Coordenadas

Mitos y realidades de la recesión

No se ve por ahora en el horizonte una crisis que amenace la existencia de intermediarios financieros relevantes.

1.- ¿Ya se encuentra Estados Unidos en recesión?

No necesariamente. La definición de recesión es una disminución generalizada de la producción, las ventas y el empleo en la economía. No se ha cumplido aún esa condición. El gasto de los consumidores, particularmente el realizado en servicios, sigue claramente hacia arriba lo mismo que las exportaciones. El empleo ha seguido creciendo.

En Estados Unidos hay un organismo denominado Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés), que dictamina cuando la economía se encuentra en recesión. Pero lo hace con tanto rezago que a veces ya ha terminado la recesión cuando se le califica como tal.

Por esa razón, se ha usado como un principio práctico, no científico, pero sí muy útil, considerar que hay recesión cuando se acumulan dos trimestres de caídas en el PIB.

Ayer, Gabriela Siller hacía la cuenta de que en las 12 recesiones que han ocurrido en Estados Unidos desde 1947, solo en dos ocasiones no hubo retrocesos consecutivos del PIB en dos trimestres. Así que, ese criterio sencillo y claro tiende a ser bastante acertado, y para diferenciarlo de la recesión oficialmente declarada, algunos la denominan “recesión técnica”.

No podemos asegurar que hoy EU ya esté en recesión, pero es altamente probable. Y si no es ahora, quizá lo será en los siguientes trimestres.

2.- ¿Es cierto que si a Estados Unidos le da gripa a México le da pulmonía?

Esa metáfora ha sido usada desde hace mucho tiempo refiriéndose a que, si hay una crisis económica en la Unión Americana, en México sus efectos se amplifican y resulta aún más grave.

Así ha sido en diversas ocasiones, pero en las circunstancias actuales, podría no ser igual.

Aunque las importaciones de bienes que realiza la economía de EU cayeron en el segundo trimestre del año en –0.1 por ciento, las que provienen de México crecieron 17.9 por ciento en el primer semestre del año y específicamente en junio tuvieron un alza de 21.7 por ciento.

Es decir, si en este año, como producto de la reestructuración de las cadenas de suministro, sube la participación de los productos mexicanos en el mercado estadounidense, se puede compensar parcialmente la caída de la economía de EU y romper el estigma de que una gripita del vecino se nos puede convertir en una grave neumonía en el país.

3.- Sobre la base de las cifras observadas, ¿hasta cuándo podrían seguir las caídas económicas en EU?

Es difícil anticiparlo, pero como apenas se están viendo los efectos del alza de tasas de interés y se espera que haya nuevos incrementos en los próximos meses, se ve probable que las caídas de las variables económicas puedan prolongarse quizás en el segundo semestre de este año y tal vez en el primero de 2023.

No hay claridad del tamaño que pudieran tener los siguientes descensos. Las caídas de los dos primeros trimestres del año fueron de 1.6 y 0.9 por ciento, respectivamente.

No pueden descartarse caídas más severas, pero los gastos de los consumidores podrían ser un factor que amortiguara el retroceso.

Más allá de predicciones puntuales, con la información disponible hasta hoy, se puede anticipar que tendremos varios trimestres complicados, pero no dramáticos.

4.- ¿Hay riesgo de una crisis financiera?

Las recesiones no necesariamente llevan consigo crisis financieras, pero frecuentemente, cuando estallan, las crisis sí producen recesiones severas.

Con la caída de los mercados bursátiles en los últimos meses, tal vez ya se vio un efecto semejante al de una crisis financiera, que es el desplome de los valores de importantes activos.

Sin embargo, en esta ocasión no hubo un evento explosivo sino fue un periodo más o menos extenso de caídas continuadas, y de hecho ya hay una leve recuperación.

Por ejemplo, el índice Nasdaq Composite retrocedió casi 34 por ciento desde el punto más alto en noviembre hasta el más bajo en junio.

No se ve por ahora en el horizonte una crisis que amenace la existencia de intermediarios financieros relevantes, en caso de que tengamos una recesión moderada en los siguientes meses.

En conclusión, las cosas no están para respirar aliviados, pero tampoco para caer en pánico.

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