazo, aspirarían a ella.
Si cualquier candidato del PRI, ellos o alguien más, se lanza por cuenta propia, tenga la certeza de qué no habrá alianza opositora. El PAN no va a respaldar.
Una candidatura presidencial solo de priistas sería estrictamente testimonial, orientada a tratar de mantener al PRI en la órbita de Morena en el curso de los próximos años.
En el caso de Movimiento Ciudadano (MC), los éxitos obtenidos en el proceso electoral reciente han conducido a que acaricien la posibilidad de tener un candidato propio.
Como en el caso de los otros partidos opositores, una candidatura independiente de MC le quitaría fuerza a una alianza opositora, la cual para ser verdaderamente competitiva requeriría la participación del partido encabezado ahora por Dante Delgado.
Del PRD mejor ya ni hablar porque es una presencia bastante marginal en casi toda la República.
Cuando se observa este panorama se puede percibir que salvo que aparezca algún personaje no identificado con las cúpulas de los partidos políticos opositores, Morena tiene la cancha abierta para ganar de nuevo.
Claro que tiene que transitar por las elecciones estatales de este año, por la complicada elección del Estado de México en el 2023 y también por el proceso interno para decidir la candidata o el candidato presidencial.
Por más que esas etapas puedan ser complicadas para Morena, en este momento se percibe, sin duda, como la fuerza política qué tiene más posibilidades de ganar.
Una mala noticia para quienes deseamos que haya una verdadera competencia democrática.