Coordenadas

Pensar en dejar el T-MEC sería un enorme desastre

Existe la posibilidad de que el presidente López Obrador no repare en lo desastroso que sería para México dejar el acuerdo, señala Enrique Quintana.

¿Qué es lo que ocurrirá durante las consultas que Estados Unidos y México desarrollarán a propósito de la política energética en nuestro país? Los norteamericanos explicarán su inconformidad y las razones por las que creen que se está violando el Tratado entre los dos países mientras que los mexicanos intentarán explicar por qué consideran que no es así.

Las consultas formales deberán comenzar a más tardar el 20 de agosto y podrían durar hasta 45 días. El canciller Marcelo Ebrard señaló que lo más adecuado es no llegar al punto de que tenga que establecerse el panel de solución de controversias pues en este o se puede ganar todo… pero también perder todo.

Algunos expertos consideran que es tanto lo que está en juego que el gobierno de López Obrador actuará de manera prudente y aceptará que se realicen las modificaciones requeridas a la política energética antes de llegar a la instalación del panel.

La ventana de oportunidad que existe para llegar a un acuerdo se puede cerrar tan pronto como a mediados del mes de octubre.

Sin embargo, creo que de acuerdo con lo señalado hasta ahora por el presidente López Obrador, no es viable que se modifique la política energética ya que el propio presidente ha señalado que eso implicaría una violación de la soberanía.

El próximo 16 de septiembre, cuando el presidente dé respuesta al gobierno de Estados Unidos tenga la certeza de que no habrá una respuesta técnica, sino política y convocará al pueblo mexicano a sumarse en contra del presunto intervencionismo de su vecino del norte.

Si llega a instalarse el panel, lo más probable es que los árbitros le den la razón al gobierno estadounidense y por lo mismo condenen a México, sea a cambiar políticas en materia de energía o bien impongan castigos arancelarios que se ha estimado que podrían llegar hasta los 30 mil millones de dólares.

Creo que será muy difícil evitar la instalación del panel, por las siguientes razones.

1-No se trata de un reclamo nuevo. A lo largo de los últimos meses, y en particular a través de las visitas de funcionarios norteamericanos, especialmente de John Kerry, enviado especial para el clima del gobierno de Biden, se había planteado ya el reclamo de las empresas norteamericanas.

2-De acuerdo con lo señalado por el presidente López Obrador, él tiene la creencia de que el capítulo ocho del Tratado en donde se reserva al Estado mexicano el control de los hidrocarburos ampara la posibilidad de decidir en materia energética independientemente de lo que señalen otros capítulos de este documento. Esto significa que el presidente va a insistir en que él tiene la razón en esta controversia, por lo que no va a ceder

3-El que Estados Unidos haya pasado del reclamo informal a la solicitud de consultas, implica que se agotó la paciencia del gobierno de Biden ante la evidencia de que las autoridades mexicanas no se estaban haciendo eco de los argumentos de los funcionarios estadounidenses.

¿Qué es lo que podría suceder después de que se realice el panel?

Esto es lo verdaderamente inquietante.

Si los expertos determinan una sanción como la que algunos han estimado, de decenas de miles de millones de dólares, no es imposible que López Obrador considere que este acuerdo comercial no es sostenible pues implica restricciones a nuestra soberanía.

Bajo este argumento no es imposible que amenace con sacar a México del T-MEC en caso de que el gobierno estadounidense quiera imponer los aranceles.

Ignoro si el presidente está consciente del impacto desastroso que este hecho podría tener en el ambiente económico y financiero. Pero, al haber sugerido indirectamente esa posibilidad hace pensar que no lo está.

Como aquí le hemos comentado, probablemente los colaboradores del presidente de la República no han sabido explicarle que la pertenencia a tratados o incluso a organizaciones internacionales en donde se fijan obligaciones a las naciones, implican de facto restricciones a la autonomía para tomar decisiones, es decir a la soberanía, como él la entiende.

Estamos todavía a tiempo de evitar un desastre económico para el país, pero para hacerlo debemos estar conscientes de que existe esa posibilidad.

COLUMNAS ANTERIORES

Un día, hace 30 años
Una desaceleración muy desigual

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.