Coordenadas

Si no cambia la oposición, ganará Morena fácilmente el 2024

Si la oposición sigue con discursos complacientes para justificar los liderazgos que hoy tienen, el candidato o candidata de Morena ganará la presidencia sin mayor problema.

Dentro de un año y 360 días se realizarán las próximas elecciones presidenciales.

Además, falta solo un año y tres meses para que comience formalmente ese proceso electoral federal.

Pero Morena va a comenzar este domingo 12 de junio en Toluca los trabajos de organización para el proceso de 2024.

Este hecho ilustra la ventaja que hoy tiene.

La carrera por la presidencia de la República hay que verla como un maratón, que ya comenzó hace bastante tiempo.

Y aunque en esa carrera faltan aún muchos kilómetros, hay pocas dudas de que la ventaja la tiene hoy el partido en el poder.

En 2021, en las elecciones federales, Morena y sus aliados obtuvieron 42.8 por ciento de los votos totales.

En los seis estados en los que hubo elección el domingo, obtuvieron 50 por ciento.

Ese porcentaje no es extrapolable al conjunto del país, pero sí refleja la ventaja que hoy existe.

¿De qué va a depender que el partido del presidente siga manteniendo su ventaja en los casi dos años que restan para la elección presidencial?

A mi parecer de los siguientes factores.

1.- De la unidad de Morena.

Algo que lograron en este proceso electoral fue evitar fracturas mayores del partido, derivadas de descontentos por la selección de los candidatos. Hubo reclamos en algunas entidades, pero en ninguna con la fuerza suficiente para provocar divisiones. Si ningún morenista destacado se va del partido, enojado por no haber sido electo candidato o candidata, Morena irá de gane. Si no, dependerá del tamaño de la fractura. Aquí la apuesta es que la fuerza que tiene el presidente impida que alguien quiera desafiarlo.

2.- De la unidad de la oposición.

La eficiencia electoral de la alianza Va por México resultó de 50 por ciento en estas elecciones; ganaron dos y perdieron dos en los cuatro estados en los que lanzaron un solo candidato. La eficiencia electoral de las candidaturas separadas fue de cero: perdieron las dos en las que cada partido lanzó su candidato o hubo alianzas limitadas. El mensaje es inequívoco. Hacer alianza no es garantía de triunfo. No hacer alianza es garantía de la derrota.

3.- De los candidatos.

Hay quien piensa que cualquiera que sea el candidato de Morena va a ganar porque va a tener el respaldo del presidente López Obrador. Creo que ese resultado no es automático. Sin duda el apoyo de AMLO dará una gran fuerza, pero el candidato o candidata contarán. Pasa lo mismo con la oposición. Si van en alianza, pero con un mal candidato o candidata, habrán creado condiciones para su derrota. Para aspirar al triunfo, necesitan a una persona que tenga arrastre, prestigio y credibilidad y que pueda competir tanto con el candidato formal de Morena… como con el presidente López Obrador. De ese tamaño es el reto.

4.- Del entorno.

No será igual si el proceso electoral de 2024 sucede en un país en el que hay crecimiento, estabilidad financiera y relativa paz social, que otro en el que hay una recesión económica con turbulencias financieras que propicien devaluación e inflación y una situación de violencia.

Uso deliberadamente dos escenarios extremos. El proceso electoral y sus resultados no serán los mismos en uno o en otro caso.

En un mundo relativamente estable, quizás pudiéramos anticipar qué clase de entorno es el que nos espera para 2024. En las condiciones actuales, existe una gran incertidumbre y resulta muy difícil anticipar con razonable certeza qué es lo que nos espera.

5 - La conexión con la realidad.

Este es uno de los puntos clave.

Resulta que, desde el domingo por la noche hasta ahora, al escuchar a los dirigentes de los partidos políticos en sus entrevistas, puede concluirse que no “están haciendo tierra”. Están operando en una realidad imaginada.

En el afán de proclamar victorias y validarse, todos, desconocen problemas y derrotas.

Si esa fuera la visión que mantuvieran para 2024, la realidad volvería a imponerse. Quizás Morena quería más y no obtuvo todo, pero ganó.

Si la oposición sigue con discursos complacientes para justificar los liderazgos que hoy tienen –y no veo cómo podrían cambiar por ahora, pues han amarrado los controles–, los hechos se impondrán y el candidato o candidata de Morena ganará la Presidencia sin mayor problema.

La única incógnita es si podrían ganar nuevamente la mayoría absoluta en las dos cámaras del Congreso.

Si la oposición conecta con la realidad, quizás la historia pudiera ser diferente.

Pero, luego de ver a los liderazgos, tengo dudas de que ello suceda.

COLUMNAS ANTERIORES

¿Les caímos mal a los canadienses?
¿Por qué Morena podría tener sus días contados?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.