¿Por cuánto tiempo nuestra moneda seguirá como ‘superpeso’? ¿Cuánto tiempo va a resistir sin debilitarse?
Para sorpresa de muchos, la cotización de nuestra moneda frente al dólar volvió a estar debajo de 20 pesos.
Si comparamos el nivel del día de ayer con el que tenía el último día hábil de noviembre de 2018, observamos una apreciación de 2.2 por ciento.
Eso es también sorpresivo. Si antes del comienzo de este sexenio alguien hubiera dicho que transcurridos tres años y ocho meses de la actual administración tendríamos una paridad como la que hoy tenemos, prácticamente nadie lo hubiera creído.
Existía la impresión de que el gobierno de AMLO iba a tomar decisiones que iban a conducir a un debilitamiento de nuestra moneda frente al dólar, pero no ha sido así.
Tres factores que se han hecho presentes en este hecho.
1.- Las decisiones del Banco de México.
Desde junio del año pasado hasta el día de ayer, en todas las reuniones de la Junta de Gobierno del Banxico se ha incrementado la tasa objetivo del Banxico, para llevarla desde 4 por ciento hasta 8.5 por ciento.
Hay que recordar que el alza de los intereses comenzó en México incluso nueve meses antes de que lo hicieran en Estados Unidos.
La determinación del Banco Central de usar las tasas para tratar de contener la inflación ha conducido a que siga siendo rentable el tener activos financieros en nuestra moneda, y eso ha sido un factor de fortalecimiento del peso.
Solo como referencia, la tasa de Cetes a seis meses paga en México 9.41 por ciento con una inflación ligeramente superior al 8 por ciento, lo que resulta en una tasa real positiva. En contraste, los bonos del Tesoro al mismo plazo pagan poco más de 3 por ciento frente a una inflación de 8.5 por ciento, lo que resulta en una tasa real negativa.
2.- La política fiscal.
Cada vez más se ha generalizado la percepción de que el gobierno de López Obrador mantendrá hasta el final una política cuidadosa con las finanzas públicas. Es decir, el coeficiente de deuda sobre PIB se mantendrá en niveles razonables (alrededor de 50 por ciento) y en particular la política de gasto público se realizará con disciplina para evitar incurrir en déficits mayores.
Esto tiene costos sin duda en la calidad de los servicios que ofrece el gobierno, pues se han reducido en términos reales los gastos en diversas áreas de la administración pública.
Pero en términos macroeconómicos esto significa que hay una mayor capacidad para mantener las finanzas públicas bajo control.
3.- La tendencia del dólar.
Hubo un lapso en el que el dólar se debilitó frente a otras monedas incluyendo el peso, pero esto ocurrió entre marzo de 2020 hasta mayo de 2021. Desde entonces el dólar se fortaleció respecto a otras monedas. El caso más emblemático fue frente al euro, al cual se equiparó. Pero el peso, en sentido contrario, ganó terreno frente al dólar. Hoy, la fortaleza de nuestra moneda es algo muy diferente a la debilidad del dólar norteamericano, como había sido hasta hace poco más de un año.
La pregunta que encabeza este artículo es hasta qué punto se podrá mantener esta tendencia.
Como le hemos comentado en otras ocasiones, siempre hay el riesgo de que podamos enfrentar una circunstancia financiera internacional turbulenta y que ello ocasione una aversión al riesgo que le pegue a las divisas de mercados emergentes como el nuestro.
Por ahora, no obstante, pareciera que los diferentes factores que inciden en el comportamiento de la economía global no propiciarán un riesgo financiero amplio.
No quiere esto decir que no tengamos riesgo de una recesión global.
Ese peligro existe. Sin embargo pareciera que la zona de Norteamérica puede ser de las mejor libradas.
Y, en ese contexto, los diferentes factores que inciden en la paridad (no solo los señalados arriba) se van a alinear para que tengamos un peso fuerte en los siguientes meses, salvo que tengamos –por la razón que sea– una crisis financiera global.
Tome esta conclusión con reservas, pues el entorno sigue siendo incierto, pero si hoy hay que apostar, se vale hacerlo al ‘superpeso’.